La crisis sanitaria generada por el Covid-19 evidenció que hace falta una “permanente y agresiva” campaña de cuidado de los recursos naturales, en particular el agua, porque hay comunidades donde su carencia, dificulta la higiene de manos, explicó José Arturo Gleason Espíndola, investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) refieren que el 30% de la población carece de acceso a agua potable segura y 60% carece de acceso a instalaciones de saneamiento, pero de continuar con las mismas prácticas, los porcentajes incrementarán pronto y las nuevas generaciones serían las más afectadas.
“Es fundamental antes de una inversión, de una presa, de una mega planta e incluso de un programa de captación, es necesaria una pertinaz y constante educación en el cuidado del agua, desde la niñez, hasta el posgrado… Vemos que algunas comunidades, no solo en nuestro país, sino en distintas partes del mundo, por no tener acceso al agua contraen el virus y sabemos lo vital, lo importante que es tener agua para nuestra higiene personal y la constante limpieza para contener el virus”.
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En el caso de Guadalajara, el 90% de la ciudad está urbanizada, lo que impide la recarga del acuífero de Atemajac, en tanto que la cuenca de El Ahogado, se estima una cobertura del 30%, motivo por el cual invitó a reflexionar sobre la escasez, sobre todo en un contexto como el que se vive en el mundo a causa de la pandemia.
“El 2030 es la fecha límite en que los recursos naturales, en este caso el agua van a ser limitados, la ONU ha alertado a los países que es eminente entrar en un proceso de cuidado, conservación, medición, para saber cuánta agua tenemos en acuíferos, cuánta entra a través de la lluvia, cómo escurre, los sistemas de tratamiento, todo esto homologar, para poder enfrentar las crisis que vienen”.
Explicó que en México hay experiencias exitosas, desde la Sierra Tarahumara, hasta el Sur del país, con proyectos importantes de captación de agua. En la ciudad de León, capital del estado de Guanajuato, implementaron un sistema de autolavado y en Guadalajara, sistemas en edificios y casas, por parte de la UdeG.
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Sin embargo, sugirió también cambiar hábitos en el hogar, como bañarse en el menor tiempo posible, lavar ropa de una manera eficiente y reutilizando el agua en los casos que sea posible, así como regar por las noches.
“Los acuíferos no se miden, estamos extrayendo agua a una velocidad impresionante con nuevos fraccionamientos, nuevos edificios y no estamos recargando y es como una cuenta de banco, el suelo es la cuenta y si le sacas agua y no le metes, en algún momento ya no vas a poder sacar agua”, agregó Gleason Espíndola.
El investigador de la UdeG preside a un grupo de científicos a nivel internacional, que publicaron un libro relacionado con la captación de agua de lluvia, con experiencias de distintos países.
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