Maka Opina
No es extraño cuando una persona famosa por sus habilidades histriónicas se atreve a perseguir puestos públicos, los ejemplos son miles y en casi todos los países, algunos actores y actrices se creen capaces de poder cargar con la responsabilidad de representar a las personas, al final de cuentas, la gente los quiere por sus labores en la televisión y para los políticos eso es muy difícil de conseguir, tal vez por lo valioso que es tener el cariño de la gente en estos campos de salvajes batallas en las que se convierten las campañas para elecciones.
En México hay una lista muy grande de artistas que se pasearon en San Lázaro u otros recintos sintiéndose necesarios, aún no tenemos a alguno que haya destacado por su compromiso en el cargo, siempre terminan siendo los actores que son más recordados por sus actuaciones y no por siquiera tratar de hacer grandes cambios positivos para tanta gente, parece que sólo quieren la anécdota estos artistas, fueron actores, ahora son brazo perfumado de los partidos políticos, tengo miedo de que ahora los llamados influencers (jóvenes con gran número de seguidores por equis razón vacía) quieran representar a los mexicanos siendo funcionarios, tal vez podemos confiarles nuestro entretenimiento ¿pero confiarles el dinero de los impuestos? No, gracias, influencer.
No es secreto que los partidos políticos usen esta sucia y barata artimaña para asegurar escaños de representación. Ellos saben que la idiosincrasia mexicana es muy noble en una de sus caras y es por eso que a la hora de elegir a sus representantes se dejan llevar por esa novela de las 9 en donde salía ese actor que le encantaba aunque actuaba como en obra de teatro de prepa, cuando te dan tu boleta y la única persona cuyo nombre reconoces o mínimo lo has escuchado mencionar, algo dentro de mucha gente les dice: "Lo conoces, vota por él, salió en esa novela con Angelique Boyer"; es perfectamente entendible que la señora Bertha, de 50 años, con prepa trunca, ama de casa, fan de Chayanne, se sienta con la confianza de entregar su voto a ese partido político que supo usar como peones de oro a los artistas.
Actualmente el exjugador y referente del futbol mexicano Cuauhtémoc Blanco tiene al frente su más grande partido, una cosa es fingir orinar como perro la portería contraria para festejar un gol en un estadio lleno y otra cosa muy distinta es estar al mando de un estado tan convulsionado públicamente como Morelos, en este caso, nuestro sujeto de ejemplo no fue ni es actor pero tiene la esencia de este truco: usar el cariño de las personas fans del entretenimiento fácil para lograr votos seguros, no se sabe cómo se desempeñará el Cuau en su cargo, pero mirando la estela de este asunto yo creo que ya nos podemos dar una idea.
Algo seguro es que el raro desfile de actores con antojo de política no acabará jamás mientras éstos no se den cuenta que la política los usa o mejor dicho usan el cariño de las personas, si Gael García Bernal se hubiera postulado para gobernar CDMX, tengan por seguro que hubiera peleado los primeros lugares, pocos son los artistas arrojados que se atreven a invadir otros campos laborales, pero aún así los seguimos viendo elección tras elección, esperemos que estos chascarrillos en la política no pase de lo que son ahora, nadie quiere que la mitad de nuestros representantes sean sólo personas llenas de amor y sin ninguna idea de lo que es trabajar para el pueblo.
