Sin duda que la leyenda de “El Hombre Invisible” ha estado en boca de todos al querer tener esta habilidad y poder pasar desapercibido y poder hacer lo que uno quiera sin que nadie se dé cuenta.
Y ahora este 2020 este personaje tiene una nueva película en las salas de cine en donde se actualiza su historia, trayéndola a la actualidad y a la vez, permaneciendo fiel a su esencia, la cual está basada en la novela de 1897 de Herbert George Wells.
Esto es, un científico brillante y algo subidito descubre una revolucionaria fórmula para volverse invisible, por lo que experimenta con ella sobre su propio organismo y enloquece, aunque ya andaba algo desequilibrado, y otro poco porque es consciente del poder casi ilimitado que le puede proporcionar la invisibilidad.
Chécalo:
Ahora bajo la dirección de Leigh Whannell quien se dio a conocer en 2003 como guionista del corto “Saw” y del primer largometraje del mismo título, que acabaría convirtiéndose en la famosísima franquicia.
Dentro de la trama de esta moderna y aterradora historia de una obsesión, el director imaginaba cada vez con más detalle desde la perspectiva de Cecilia Kass, personificado por Elizabeth Moss una inteligente arquitecta de San Francisco cuyo compañero sentimental, Adrian Griffin, (Oliver Jackson-Cohen) un hombre violento y poderoso, la tiene encarcelada.
Ella consigue escapar de las garras del brillante inventor y pionero en técnicas ópticas, y consigue esconderse gracias a la ayuda de sus amigos y familia. Sin embargo, cuando su ex se suicida, Cecilia empieza a sospechar que sigue vivo y que ha conseguido hacerse invisible con el fin de torturarla.
Poco a poco todo parecer ser un sinsentido y Cecilia empieza a dudar de su propia cordura sin por eso dejar de esforzarse en proteger a sus seres amados y a sí misma e intenta probar desesperadamente que alguien aparentemente invisible le persigue, mientras su salud mental se resiente cada vez más.