Servicios de salud cada vez se encuentran más saturados

Desde marzo del 2020, la pandemia de Covid-19 evidenció la fragilidad de la salud estatal

Isaura López / El Occidental

  · lunes 29 de abril de 2024

Desde el suelo, una silla hasta una camilla vulnera la dignidad y el derecho a la salud al no recibir una atención eficaz y eficiente. Foto. Isaura López / El Occidental

El sistema de salud Jalisco entre aciertos y desaciertos, sin que toque a la puerta el acceso universal y el garantizar la prestación de los servicios a la población que carece de Seguridad Social.

Desde marzo del 2020, la pandemia de Covid-19 evidenció la fragilidad de la salud estatal al cerrar las puertas para focalizar la atención en un virus nuevo, ocasionando cuatro años después saturación hospitalaria para atender a pacientes graves de enfermedades crónicas degenerativas, atribuido a la falta de seguimiento y de medicamentos.

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Hoy en día la atención de los servicios de urgencias se multiplica, en un recorrido realizado a las unidades de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), del Hospital Civil de Guadalajara (HCG), del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del Estado (ISSSTE) y del Hospital General de Zapopan (HGZ) conocido como El hospitalito se observa sobresaturación, pacientes acuden por las complicaciones de diabetes mellitus, hipertensión, problemas coronarios y de pulmón, y cáncer.

Desde el suelo, una silla hasta una camilla vulnera la dignidad y el derecho a la salud al no recibir una atención eficaz y eficiente; médicas, médicos, residentes reconoce la gravedad del problema, omiten dar su nombre por temor a represalias, pero advierten al EL OCCIDENTAL de la falta de equipos, de insumos y de medicamentos, y de las condiciones físicas del hospital visitado.

“Se le pide al familiar que lo adquiera por su cuenta, aquí no contamos con el medicamento” voz del Hospital General de Occidente, de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ).

Al acudir a los hospitales generales de zona número 14 y 45, conocido como “El Ayala” del IMSS Jalisco en el área de urgencias se observó a pacientes con dolores sentados en sillas o en el suelo, camas saturadas, mujeres y hombres en una misma sala de atención, personal de salud realizando procedimiento sin resguardar la intimidad del paciente o seguir los protocolos correspondientes.

Al abordar el tema con personal del lugar, la expresión del rostro evidenciaba el tipo de atención, quienes emitieron una opinión, detonaron la situación que día a día viven los pacientes e incluso ellos mismos.

En el hospital 14 del IMSS hay 24 camas censables, un par de aislado y un área de choque (terapia intensiva), el día que se acudió estaba sobresaturado; ingresan entre 60 a 90 pacientes en un día.

“Estamos al triple básicamente de la ocupación real que debería tener. Llega a estar pacientes con infartos sentados en una silla esperando una cama e incluso estos pacientes que son graves, pueden estar a cargo de un estudiante ya sea médico interno o residentes por ser hospital-escuela, los médicos que están son de edades avanzadas, nos dicen cómo vienes a aprender te haces cargo”, indicó un testimonio

Las y los pacientes quedan a manos de estudiantes de medicina. Foto. Isaura López / El Occidental

Las y los pacientes quedan a manos de estudiantes de medicina, realizan procedimientos como accesos vasculares, recetan medicamentos o incluso llegan a dar de alta al paciente, quienes horas después regresa con complicaciones graves y en riesgo letal.

“El jefe de urgencias da las altas, permite que las altas las de los estudiantes, hemos tenido que dar alta de los pacientes y regresan muertos a rato porque no fue un médico especialista que lo valoro, sino que fue el estudiante que dijo si se puede ir”, mencionó una trabajadora del lugar.

En el 2023 se registró un hecho que terminó en un desenlace fatal, denunciaron los testimonios: “Unos residentes se querían ir a dormir, pero tenían a un paciente muy grave conectado a un ventilador, peor por la flojera de no cuidar al paciente decidieron desconectarlo al ventilador, la paciente falleció. Aunque se reportó por el médico de guardia no hubo repercusiones ni sanciones, una de ellas sigue trabajando”.

Al hablar con familiares de pacientes internados, coinciden recibir un mal trato institucional, falta de insumos, de medicamentos, citas prolongadas, mientras que el paciente internado pasa horas difícil. El silencio es el mejor remedio por temor a que no atiendan a su paciente.

“Está mal que nos quedemos callados, peor que hacemos, si nos quejamos se toma represalias y no atienden a mi paciente; en alguna ocasión me queje con el médico turno de que no le habían cambiado de cama ni el medicamento y a los minutos dieron de alta a mi papá; a los días regresamos porque se puso mal”, familiar de un paciente del hospital Ayala.

En el Hospital General de Zapopan (HGZ) no es la excepción, mujeres embarazadas, acuden con dolores, quienes son regañadas por personal de enfermería por ir en el momento más agudo de su situación de salud; la respuesta es “solo así me atienden”.

“Yo acudí al hospital con un dolor fuerte y sangrado, me regañaron que, porque iba tarde y me estaba aguantando, les dije que aquí únicamente atienden cuando uno tiene dolores fuertes o casi te estas muriendo”, platica Ana Estela con cinco meses de embarazo, presentaba hemorragia el día de la entrevistada por la noche.

Este tipo de escenarios críticos es el remedio de todos los días en los hospitales de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), mientras que el buzón de quejas hospitalarias permanece cerrado. La familia y el paciente deciden guardar silencio por temor a no ser atendidos, mientras que el personal de salud también pasa por una cruda realidad.

Aunque el Estado asegura contar con mayor infraestructura en comparación con otros sexenios, la realidad evidencia la falta de profesionales, de insumos y de fármacos, ni los llamados vales son surtidos, ni entregados al paciente con o sin seguridad social.