/ martes 17 de julio de 2018

Rojo, blanco y ocre, colores encontrados en escultura de Dios Xochipilli

Microfotografías permitieron determinar parte de su policromía

Las especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Luisa Olga Martínez López y María del Rocío Muiños Barros, lograron identificar tres colores en una escultura de piedra andesita del Dios Xochipilli que data del periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.).

La pieza de 118 x 52 x 43 centímetros que resguarda el Museo Nacional de Antropología (MNA), labrada por manos chalas, fue sometida desde enero a estudios para identificar los tonos que conforman su policromía, la distribución de los colores y estado de conservación.

Las restauradoras del Laboratorio de Conservación del MNA, determinaron que la deidad presenta el rojo en la mayor parte del cuerpo; destaca en las flores, el tocado, la máscara, los brazaletes, el pectoral y la base.

En tanto tono ocre fue usado para delinear algunas de las decoraciones corporales o indumentaria, sobresale en el tocado, el raquis de las plumas y las barras; la parte superior de las cavidades de la máscara, las orejeras (con mayor concentración en el centro), el delineado de las sandalias y el maxtli o taparrabos.

Mientras que el color blanco fue empleado como base de preparación, el cual se sitúa directamente sobre el soporte pétreo y abunda por lo regular en las zonas más profundas, como boca, delineado de las cavidades de los ojos y en elementos decorativos animales y vegetales de la base de la escultura.

Con el estudio se pudo realizar una aproximación a la composición de estos colores: el rojo posiblemente provenía de la hematita (óxido férrico); el blanco derivaba de la calcita (carbonato de calcio); y el ocre se generaba a partir de la goethita, que es la forma mineral del oxihidróxido de hierro.

La metodología para el estudio polícromo de Xochipilli primero fue la investigación documental, con el fin de conocer los antecedentes históricos, simbólicos y materiales de la pieza, así como casos similares en la escultura mexica; además se empleó el registro gráfico y documental de cada proceso realizado

Martínez López detalló que la exploración organoléptica o sensorial ayudó a aproximarse a la obra en su totalidad y un análisis por medio de edición de imagen permitió apreciar áreas que a simple vista no son perceptibles, y sirvieron como referencia para el análisis con microscopía digital a partir de 800 microfotografías.

“Una técnica más fue el análisis con luz ultravioleta (UV) de onda corta, con la que se reconocieron intervenciones anteriores como reintegraciones cromáticas y consolidaciones, para finalmente utilizar el sistema de Munsell digital e identificar los tonos observados en las microfotografías”, complementó Luisa Martínez.

Ambas especialistas detallaron que esta interpretación es un primer acercamiento para conocer la estratigrafía y distribución de los colores utilizada en la decoración pictórica de la escultura.

Los avances de los estudios fueron revelados como parte del ciclo de conferencias alusivo a la exposición Xochipilli, el señor de las flores, que se presenta hasta el 29 de julio en el MNA, la cual forma parte de la serie de exhibiciones “Una pieza, una cultura”.


Las especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Luisa Olga Martínez López y María del Rocío Muiños Barros, lograron identificar tres colores en una escultura de piedra andesita del Dios Xochipilli que data del periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.).

La pieza de 118 x 52 x 43 centímetros que resguarda el Museo Nacional de Antropología (MNA), labrada por manos chalas, fue sometida desde enero a estudios para identificar los tonos que conforman su policromía, la distribución de los colores y estado de conservación.

Las restauradoras del Laboratorio de Conservación del MNA, determinaron que la deidad presenta el rojo en la mayor parte del cuerpo; destaca en las flores, el tocado, la máscara, los brazaletes, el pectoral y la base.

En tanto tono ocre fue usado para delinear algunas de las decoraciones corporales o indumentaria, sobresale en el tocado, el raquis de las plumas y las barras; la parte superior de las cavidades de la máscara, las orejeras (con mayor concentración en el centro), el delineado de las sandalias y el maxtli o taparrabos.

Mientras que el color blanco fue empleado como base de preparación, el cual se sitúa directamente sobre el soporte pétreo y abunda por lo regular en las zonas más profundas, como boca, delineado de las cavidades de los ojos y en elementos decorativos animales y vegetales de la base de la escultura.

Con el estudio se pudo realizar una aproximación a la composición de estos colores: el rojo posiblemente provenía de la hematita (óxido férrico); el blanco derivaba de la calcita (carbonato de calcio); y el ocre se generaba a partir de la goethita, que es la forma mineral del oxihidróxido de hierro.

La metodología para el estudio polícromo de Xochipilli primero fue la investigación documental, con el fin de conocer los antecedentes históricos, simbólicos y materiales de la pieza, así como casos similares en la escultura mexica; además se empleó el registro gráfico y documental de cada proceso realizado

Martínez López detalló que la exploración organoléptica o sensorial ayudó a aproximarse a la obra en su totalidad y un análisis por medio de edición de imagen permitió apreciar áreas que a simple vista no son perceptibles, y sirvieron como referencia para el análisis con microscopía digital a partir de 800 microfotografías.

“Una técnica más fue el análisis con luz ultravioleta (UV) de onda corta, con la que se reconocieron intervenciones anteriores como reintegraciones cromáticas y consolidaciones, para finalmente utilizar el sistema de Munsell digital e identificar los tonos observados en las microfotografías”, complementó Luisa Martínez.

Ambas especialistas detallaron que esta interpretación es un primer acercamiento para conocer la estratigrafía y distribución de los colores utilizada en la decoración pictórica de la escultura.

Los avances de los estudios fueron revelados como parte del ciclo de conferencias alusivo a la exposición Xochipilli, el señor de las flores, que se presenta hasta el 29 de julio en el MNA, la cual forma parte de la serie de exhibiciones “Una pieza, una cultura”.


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