El único riesgo que tienen los caricaturistas políticos son los propios gobernantes, quienes representan una competencia única hacia ellos y, en ocasiones, hasta los dejan sin material para trabajar, pero nunca estarán en riesgo de desaparecer.
Los caricaturistas Magú, Calderón, Antonio Antunes, Liza Donnelly y Molina, coincidieron que se han tenido que enfrentar sin duda a la llamada corrección política, otros han sido despedidos, pero su trabajo no va a desaparecer, aunque pudiera ser necesario evolucionar.
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Paco Calderón, mencionó que el humor sólo estará en riesgo si “nos acobardamos, si empezamos a decir no quiero ofender a este, no quiero ofender más allá, pero llega un momento en el que no puedes ofender a nadie, parte del trabajo y el gusto de la caricatura es picar con un aguijón que duela”.
Él tiene una filosofía para sus cartones, los cuales los hace sin odio a “la víctima” de sus dibujos, es decir, no tiene un pleito personal y sin piedad para demoler a su “víctima” con el contenido porque a la vista pública ha “metido la pata”, pero en su caso siente un gusto particular por el humor cruel y por lo políticamente incorrecto.
Por su parte, Liza Donnelly, indicó que ni la caricatura ni el humor “van a morir, en la cultura americana -actualmente- el humor político se lo están llevando los programas nocturnos, los vídeos cortos criticando la política y a través de las redes sociales, sigue vivo y vigente lo cómico y las caricaturas”.
Magu, fue quien señaló que los políticos son los que más competencias les presentan, ya que con sus acciones y declaraciones en ocasiones no los dejan con material suficiente para dibujar, es decir, es una amenaza por el espacio y no por presiones.
“Está amenazado porque la gente en ocasiones hacemos pésimas elecciones y escogemos a presidentes que quieren competir con los mineros, por ejemplo, en el sexenio de Fox no habían posibilidad de que hiciéramos un cartón que fuera sorpresa humorística para el lector, porque el presidente siempre hacía algo que tenía mucho más sentido del humor de lo que nosotros podríamos producir, era una competencia que sí amenazaba el humor”, indicó.
Y ahora en esta administración compite “porque tiene un gabinete que son puros floreros, cómo es posible creer que hay una presidencia sería, si todo su gabinete son personajes que le sirven exclusivamente para cumplir con que tiene a alguien cumpliendo a alguien con las necesidades del país”.
La segunda forma de competir del presidente contra los humoristas es porque “todos los días nos divierte y nos enoja con una conferencia de prensa que es realmente una caricatura”, por todo lo que sucede y porque “no tiene a periodistas sino a payasos y focas aplaudidoras. El señor Molécula representa al periodismo que el presidente felicita”.