/ martes 27 de agosto de 2019

Larga vida al Rey Carmesí

 Un deleite, una experiencia épica y una velada que se quedará rondando en la cabeza de los asistentes al Teatro Diana en las dos presentaciones de King Crimson en Guadalajara con motivo del 50 aniversario de su primer disco

King Crimson presentó el primero de dos recitales en Guadalajara que, con motivo del 50 aniversario de su primer disco, los tiene en el Celebration Tour.

La alineación que conforma esta etapa de King Crimson merece por sí misma una ovación: Gavin Harrison, tocando la batería principal de una manera soberbia, Pat Mastelotto orquestando las percusiones, Jeremy Stacey complementando el trío de batería e incluso por momentos tocando los teclados a un mismo tiempo. Mel Collins en los metales creando atmósferas sobrecogedoras, Jakko Jakszyk en la guitarra y la voz, Tony Levin dando cátedra en el bajo y el Chapman Stick, y desde luego la figura de Robert Fripp en la guitarra y el melotrón.

Durante más de dos horas atendimos a una interpretación magistral en la que cada uno de los músicos tuvo la oportunidad de demostrar su virtuosismo. El público por su parte se dejó abrazar por las melodías y acató la indicación de mantener guardados sus dispositivos móviles hasta el final. Incluso, casi nadie se atrevió a interrumpir a los comandados por Fripp, salvo cuando se escucharon entre el graderío gritos que decían: “Eres un dios” o llanamente “Te amo” dirigidos al único miembro fundador que ha encarnado en su figura al Rey Carmesí.

“Epitaph” trajo consigo el primer momento mágico de la noche y la primera ovación de pie. Lo mismo que canciones como “Moonchild” (en la que Tony Levin arrancó suspiros con su solo), “Easy money”, “Starless”y desde luego “The Court of the Crimson King” en la que la iluminación roja del escenario brindó un ambiente hipnótico que envolvió un cierre épico.

Chécalo:

In the Court of the Crimson King cumple 50 años y tras la oportunidad de ver actuaciones como las que han conformado este tour, uno puede entender como es que este disco es piedra angular no sólo para el rock progresivo con sus intenciones de llevar hasta la última instancia las capacidades técnicas del intérprete en cada instrumento, sino para la música en general.

Un deleite, una experiencia épica y una velada que se quedará rondando en la cabeza de los asistentes al Teatro Diana en las dos presentaciones en Guadalajara.

Resulta difícil saber si ésta alineación vuelva a salir de gira. Pero confirmamos que al menos una vez en la vida, todo melómano que se respete debe atender al llamado y unirse a la corte del Rey Carmesí.

King Crimson presentó el primero de dos recitales en Guadalajara que, con motivo del 50 aniversario de su primer disco, los tiene en el Celebration Tour.

La alineación que conforma esta etapa de King Crimson merece por sí misma una ovación: Gavin Harrison, tocando la batería principal de una manera soberbia, Pat Mastelotto orquestando las percusiones, Jeremy Stacey complementando el trío de batería e incluso por momentos tocando los teclados a un mismo tiempo. Mel Collins en los metales creando atmósferas sobrecogedoras, Jakko Jakszyk en la guitarra y la voz, Tony Levin dando cátedra en el bajo y el Chapman Stick, y desde luego la figura de Robert Fripp en la guitarra y el melotrón.

Durante más de dos horas atendimos a una interpretación magistral en la que cada uno de los músicos tuvo la oportunidad de demostrar su virtuosismo. El público por su parte se dejó abrazar por las melodías y acató la indicación de mantener guardados sus dispositivos móviles hasta el final. Incluso, casi nadie se atrevió a interrumpir a los comandados por Fripp, salvo cuando se escucharon entre el graderío gritos que decían: “Eres un dios” o llanamente “Te amo” dirigidos al único miembro fundador que ha encarnado en su figura al Rey Carmesí.

“Epitaph” trajo consigo el primer momento mágico de la noche y la primera ovación de pie. Lo mismo que canciones como “Moonchild” (en la que Tony Levin arrancó suspiros con su solo), “Easy money”, “Starless”y desde luego “The Court of the Crimson King” en la que la iluminación roja del escenario brindó un ambiente hipnótico que envolvió un cierre épico.

Chécalo:

In the Court of the Crimson King cumple 50 años y tras la oportunidad de ver actuaciones como las que han conformado este tour, uno puede entender como es que este disco es piedra angular no sólo para el rock progresivo con sus intenciones de llevar hasta la última instancia las capacidades técnicas del intérprete en cada instrumento, sino para la música en general.

Un deleite, una experiencia épica y una velada que se quedará rondando en la cabeza de los asistentes al Teatro Diana en las dos presentaciones en Guadalajara.

Resulta difícil saber si ésta alineación vuelva a salir de gira. Pero confirmamos que al menos una vez en la vida, todo melómano que se respete debe atender al llamado y unirse a la corte del Rey Carmesí.

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