Hoy se dio a conocer el fallecimiento del cineasta Jaime Humberto Hermosillo, quien formó parte de la generación de directores del cine mexicano que en los años setenta, significó un intenso cambio formal y temático para la industria fílmica, siendo un provocador de la filmografía contemporánea.
Su pasión inicia en Aguascalientes
El guionista, editor, productor y actor nació en Aguascalientes, un 22 de enero de 1942, por lo que estaría próximo a cumplir 78 años.
La pasión de Hermosillo comenzó en su natal estado, cuando se escapaba de la escuela para correr al cine Rex y disfrutar de los seriales de Flash Gordon, de los westerns de John Ford y Howard Hawks, o bien, del colorido mundo de ensueño planteado por los musicales de Vincente Minnelli.
Así, entre Cantando bajo la lluvia (1952) y el melodrama clásico, Jaime cursó la carrera de Contaduría Privada en la Academia Comercial Llamas.
De contador a estudiante de cine
Posteriormente, el cineasta abandonó Aguascalientes para emigrar a la Ciudad de México, donde trabajó como contador en Lindavista, para luego, a través de la escritura, encontrar la forma de relacionarse con el mundo del cine justo antes de integrarse al primer curso del recién nacido CUEC de la UNAM.
Después de tres años en el CUEC y sus primeros cortos realizados, Hermosillo se aventura en la realización de lo que sería su primer filme, Los nuestros (1969): un retrato demoledor de los peores vicios privados y virtudes públicas de la clase media mexicana, institución a la que, desde la perspectiva del cineasta, sólo le queda desmoronarse a través de una ruptura de su rancio orden establecido.
La pasión según Berenice y el cine independiente
Hermosillo sorprendió con obras como La pasión según Berenice con la que ganó el premio Ariel a la Mejor Dirección (1975), mientras que Naufragio (1977) obtuvo el Ariel a Mejor Dirección y guión cinematográfico.
Tras un progresivo desmantelamiento del cine de producción estatal, el mexicano encontró en el cine independiente y la producción en cooperativa su válvula de escape.
Las apariencias engañan (1977) y María de mi corazón (1979), se realizaron bajo este esquema; modelo de producción que le funcionó a lo largo de los años para expresarse sin límites.
Fundador del FICG
El 10 de marzo de 1986 fundó la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara, que ahora es conocido como el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), uno de los festivales más importantes de Iberoamérica.
Todas sus cintas resultan distintas entre sí, ya que pueden ser desde un plano único como Intimidades en un cuarto de baño (1989), comedias como Doña Herlinda y su hijo (1984), evocaciones fantasmagóricas como eXXXorcismos (2002) y hasta monólogos fílmicos como El más espantoso infierno (2010).
Lo que unió a a su filmografía fue su pasión por hacer de las imágenes en movimiento, un lienzo único para exponer su visión del mundo y tratar de cambiarlo.
La cátedra, otro de sus legados
La actividad académica de Hermosillo fue casi tan intensa como su quehacer fílmico. Algunas generaciones del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y el Centro de Capacitación Cinematográfica disfrutaron de su cátedra, mientras que en Guadalajara fue una pieza clave para la creación del Centro de Cine y Crítica de Occidente de dicha ciudad, impartiendo también clases en el Centro de Enseñanza Cinematográfica del Centro de Investigación y Estudios Cinematográficos de la UdeG.
Como resultado de algunos talleres de realización que Humberto impartió en Jalisco y Aguascalientes nacieron películas como Doña Herlinda y su hijo (1984) y Juventud (2010).
Más premios
Entre otros premios se encuentran la Diosa de Plata a la Mejor Dirección por Amor Libre (1978) y al Mejor Guión por Doña Herlinda y su hijo (1984).
Además del Gran Premio Coral a la Mejor Película por la Tarea (1982) y dos premios a la Carrera por parte del FICG en 2001 y 2011.
Con información de la Cineteca Nacional.
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