/ miércoles 9 de mayo de 2018

Y…qué pasa? / Cambia gerente out sourcing electoral

A escaso mes y medio de la próxima elección presidencial, de gobernadores, senadores, diputados federales y locales, así como presidentes municipales, al enojo por la inseguridad pública, la raquítica economía para la mayoría de los mexicanos, el cinismo, la impunidad más los escasos satisfactores que afectan a la sociedad, se suma el enfado.

Las repetitivas promesas, los ataques entre los candidatos a los diversos cargos de elección popular y la ausencia de acciones legales de los acusadores, aumentan el hartazgo de la gente. No hacen falta encuestadores para saberlo.

Platicando con la gente se obtiene información real. Los del poder hablan poco con la gente. Aparte, los dirigentes partidarios parecen incansables repitiendo la misma demagogia.

Recientemente el PRI cambió a su presidente nacional. Los métodos fueron cuestionados estatutariamente, pero a fin de cuentas en México todo se puede y lo hecho en México está bien hecho, ¿o no? Es decir, sin duda el primer priista del país y el candidato del tricolor, cambiaron (¿los priistas fueron consultados?) de Enrique. Muchos mexicanos parece que no quieren a los Enriques. Se fue Ochoa Reza y llega René Juárez a la dirigencia nacional del PRI. Se dice que los cambios son para mejorar. ¿Será?

¿Qué ha hecho René para que los priistas y los mexicanos se convenzan y regresen su fe a ese partido? Su curriculum, su cuates y el gran elector, dicen que ahora sí ¡ya la hicieron¡ ¿Será? Ayer, el PRI, con un pequeño logo, firma un desplegado periodístico dirigido a la cansada y enfadada opinión pública. Dice el escrito que “desde su fundación ese partido ha sido un pilar de la transformación de México”. Con altibajos, malos, regulares y buenos resultados debe creerse tal afirmación. También hay pruebas pero nada es perfecto. Dice el texto que es “un partido con capacidad de conducir a la sociedad hacia un país más justo, incluyente y próspero”. ¿Así lo consideran y los comprobarían los mexicanos, sean o no priistas?

Los mismos priistas, empresarios, gente de otros partidos y pueblo han dicho que no hay líderes. “Habrá dirigentes impuestos por los del poder”, dicen. El escrito asegura que “la unidad (es) uno de nuestros (sus) más grandes valores”. La realidad dice que los grandes intereses de grupos poderosos nacionales y extranjeros han roto esa unidad partidista y ciudadana y han acentuado la división porque primero están los intereses personales y de grupos interesados, que el país. Queda plenamente demostrado. ¿El saqueo y la impunidad que practican muchos políticos y burócratas podría ser muestra de “unidad”?

Resulta que el desplegado de marras regresa a la práctica priista de mediados del siglo pasado cuando mutuamente los políticos se felicitaban de manera epistolar, con telegramas y manifiestos en prensa. En esa plana periodística los gobernadores priistas y verdes exclaman su reconocimiento a Ocho Reza “por su y trabajo, entrega y lealtad”. ¿Y si así lo hizo, por qué lo quitaron? ¿Trabajó en beneficio de quiénes?, preguntaría la gente.

Le dan la bienvenida a René Juárez, “un hombre de trayectoria partidista y surgido de la cultura del esfuerzo”… “con su liderazgo viene a sumar su experiencia…sigamos siendo la fuerza social más grande de México”. ¿Hubo algo parecido cuando asumió el cargo Ochoa Reza? ¿El que se fue no tenía eso?) ¿O es ironía o cachetada con guante blanco a Ochoa? No hay duda en muchos mexicanos que los principios y la plataforma ideológica de la Revolución Mexicana es lo que se requiere en México, pero los malos priistas y los usurpadores de esta grande y sangrienta lucha emancipadora están pagando la factura social arrastrando al país al fracaso de las mayorías, poniendo a la nación, nuevamente, a la explotación extranjera. Y…qué pasa?

A escaso mes y medio de la próxima elección presidencial, de gobernadores, senadores, diputados federales y locales, así como presidentes municipales, al enojo por la inseguridad pública, la raquítica economía para la mayoría de los mexicanos, el cinismo, la impunidad más los escasos satisfactores que afectan a la sociedad, se suma el enfado.

Las repetitivas promesas, los ataques entre los candidatos a los diversos cargos de elección popular y la ausencia de acciones legales de los acusadores, aumentan el hartazgo de la gente. No hacen falta encuestadores para saberlo.

Platicando con la gente se obtiene información real. Los del poder hablan poco con la gente. Aparte, los dirigentes partidarios parecen incansables repitiendo la misma demagogia.

Recientemente el PRI cambió a su presidente nacional. Los métodos fueron cuestionados estatutariamente, pero a fin de cuentas en México todo se puede y lo hecho en México está bien hecho, ¿o no? Es decir, sin duda el primer priista del país y el candidato del tricolor, cambiaron (¿los priistas fueron consultados?) de Enrique. Muchos mexicanos parece que no quieren a los Enriques. Se fue Ochoa Reza y llega René Juárez a la dirigencia nacional del PRI. Se dice que los cambios son para mejorar. ¿Será?

¿Qué ha hecho René para que los priistas y los mexicanos se convenzan y regresen su fe a ese partido? Su curriculum, su cuates y el gran elector, dicen que ahora sí ¡ya la hicieron¡ ¿Será? Ayer, el PRI, con un pequeño logo, firma un desplegado periodístico dirigido a la cansada y enfadada opinión pública. Dice el escrito que “desde su fundación ese partido ha sido un pilar de la transformación de México”. Con altibajos, malos, regulares y buenos resultados debe creerse tal afirmación. También hay pruebas pero nada es perfecto. Dice el texto que es “un partido con capacidad de conducir a la sociedad hacia un país más justo, incluyente y próspero”. ¿Así lo consideran y los comprobarían los mexicanos, sean o no priistas?

Los mismos priistas, empresarios, gente de otros partidos y pueblo han dicho que no hay líderes. “Habrá dirigentes impuestos por los del poder”, dicen. El escrito asegura que “la unidad (es) uno de nuestros (sus) más grandes valores”. La realidad dice que los grandes intereses de grupos poderosos nacionales y extranjeros han roto esa unidad partidista y ciudadana y han acentuado la división porque primero están los intereses personales y de grupos interesados, que el país. Queda plenamente demostrado. ¿El saqueo y la impunidad que practican muchos políticos y burócratas podría ser muestra de “unidad”?

Resulta que el desplegado de marras regresa a la práctica priista de mediados del siglo pasado cuando mutuamente los políticos se felicitaban de manera epistolar, con telegramas y manifiestos en prensa. En esa plana periodística los gobernadores priistas y verdes exclaman su reconocimiento a Ocho Reza “por su y trabajo, entrega y lealtad”. ¿Y si así lo hizo, por qué lo quitaron? ¿Trabajó en beneficio de quiénes?, preguntaría la gente.

Le dan la bienvenida a René Juárez, “un hombre de trayectoria partidista y surgido de la cultura del esfuerzo”… “con su liderazgo viene a sumar su experiencia…sigamos siendo la fuerza social más grande de México”. ¿Hubo algo parecido cuando asumió el cargo Ochoa Reza? ¿El que se fue no tenía eso?) ¿O es ironía o cachetada con guante blanco a Ochoa? No hay duda en muchos mexicanos que los principios y la plataforma ideológica de la Revolución Mexicana es lo que se requiere en México, pero los malos priistas y los usurpadores de esta grande y sangrienta lucha emancipadora están pagando la factura social arrastrando al país al fracaso de las mayorías, poniendo a la nación, nuevamente, a la explotación extranjera. Y…qué pasa?