Guadalajara, Acapulco, Ciudad Juárez y Culiacán son las urbes más violentas del país con más de un asesinato por día, en promedio en 2018, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Siete de cada 10 asesinatos registrados en México fueron realizados con arma de fuego. La dependencia desmenuza cifras: 10 de los 25 municipios con mayores montos de homicidio doloso en el país se concentran en ciudades como León, Irapuato, Celaya y Salamanca, en Guanajuato; Guadalajara, San Pedro Tlaquepaque, Zapopan y Tlajomulco de Zúñiga, en Jalisco; Tecomán y Manzanillo, en Colima y Tepic, en Nayarit.
El pasado lunes Guadalajara nuevamente padeció la psicosis, la agresión a la sociedad civil y a funcionarios estatales, con muertos, heridos, personas quemadas y vehículos incendiados. Se repitió el episodio de un primero de mayo de hace tres años; de la matanza de marinos incluido el derribe de un helicóptero; de la emboscada en carretera a una veintena de policías de la Fuerza Única, etc.
En la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, el pasado 18 de mayo, se conmemoró el 110 aniversario del natalicio de Francisco Silva Romero, fundador de la CROC. La ceremonia fue encabezada por el dirigente de la Federación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, Antonio Álvarez Esparza, José Luis Leal Campos, subsecretario del gobierno de Jalisco y Raquel Chávez Hernández, regidora del gobierno de Guadalajara. Unos 300 croquistas, estuvieron presentes. Por ser aniversario de natalicio el ayuntamiento tapatío organizó el evento. A nombre de los sindicalistas habló Javier Montero. Por el gobierno municipal, disertó la regidora Raquel Chávez, quien destacó la “congruencia, la lealtad y la firmeza de sus convicciones”, al referirse a Silva Romero. Demandó “que reviva el espíritu de justicia porque es muy grande la deuda hacia los trabajadores de México”. ¿Lo dijo porque hay dudosos sindicalistas o por los malos empresarios o por los malos gobernantes? Lo cierto es que los valores morales como los señalados por la regidora, están en proceso de extinción.
Hay gobernantes de firmes convicciones. Reconocen que hay muchas carencias y se podría estar mejor. Y tienen mucha razón esos políticos: hay millones de mexicanos en pobreza extrema; otros en pobreza; unos con empleos temporales y bajos salarios; otros millones sin empleo o en la informalidad; otros con mediocres atenciones a la salud y millones sin acceso a ella, por citar algunos rubros. Y hay trabajadores, vulgo burócratas, que ganan 6 millones al año. También hay trabajadores que ganan 32 mil 400 pesos al año. ¡Falso que México viva una tragedia y esté mal!
Bien dice el refrán: “todo es de acuerdo al cristal con que se mira”. O: “el que ya comió, no se acuerda del que no ha comido”. Y vivir en la burocracia con la nómina segura, las prestaciones al día y la posibilidad de hacer negocios, ¿eso es lealtad o congruencia? ¿Cumplen con su juramento de cumplir las leyes? Ah…sí…cumplen con la ley de Herodes. Y… ¿qué Pasa?
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