/ sábado 8 de febrero de 2020

Y lo que falta, Línea 3

De acuerdo a la experiencia de los constructores de Jalisco, la Línea 3 del Tren Eléctrico podría, finalmente, iniciar operaciones el próximo mes de junio.

No obstante, la visión más objetiva señala que aún a mediados de año harían falta los procesos de entrega, recepción y las pruebas necesarias de su funcionamiento y eso sin considerar, además, la capacitación de los empleados del SITEUR elegidos para operar este largo, en tamaño y tiempo de construcción, un sistema de transporte colectivo por demás añorado por la población de la cada vez más caótica y peligrosa, en materia de vialidad, segunda ciudad del país, es decir, el Área Metropolitana de Guadalajara.

Otros factores, para dar por terminada esta Línea con casi tres años de construcción es la rehabilitación del tejido social y comunitario incluida la imagen urbana aún no contemplada en los proyectos dados a conocer y según destacó el entonces presidente del Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Jalisco Armando Brenez.

Sin embargo, y más allá de su derrotero técnico y sustentabilidad económica, deberá enfrentar la carpeta inevitable de lo evidente: la muy probable corrupción en su largo, pero muy largo, proceso de conclusión en la cual ha sido público y notorio un desfalco económico al pasar de 17 mil 600 millones presupuestados en el año 2014, a los costos que hoy alcanza por más de 31 mil 500 millones de pesos. Es decir, prácticamente el doble en la documentada compra, a sobre precio, y las múltiples fallas técnicas encontradas o por descubrir que, todo indica, habrán de aparecer y generar todavía más costos y mayor tufo a ineptitud y corrupción.

Sobre todo, al ligar esta obra a todos los eventos inherentes al sexenio anterior con Gerardo Ruíz Sacristán al frente de una Secretaría con más pifias y errores de consecuencias trágicas que cualquier otro funcionario por su paso en una secretaría distintiva por evadir responsabilidades técnicas ligadas a explicaciones irrisorias, como las sostenidas por Ruiz Sacristán sin consecuencias reales en casos tan sonados como las muertes en siniestros ligados a las fallas constructivas como en Cuernavaca o la toma de decisiones en las múltiples muertes colectivas generadas por el transporte articulado y mega pesado en las autopistas mexicanas. Ese es el caso de la Maxipista del Sol donde, el entonces Secretario de Comunicaciones y Transportes, se comprometió a cumplir con los parámetros internacionales para circular con carga pesada en las autopistas mexicanas. Lo cual, como en la generalidad de las veces, resultó una declaración publicitaria plagada de demagogia.

Ha sido de tal magnitud la expectativa, que ya el Gobierno de Jalisco ha prometido iniciar las obras para desarrollar una Línea 4 con recursos del propio Estado de Jalisco y, considerando la capacidad económica de nuestro estado, y el probable daño patrimonial que aún tiene pendiente por justificar el Gobierno Federal en esta obra por el retorno de algunos recursos contemplados en la Ley, se podría calcular el tiempo requerido por ese propósito en Jalisco para el Área Metropolitana de Guadalajara, cuando menos en su planeación ejecutiva, con el deseo de que, ahora sí, se realice con la mayor eficiencia y la mínima corrupción.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

Correo: carlosm_orozco@hotmail.com

De acuerdo a la experiencia de los constructores de Jalisco, la Línea 3 del Tren Eléctrico podría, finalmente, iniciar operaciones el próximo mes de junio.

No obstante, la visión más objetiva señala que aún a mediados de año harían falta los procesos de entrega, recepción y las pruebas necesarias de su funcionamiento y eso sin considerar, además, la capacitación de los empleados del SITEUR elegidos para operar este largo, en tamaño y tiempo de construcción, un sistema de transporte colectivo por demás añorado por la población de la cada vez más caótica y peligrosa, en materia de vialidad, segunda ciudad del país, es decir, el Área Metropolitana de Guadalajara.

Otros factores, para dar por terminada esta Línea con casi tres años de construcción es la rehabilitación del tejido social y comunitario incluida la imagen urbana aún no contemplada en los proyectos dados a conocer y según destacó el entonces presidente del Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Jalisco Armando Brenez.

Sin embargo, y más allá de su derrotero técnico y sustentabilidad económica, deberá enfrentar la carpeta inevitable de lo evidente: la muy probable corrupción en su largo, pero muy largo, proceso de conclusión en la cual ha sido público y notorio un desfalco económico al pasar de 17 mil 600 millones presupuestados en el año 2014, a los costos que hoy alcanza por más de 31 mil 500 millones de pesos. Es decir, prácticamente el doble en la documentada compra, a sobre precio, y las múltiples fallas técnicas encontradas o por descubrir que, todo indica, habrán de aparecer y generar todavía más costos y mayor tufo a ineptitud y corrupción.

Sobre todo, al ligar esta obra a todos los eventos inherentes al sexenio anterior con Gerardo Ruíz Sacristán al frente de una Secretaría con más pifias y errores de consecuencias trágicas que cualquier otro funcionario por su paso en una secretaría distintiva por evadir responsabilidades técnicas ligadas a explicaciones irrisorias, como las sostenidas por Ruiz Sacristán sin consecuencias reales en casos tan sonados como las muertes en siniestros ligados a las fallas constructivas como en Cuernavaca o la toma de decisiones en las múltiples muertes colectivas generadas por el transporte articulado y mega pesado en las autopistas mexicanas. Ese es el caso de la Maxipista del Sol donde, el entonces Secretario de Comunicaciones y Transportes, se comprometió a cumplir con los parámetros internacionales para circular con carga pesada en las autopistas mexicanas. Lo cual, como en la generalidad de las veces, resultó una declaración publicitaria plagada de demagogia.

Ha sido de tal magnitud la expectativa, que ya el Gobierno de Jalisco ha prometido iniciar las obras para desarrollar una Línea 4 con recursos del propio Estado de Jalisco y, considerando la capacidad económica de nuestro estado, y el probable daño patrimonial que aún tiene pendiente por justificar el Gobierno Federal en esta obra por el retorno de algunos recursos contemplados en la Ley, se podría calcular el tiempo requerido por ese propósito en Jalisco para el Área Metropolitana de Guadalajara, cuando menos en su planeación ejecutiva, con el deseo de que, ahora sí, se realice con la mayor eficiencia y la mínima corrupción.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

Correo: carlosm_orozco@hotmail.com