La votación más reciente del Senado de la República nos muestra claramente el rostro de las negociaciones que plantea la Cuarta Transformación de nuestro país. Los mexicanos tienen prioridades y creo que una de las últimas cosas que la gente pide, es que en el Senado ocurran espectáculos como el que presenciamos, en donde cayó línea para otorgarle la licencia al senador Manuel Velasco, que a cambio de ello otorgó 5 diputados del PVEM a Morena para darle a ese partido la mayoría absoluta en Cámara de Diputados.
Bien haría Morena en recordar la frase marxista de la que parece que tomaron inspiración: “La historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa” decía Marx y en esas dos votaciones, un primero para negar la licencia y la otra otorgando licencia a un senador que le permite ostentar dos cargos al mismo tiempo claramente esa segunda votación se repitió como farsa. Menuda inspiración encuentra en sus raíces ideológicas la Cuarta Transformación.
Uno jamás pensaría que íbamos a tener que hablar de sobrerrepresentación de la Cámara de Diputados o de un control absoluto tan burdo del presidente hacia sus bancadas, pero en estos tiempos vivimos. A los medios, se les habla con cariño aparente y con desdén. Los “corazoncitos” que pidieron respuestas al presidente acerca de dicha votación, se quedaron con la sonrisa y el silencio de quien tiene tanto poder, que siente que no le debe explicaciones a nadie.
Lo más escandaloso es que estos dos atropellos, se justifican con una excusa tan espectacular como ridícula: la transferencia de 5 diputados a cambio de hospitales para cáncer infantil. Difícil creer esto porque así no se debería de negociar el presupuesto, pero también porque ya vimos como el PVEM -de la mano del PRI- no tuvo empacho en encubrir a un gobernador que daba agua destilada a niños con cáncer. Ese régimen que se niega a morir ahora nos trata de decir que su único interés en otorgar mayoría absoluta es curar niños con cáncer. Me pregunto yo ¿dónde estaban antes?
Un eminente José Gonzáles Torres nos recuerda que “algún humanista dijo una vez que las leyes mexicanas son como el inglés: que se escriben de un modo y se pronuncian de otro”. Quienes estamos en la oposición ya hemos demostrado con nuestros votos que hay voces de sensatez para que las leyes dejen de doblarse a beneficio del gobierno en turno. Ahora, con la cercanía del presidente saliente y de muchos poderes fácticos, nos toca arengar a la gente a nuestro alrededor. ¡Que se respete la ley para bien de todos!
* Secretario General PAN Guadalajara.
