/ jueves 16 de septiembre de 2021

Viva México. Grandeza es el desafío

Después del Grito de Independencia en 1810, en tan sólo once años, el ejército insurgente logró acabar con casi tres siglos de dominio español en nuestro territorio. 211 años después, los mexicanos hemos disfrutado de la libertad, alcanzado la madurez en la defensa de nuestra soberanía nacional, avanzado en la ruta de la democracia e instaurado una república que es el origen de nuestra esencia, identidad, pertenencia, orgullo y dignidad.

En la actualidad, los mexicanos hemos sido capaces de sorprender al mundo entero por nuestro ingenio, por nuestro talento, por la creatividad, por nuestra solidaridad como pueblo ante las desgracias, por nuestra unidad nacional fundamental, a pesar de las dificultades y los conflictos inevitables de los procesos políticos y de la evolución de nuestra sociedad. Hoy ante las naciones del mundo, México se integra al concierto de las naciones con dignidad, con respeto. Pero nuestra nación aún sufre de desigualdad, de pobreza, de desequilibrios regionales, de oportunidades y riquezas mal distribuidas. Somos un país que es un mosaico multicultural, pluriétnico, inmensamente rico en recursos naturales, con grandes legados en historia, tradición y cultura.

En la fecha más significativa para nuestro pueblo, los mexicanos debemos celebrar nuestra libertad, utilizando para bien nuestra soberanía, resolviendo los problemas que heredamos, incubamos y engendramos tras más de 2 siglos como nación independiente: Pobreza, corrupción, perdida de la seguridad pública, desconfianza en los gobiernos y en las instituciones públicas, desigualdad, dificultad para enfrentar los cambios sociales así como la evolución de las nuevas generaciones, que expresan nuevas ideas, acordes a la nueva visión del mundo que les está tocando conocer, vivir, sortear y resolver para bien de todos.

La grandeza de nuestra patria nos conlleva al reto de lograr que nuestro presente sea igual o mejor que nuestro pasado. Hoy, somos una nación que toma sus decisiones y elige el rumbo que desea llevar, en armonía con América y con el mundo. Hoy, nuestro reto es que los mexicanos comprendamos la importancia que tiene el cambiar nuestra cultura, mejorar nuestra actitud y nuestra disposición hacia el cambio, pues la humanidad entera enfrenta procesos de cambio, cíclicos, vitales, que exigen mayor colaboración entre pueblos y entre naciones, mayor conciencia ambiental, mayor armonía en nuestra relación con los demás seres vivos del planeta.

Transitando entre las tendencias que imperan entre globalización y estatismos, las fronteras internacionales cada vez se han vuelto más insostenibles, como imaginarias líneas divisorias que se han vuelto difíciles de sostener, que oscilan entre los extremos entre el orden excesivo de la derecha y la anarquía crónica de la izquierda.

Los mexicanos tenemos que asumir el desafío de ser cada día más competitivos, mejor hechos, más preparados, de convertirnos en pensadores, en creadores, en realizadores. Debemos alcanzar calidad, eficacia y eficiencia en lo que hacemos. Cambiar nuestra actitud para dejar de ser dañinos con nuestro prójimo y por el contrario, ayudar a quienes más lo necesitan para que logremos alcanzar nuevos y mejores niveles de convivencia, elevando la calidad de vida de los mexicanos desde Baja California hasta Quintana Roo, desde Jalisco hasta Veracruz.

Es tiempo de aceptar el reto de ver nuestro grandioso pasado como la semilla de un presente transformador que nos lleve hacia un futuro deseable. Orgullosos de nuestro origen, que nuestra historia impulse a nuestra raza para lograr consolidar a nuestro país como una potencia humana, como una sociedad fuerte, unida, con honor, trabajadora, justa y en paz.


www.youtube.com/user/carlosanguianoz


Después del Grito de Independencia en 1810, en tan sólo once años, el ejército insurgente logró acabar con casi tres siglos de dominio español en nuestro territorio. 211 años después, los mexicanos hemos disfrutado de la libertad, alcanzado la madurez en la defensa de nuestra soberanía nacional, avanzado en la ruta de la democracia e instaurado una república que es el origen de nuestra esencia, identidad, pertenencia, orgullo y dignidad.

En la actualidad, los mexicanos hemos sido capaces de sorprender al mundo entero por nuestro ingenio, por nuestro talento, por la creatividad, por nuestra solidaridad como pueblo ante las desgracias, por nuestra unidad nacional fundamental, a pesar de las dificultades y los conflictos inevitables de los procesos políticos y de la evolución de nuestra sociedad. Hoy ante las naciones del mundo, México se integra al concierto de las naciones con dignidad, con respeto. Pero nuestra nación aún sufre de desigualdad, de pobreza, de desequilibrios regionales, de oportunidades y riquezas mal distribuidas. Somos un país que es un mosaico multicultural, pluriétnico, inmensamente rico en recursos naturales, con grandes legados en historia, tradición y cultura.

En la fecha más significativa para nuestro pueblo, los mexicanos debemos celebrar nuestra libertad, utilizando para bien nuestra soberanía, resolviendo los problemas que heredamos, incubamos y engendramos tras más de 2 siglos como nación independiente: Pobreza, corrupción, perdida de la seguridad pública, desconfianza en los gobiernos y en las instituciones públicas, desigualdad, dificultad para enfrentar los cambios sociales así como la evolución de las nuevas generaciones, que expresan nuevas ideas, acordes a la nueva visión del mundo que les está tocando conocer, vivir, sortear y resolver para bien de todos.

La grandeza de nuestra patria nos conlleva al reto de lograr que nuestro presente sea igual o mejor que nuestro pasado. Hoy, somos una nación que toma sus decisiones y elige el rumbo que desea llevar, en armonía con América y con el mundo. Hoy, nuestro reto es que los mexicanos comprendamos la importancia que tiene el cambiar nuestra cultura, mejorar nuestra actitud y nuestra disposición hacia el cambio, pues la humanidad entera enfrenta procesos de cambio, cíclicos, vitales, que exigen mayor colaboración entre pueblos y entre naciones, mayor conciencia ambiental, mayor armonía en nuestra relación con los demás seres vivos del planeta.

Transitando entre las tendencias que imperan entre globalización y estatismos, las fronteras internacionales cada vez se han vuelto más insostenibles, como imaginarias líneas divisorias que se han vuelto difíciles de sostener, que oscilan entre los extremos entre el orden excesivo de la derecha y la anarquía crónica de la izquierda.

Los mexicanos tenemos que asumir el desafío de ser cada día más competitivos, mejor hechos, más preparados, de convertirnos en pensadores, en creadores, en realizadores. Debemos alcanzar calidad, eficacia y eficiencia en lo que hacemos. Cambiar nuestra actitud para dejar de ser dañinos con nuestro prójimo y por el contrario, ayudar a quienes más lo necesitan para que logremos alcanzar nuevos y mejores niveles de convivencia, elevando la calidad de vida de los mexicanos desde Baja California hasta Quintana Roo, desde Jalisco hasta Veracruz.

Es tiempo de aceptar el reto de ver nuestro grandioso pasado como la semilla de un presente transformador que nos lleve hacia un futuro deseable. Orgullosos de nuestro origen, que nuestra historia impulse a nuestra raza para lograr consolidar a nuestro país como una potencia humana, como una sociedad fuerte, unida, con honor, trabajadora, justa y en paz.


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