/ sábado 2 de mayo de 2020

Violencia más peligrosa que Covid-19

“La violencia simbólica es la violencia ejercida con la complicidad tácita entre las víctimas y sus representantes”.

Pierre Bourdieu, sociólogo.


Pese a que el país entró en cuarentena por la pandemia de COVID-19, los asesinatos siguen ocurriendo en el país, especialmente en los estados de Guanajuato, Estado de México, Michoacán, Chihuahua, Baja California y Jalisco. México registra un aumento en el índice de violencia a pesar de que millones de personas permanecen en sus casas por la cuarentena. El 20 de abril se cometió el mayor número de asesinatos en lo que va del año.

Desde el inicio del confinamiento doméstico por la expansión del coronavirus, en marzo, los servicios de emergencia del país recibieron 26,171 llamadas relacionadas con violencia contra la mujer, el número más alto desde que comenzó este mecanismo de apoyo, en 2016.

La pandemia no detiene el aumento de homicidios. De acuerdo al Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer trimestre de 2020 (enero a marzo) el acumulado de homicidios dolosos es de 8,585 víctimas, un 13.5% más que en el mismo período de 2019. Siendo Marzo el más violento con 3,000 víctimas, el mes de mayor incidencia en los últimos 5 años. Todo apunta que Abril será aún peor. Por eso algunos afirman que, por ahora, la violencia es más peligrosa para los mexicanos que el mismo coronavirus.

Al igual que los asesinatos violentos, las desapariciones no han cesado en todo el país. En Jalisco, basta revisar las páginas de los colectivos de familias que buscan a sus desaparecidos para ver los reportes casi diarios de personas desaparecidas en el estado.

El fantasma de la violencia parece sustituir al tema del conflicto social. No es una coincidencia que los profundos cambios en el discurso y la ideología política hayan hecho que el tema de la injusticia social sea cada vez más difícil de escuchar, mientras que el tema de la justicia penal puede ser escuchado en todas partes. Según Paul Chevigny, abogado penal y político.

El crimen no da tregua, ni se queda en casa, y en el mes que los mexicanos más nos cuidábamos, irónicamente ha sido el mes donde más se ha violentado a la ciudadanía.

En una sociedad doblemente lastimada, por un lado una crisis sanitaria y por el otro la crisis de inseguridad -que es propia de nuestro país-, las autoridades deben primero reconocer la existencia de ambas problemáticas para después actuar y trabajar para resolverlas, desde una perspectiva de derechos humanos y cultura de paz, buscando prevenir, investigar, reparar y garantizar el bien común, tomando como ejemplo otros países y teniendo un buen manejo de crisis.

En nuestra generación existe robusta literatura en afirmar que el marketing social es muy diferente a la educación. En el marketing la atención se

centra en el comportamiento de los ciudadanos. El educador termina su seminario y regresa a su hogar cuando sus estudiantes han escuchado la lección. Por el contrarioel responsable del marketing social no puede abandonar la tarea hasta que el ciudadano haya cambiado su comportamiento y por lo tanto realice las acciones deseadas. Tal vez a llegado el momento de convertirnos en responsables de comportamiento.

Coordinador de Análisis y Comunicación del PAN Jalisco

“La violencia simbólica es la violencia ejercida con la complicidad tácita entre las víctimas y sus representantes”.

Pierre Bourdieu, sociólogo.


Pese a que el país entró en cuarentena por la pandemia de COVID-19, los asesinatos siguen ocurriendo en el país, especialmente en los estados de Guanajuato, Estado de México, Michoacán, Chihuahua, Baja California y Jalisco. México registra un aumento en el índice de violencia a pesar de que millones de personas permanecen en sus casas por la cuarentena. El 20 de abril se cometió el mayor número de asesinatos en lo que va del año.

Desde el inicio del confinamiento doméstico por la expansión del coronavirus, en marzo, los servicios de emergencia del país recibieron 26,171 llamadas relacionadas con violencia contra la mujer, el número más alto desde que comenzó este mecanismo de apoyo, en 2016.

La pandemia no detiene el aumento de homicidios. De acuerdo al Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer trimestre de 2020 (enero a marzo) el acumulado de homicidios dolosos es de 8,585 víctimas, un 13.5% más que en el mismo período de 2019. Siendo Marzo el más violento con 3,000 víctimas, el mes de mayor incidencia en los últimos 5 años. Todo apunta que Abril será aún peor. Por eso algunos afirman que, por ahora, la violencia es más peligrosa para los mexicanos que el mismo coronavirus.

Al igual que los asesinatos violentos, las desapariciones no han cesado en todo el país. En Jalisco, basta revisar las páginas de los colectivos de familias que buscan a sus desaparecidos para ver los reportes casi diarios de personas desaparecidas en el estado.

El fantasma de la violencia parece sustituir al tema del conflicto social. No es una coincidencia que los profundos cambios en el discurso y la ideología política hayan hecho que el tema de la injusticia social sea cada vez más difícil de escuchar, mientras que el tema de la justicia penal puede ser escuchado en todas partes. Según Paul Chevigny, abogado penal y político.

El crimen no da tregua, ni se queda en casa, y en el mes que los mexicanos más nos cuidábamos, irónicamente ha sido el mes donde más se ha violentado a la ciudadanía.

En una sociedad doblemente lastimada, por un lado una crisis sanitaria y por el otro la crisis de inseguridad -que es propia de nuestro país-, las autoridades deben primero reconocer la existencia de ambas problemáticas para después actuar y trabajar para resolverlas, desde una perspectiva de derechos humanos y cultura de paz, buscando prevenir, investigar, reparar y garantizar el bien común, tomando como ejemplo otros países y teniendo un buen manejo de crisis.

En nuestra generación existe robusta literatura en afirmar que el marketing social es muy diferente a la educación. En el marketing la atención se

centra en el comportamiento de los ciudadanos. El educador termina su seminario y regresa a su hogar cuando sus estudiantes han escuchado la lección. Por el contrarioel responsable del marketing social no puede abandonar la tarea hasta que el ciudadano haya cambiado su comportamiento y por lo tanto realice las acciones deseadas. Tal vez a llegado el momento de convertirnos en responsables de comportamiento.

Coordinador de Análisis y Comunicación del PAN Jalisco