/ domingo 8 de julio de 2018

Vamos abogados

Es innegable que nuestro país transita por un hecho histórico que le obliga a ser un mejor un país dado que todos hemos contribuido de una semana a la fecha a cambiar nuestro status y sobre todo legar a nuestros hijos y nietos un estado de cosas más digno en todos los aspectos, para que alcancen un nivel de vida que les permita crecer y desarrollarse en condiciones que hagan que este país sea la Patria que nos dieron los héroes que nos la dieron, ofrendando en ocasiones su vida y hasta su familia.

Los abogados de este país que por tantos años hemos dejado irresponsablemente que el estado de derecho plasmado en nuestro código nacional no se cumpla como lo mandata dicha ley y sobre todo de la forma más impune y cobarde; para muestra el tolerar la permanencia en el cargo más digno para cualquier profesional del derecho, como lo es, el de ministro de la corte, donde la margen del dinero que nos pillan que reciben como salario mensualmente es evidente y muy en particular ocho de estos de los once que integran la corte, que al margen de servirle a la sociedad, a la que están obligados de hacerlo, son unos viles testaferros del ejecutivo en turno y para muestra, el crimen más reciente que cometieron al establecer como criterio una soberbio y soberana estupidez, donde legitiman la ineficacia de algunas instituciones, en particular las de la fuerza pública, al justificar que es constitucionalmente legal, la detención de una persona sólo por el hecho supuesto de existir alguna sospecha sobre dicho individuo, atropellando los principios consagrados en los artículos 16 y 20 de la Carta Magna que consagran los derechos fundamentales de cualquier persona en el territorio nacional, al prohibir el primero de estos numerales, tan siquiera la molestia sin el mandamiento jurisdiccional y sobre todo el 20 en su apartado “b”, donde históricamente se instituyó desde el 2008, la presunción de inocencia, disposiciones que engendran válidamente la protección de los derechos humanos, pero sobre todo, la eficiencia de las autoridades en el ejercicio del poder, ya basta de callar semejantes crímenes sociales por sendos delincuentes de cuello blanco, a quienes irresponsablemente el Senado de la República los envistió con tan honroso cargo.

Resulta urgente a mi juicio, que los abogados con un centavo de dignidad y un dedo de inteligencia, asumamos nuestra responsabilidad social y nos constituyamos responsable y legítimamente en unos dignos defensores del estado de derecho haciendo acopio de todo nuestro valor civil para exigir a todas las instancias del gobierno el cabal cumplimiento de la ley y con ello acabar con la impunidad que ha llevado a nuestro país a tan graves circunstancias de inseguridad jurídica, física y material, propiciando a propios y extraños un ambiente critico de estabilidad en todos los sentidos, es momento de dejar la cobardía, la indolencia, la irresponsabilidad, lo miserable, lo inseguros, para organizarnos y crecer de tal manera que consolidemos eso, que de dientes para afuera se les escucha decir debajo de la mesa o de las faldas de la mujer o la mamá que la autoridad no hace lo que debe hacer, vámonos dignificando en lo profesional y en lo personal, ante nuestra familia, ante nuestra sociedad y nuestra Patria, para ser un país fuerte con un gobierno respetuoso y respetable, lo cual traerá indiscutiblemente el combate a la corrupción.

locb15@hotmail.com


Es innegable que nuestro país transita por un hecho histórico que le obliga a ser un mejor un país dado que todos hemos contribuido de una semana a la fecha a cambiar nuestro status y sobre todo legar a nuestros hijos y nietos un estado de cosas más digno en todos los aspectos, para que alcancen un nivel de vida que les permita crecer y desarrollarse en condiciones que hagan que este país sea la Patria que nos dieron los héroes que nos la dieron, ofrendando en ocasiones su vida y hasta su familia.

Los abogados de este país que por tantos años hemos dejado irresponsablemente que el estado de derecho plasmado en nuestro código nacional no se cumpla como lo mandata dicha ley y sobre todo de la forma más impune y cobarde; para muestra el tolerar la permanencia en el cargo más digno para cualquier profesional del derecho, como lo es, el de ministro de la corte, donde la margen del dinero que nos pillan que reciben como salario mensualmente es evidente y muy en particular ocho de estos de los once que integran la corte, que al margen de servirle a la sociedad, a la que están obligados de hacerlo, son unos viles testaferros del ejecutivo en turno y para muestra, el crimen más reciente que cometieron al establecer como criterio una soberbio y soberana estupidez, donde legitiman la ineficacia de algunas instituciones, en particular las de la fuerza pública, al justificar que es constitucionalmente legal, la detención de una persona sólo por el hecho supuesto de existir alguna sospecha sobre dicho individuo, atropellando los principios consagrados en los artículos 16 y 20 de la Carta Magna que consagran los derechos fundamentales de cualquier persona en el territorio nacional, al prohibir el primero de estos numerales, tan siquiera la molestia sin el mandamiento jurisdiccional y sobre todo el 20 en su apartado “b”, donde históricamente se instituyó desde el 2008, la presunción de inocencia, disposiciones que engendran válidamente la protección de los derechos humanos, pero sobre todo, la eficiencia de las autoridades en el ejercicio del poder, ya basta de callar semejantes crímenes sociales por sendos delincuentes de cuello blanco, a quienes irresponsablemente el Senado de la República los envistió con tan honroso cargo.

Resulta urgente a mi juicio, que los abogados con un centavo de dignidad y un dedo de inteligencia, asumamos nuestra responsabilidad social y nos constituyamos responsable y legítimamente en unos dignos defensores del estado de derecho haciendo acopio de todo nuestro valor civil para exigir a todas las instancias del gobierno el cabal cumplimiento de la ley y con ello acabar con la impunidad que ha llevado a nuestro país a tan graves circunstancias de inseguridad jurídica, física y material, propiciando a propios y extraños un ambiente critico de estabilidad en todos los sentidos, es momento de dejar la cobardía, la indolencia, la irresponsabilidad, lo miserable, lo inseguros, para organizarnos y crecer de tal manera que consolidemos eso, que de dientes para afuera se les escucha decir debajo de la mesa o de las faldas de la mujer o la mamá que la autoridad no hace lo que debe hacer, vámonos dignificando en lo profesional y en lo personal, ante nuestra familia, ante nuestra sociedad y nuestra Patria, para ser un país fuerte con un gobierno respetuoso y respetable, lo cual traerá indiscutiblemente el combate a la corrupción.

locb15@hotmail.com