/ viernes 12 de julio de 2019

Un neoliberal menos


Pedro Peñaloza


Ningún hombre es una isla en sí mismo, cada hombre es parte del todo […] la muerte (y la pobreza) de cualquier hombre me afecta, porque soy parte de la humanidad.

John Donne

1. Un disidente con datos. Carlos Urzua, planteó, sin ambigüedades, lo que estaba pasando en los circuitos internos del gobierno de AMLO. Dice en su carta de renuncia, que “se tomaron decisiones de política pública sin el suficiente sustento”, lo que ventiló el renunciante, es que el dinero de los contribuyentes se está tirando al caño o se está metiendo en el ventilador de la ocurrencia. Aunado a lo anterior, el exsecretario denunció lo siguiente: “me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de intereses”. Como se observa, Urzúa plantea otros dos elementos, igualmente perniciosos, contrarios a la perorata de las misas matutinas del titular del ejecutivo federal.

2. Un neoliberal desenmascarado. Como ya es costumbre, el inquilino de Palacio Nacional (que no pagará renta) suele defenestrar a quienes cuestionan o se oponen a sus ideales y planteamientos. La respuesta a la renuncia de su excompañero constata los desplantes de quien es incapaz de discutir proyectos y reivindicar ideas.

El gabinete estaba penetrado por un grupo de neoliberales encabezados por Urzúa, los cuales permanecieron en sus puestos no obstante sus aviesos intereses. De esta manera, se reafirma el inconsistente pensamiento del exjefe de gobierno, quien gritó a los cuatro vientos que el neoliberalismo había fenecido con el arribo de él a la presidencia. Todo sea por pisotear a quien no se pliega a sus caprichos. Confirmado: el rumbo del país está sujeto al humor de un personaje, por ahora, poderoso. ¿Quién sigue?


pedropenaloza@yahoo.com

Twitter: @pedro_penaloz


Pedro Peñaloza


Ningún hombre es una isla en sí mismo, cada hombre es parte del todo […] la muerte (y la pobreza) de cualquier hombre me afecta, porque soy parte de la humanidad.

John Donne

1. Un disidente con datos. Carlos Urzua, planteó, sin ambigüedades, lo que estaba pasando en los circuitos internos del gobierno de AMLO. Dice en su carta de renuncia, que “se tomaron decisiones de política pública sin el suficiente sustento”, lo que ventiló el renunciante, es que el dinero de los contribuyentes se está tirando al caño o se está metiendo en el ventilador de la ocurrencia. Aunado a lo anterior, el exsecretario denunció lo siguiente: “me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de intereses”. Como se observa, Urzúa plantea otros dos elementos, igualmente perniciosos, contrarios a la perorata de las misas matutinas del titular del ejecutivo federal.

2. Un neoliberal desenmascarado. Como ya es costumbre, el inquilino de Palacio Nacional (que no pagará renta) suele defenestrar a quienes cuestionan o se oponen a sus ideales y planteamientos. La respuesta a la renuncia de su excompañero constata los desplantes de quien es incapaz de discutir proyectos y reivindicar ideas.

El gabinete estaba penetrado por un grupo de neoliberales encabezados por Urzúa, los cuales permanecieron en sus puestos no obstante sus aviesos intereses. De esta manera, se reafirma el inconsistente pensamiento del exjefe de gobierno, quien gritó a los cuatro vientos que el neoliberalismo había fenecido con el arribo de él a la presidencia. Todo sea por pisotear a quien no se pliega a sus caprichos. Confirmado: el rumbo del país está sujeto al humor de un personaje, por ahora, poderoso. ¿Quién sigue?


pedropenaloza@yahoo.com

Twitter: @pedro_penaloz