/ lunes 17 de enero de 2022

Un derecho mediado por dinero es un privilegio

Un día como hoy, en el que miles de estudiantes comienzan un nuevo semestre, me gustaría decirles: ¡enhorabuena!, disfruta la mejor etapa de tu vida. Sin embargo, el tiempo que vivimos nos exige dejar de mirar en lo individual y pensar en colectivo. Hoy en día la educación más allá de los retos, enfrenta una enorme amenaza, y no, no solo es el Ómicron, es la falta de compromiso del Estado para garantizar nuestro derecho a la educación pública.

Poco más de 311 mil estudiantes estamos matriculados en la Universidad de Guadalajara, la mejor universidad pública estatal del país. Al día de hoy, para tener acceso a educación de calidad se requiere que el Estado brinde un sistema integral de salud, particularmente de salud mental, pues si miran las estadísticas en Jalisco existe otra pandemia, los suicidios en la población joven han crecido exponencialmente. Entre mis compañeras y compañeros es evidente que este es uno de los principales problemas que les preocupan. Porque sí, es muy fácil decir “ve a terapia”, pero no todos pueden pagar consultas regulares de 500 pesos o más; y el problema no se borra, persiste y está acabando con los sueños y la vida de miles de jóvenes.

El Estado debería intervenir más allá de los discursos y emprender acciones para gestionar bienestar emocional, con psicólogos para dar terapias, con arte y deporte para mejorar nuestra calidad de vida, con campañas de prevención de adicciones para que los jóvenes no caigan en el camino de las drogas, y reciban la ayuda que necesitan. Los problemas de salud mental seguirán acentuándose, más áun, mientras la pandemia por covid-19 persista y es que la escuela funge para muchas de estas personas como un refugio y ante la imposibilidad de volver a clases presenciales, muchos estudiantes quedarán desamparados con más problemas económicos y de salud.

Como bien dice mi amigo César Ruvalcaba, si un derecho necesita dinero de por medio para poder ejercerlo, entonces es un privilegio, no es un derecho como tal. Garantizar el derecho a la educación requiere que el Estado apoye a la educación, no la castigue con recortes de presupuesto, se agradece pero no es suficiente maestros frente a grupo y becas de transporte para estudiantes. Para las clases virtuales se necesita garantizar acceso a internet y equipo de cómputo digno para tomar clases, ambos fuera del alcance del bolsillo de la mayoría de las familias de mis compañeros. Estas necesidades se encuentran fuera de las prioridades del gobierno y de su presupuesto, así lo votaron los diputados y diputadas del estado de Jalisco a propuesta del gobernador; así fue como le dieron la espalda a toda una generación.

En los pasillos vacíos de la universidad solo transita el fantasma de la deserción. Entre un 3 hasta un 20% de estudiantes ya no regresaron a clases al término del semestre anterior, por irse a trabajar, por apoyar económicamente a su familia, por sentir que no aprendían lo suficiente, y por lo tanto el semestre era una pérdida de tiempo. En todas estas historias de familias de al menos 40 mil alumnos, aún se puede hacer algo para incidir positivamente, estamos a tiempo de ayudarles a tener un final feliz, que no se queden con la nostalgia de preguntarse ¿Qué se sentirá graduarse?

Estamos ante un nuevo regreso a clases, rencontrarnos siempre será una buena noticia. Hoy debemos pensar en colectivo y cuidarnos, porque la vacuna no nos exenta de no contagiarnos. Si queremos volver a reunirnos en el aula, lo que hagamos hoy y lo que le exijamos a las autoridades será determinante.

* Presidente de la FEU

Twitter @JavierArmentaMX

Un día como hoy, en el que miles de estudiantes comienzan un nuevo semestre, me gustaría decirles: ¡enhorabuena!, disfruta la mejor etapa de tu vida. Sin embargo, el tiempo que vivimos nos exige dejar de mirar en lo individual y pensar en colectivo. Hoy en día la educación más allá de los retos, enfrenta una enorme amenaza, y no, no solo es el Ómicron, es la falta de compromiso del Estado para garantizar nuestro derecho a la educación pública.

Poco más de 311 mil estudiantes estamos matriculados en la Universidad de Guadalajara, la mejor universidad pública estatal del país. Al día de hoy, para tener acceso a educación de calidad se requiere que el Estado brinde un sistema integral de salud, particularmente de salud mental, pues si miran las estadísticas en Jalisco existe otra pandemia, los suicidios en la población joven han crecido exponencialmente. Entre mis compañeras y compañeros es evidente que este es uno de los principales problemas que les preocupan. Porque sí, es muy fácil decir “ve a terapia”, pero no todos pueden pagar consultas regulares de 500 pesos o más; y el problema no se borra, persiste y está acabando con los sueños y la vida de miles de jóvenes.

El Estado debería intervenir más allá de los discursos y emprender acciones para gestionar bienestar emocional, con psicólogos para dar terapias, con arte y deporte para mejorar nuestra calidad de vida, con campañas de prevención de adicciones para que los jóvenes no caigan en el camino de las drogas, y reciban la ayuda que necesitan. Los problemas de salud mental seguirán acentuándose, más áun, mientras la pandemia por covid-19 persista y es que la escuela funge para muchas de estas personas como un refugio y ante la imposibilidad de volver a clases presenciales, muchos estudiantes quedarán desamparados con más problemas económicos y de salud.

Como bien dice mi amigo César Ruvalcaba, si un derecho necesita dinero de por medio para poder ejercerlo, entonces es un privilegio, no es un derecho como tal. Garantizar el derecho a la educación requiere que el Estado apoye a la educación, no la castigue con recortes de presupuesto, se agradece pero no es suficiente maestros frente a grupo y becas de transporte para estudiantes. Para las clases virtuales se necesita garantizar acceso a internet y equipo de cómputo digno para tomar clases, ambos fuera del alcance del bolsillo de la mayoría de las familias de mis compañeros. Estas necesidades se encuentran fuera de las prioridades del gobierno y de su presupuesto, así lo votaron los diputados y diputadas del estado de Jalisco a propuesta del gobernador; así fue como le dieron la espalda a toda una generación.

En los pasillos vacíos de la universidad solo transita el fantasma de la deserción. Entre un 3 hasta un 20% de estudiantes ya no regresaron a clases al término del semestre anterior, por irse a trabajar, por apoyar económicamente a su familia, por sentir que no aprendían lo suficiente, y por lo tanto el semestre era una pérdida de tiempo. En todas estas historias de familias de al menos 40 mil alumnos, aún se puede hacer algo para incidir positivamente, estamos a tiempo de ayudarles a tener un final feliz, que no se queden con la nostalgia de preguntarse ¿Qué se sentirá graduarse?

Estamos ante un nuevo regreso a clases, rencontrarnos siempre será una buena noticia. Hoy debemos pensar en colectivo y cuidarnos, porque la vacuna no nos exenta de no contagiarnos. Si queremos volver a reunirnos en el aula, lo que hagamos hoy y lo que le exijamos a las autoridades será determinante.

* Presidente de la FEU

Twitter @JavierArmentaMX