/ domingo 12 de julio de 2020

Un Congreso y un Consejo hereje e intonso

Da pena ajena el grado de cinismo, ignorancia o mala fe, de las instituciones legislativa, como del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado; lo sostengo sin temor a equivocarme, sobre todo con el último acto del Consejo de la Judicatura, por demás injurioso, siniestro y cínico, de cambiar de adscripción a la Titular del Juzgado Decimoprimero de lo Penal, para sustituirla por indiscutible títere, que sin el tiempo suficiente, tan siquiera para darse tiempo suficiente para poder enterarse de las constancias de autos, decreta una libertad que públicamente y por los medios de comunicación se ha debatido y a la que desde luego no me liga ningún interés, más que la pena de seguir contando con un Consejo integrado por pillos.

Como sucede en la actual Legislatura, que nombró a los nuevos integrantes, que los que ya estaban, era sabida su calaña, por eso es que el día de ayer, que dizque se celebraba el día del abogado, que me disculpen todos mis compañeros de profesión, amigos de la bohemia y de la fiesta, que no sé qué celebraban, cuando en particular Jalisco, transita por la peor época del estado del derecho, de la procuración y administración de la justicia, que además de la salubridad, la seguridad pública y la paz social, brillan por su ausencia, me parece que sería más conveniente celebrar actos de contrición y emprender una lucha sin tregua en contra de este estado de cosas.

Es innegable que además de la herejía se exhibe la ignorancia o la falta de cultura jurídica, no tan solo de estas instituciones, sino de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, así como de la Fiscalía de Combate a la Corrupción, que serían las competentes, una para denunciar y la otra para perseguir de oficio el delito inducido por la mayoría del Pleno del Congreso del Estado, al designar ilegalmente a tres Consejeros que hoy son la mayoría del Consejo de la “Caricatura” y, la desvergüenza de estos que valiéndose de la nocturnidad, unos y otros, aceptaron y rindieron protesta para el desempeño de un cargo del que no reúnen los requisitos de ley, de acuerdo a las convocatorias hechas por el Congreso del Estado, para ese efecto y que como el ladrón, que espera la nocturnidad para apoderarse de un bien que no le pertenece, así se cometió, por los designantes como por los aceptantes de dicho cargo, que además tienen la desvergüenza de tomar y protestar cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen, cuando con ese acto, estaban cometiendo cínicamente un grave atropello al estado de derecho y hasta hoy nadie se ha atrevido a denunciar esa violación al estado de derecho y a los derechos humanos de varios participantes, más capaces, que si aprobaron y no como estos, reprobados y de una fama pública poco clara y que sin justificación valida y por sobre todo legal, les agravian sus derechos, en un estado ufano de legalidad, honestidad y de congruencia.

El Código Penal del Estado de Jalisco, en su artículo 145 fracción I, nítidamente dice que desempeñar un cargo sin reunir los requisitos de ley, es un delito que se castiga con pena corporal de tres meses a tres años y una pena pecuniaria y que además el numeral 144 del mismo cuerpo de leyes, sanciona el abuso de autoridad, cuando se cometen estos actos, lo que hace indiscutiblemente, que por ningún motivo esos actos de la Legislatura LXII, sean intolerables y sigan en funciones, tanto los Diputados Titulares, que aprobaron esos nombramientos, como todos los integrantes del Consejo de la “Caricatura” que hoy cínicamente se desempeñan y pronuncian actos, desde luego, con totales vicios de nulidad y de ilicitud, que también deben ser perseguidos y sancionados por las autoridades competentes.

A mis compañeros abogados, les reitero mi solidaridad en todo aquello que nos dignifique y hagamos en pos de un cambio auténtico de esta realidad, tan penosa y tan indigna de nuestro gremio y de la que somos los más responsables por ser los conocedores obligados de la ley, ¡vamos no hay que desmayar! no hay peor cobardía que la de callar cuando se debe hablar, como un día lo dijo Abraham Lincoln.

* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com

Da pena ajena el grado de cinismo, ignorancia o mala fe, de las instituciones legislativa, como del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado; lo sostengo sin temor a equivocarme, sobre todo con el último acto del Consejo de la Judicatura, por demás injurioso, siniestro y cínico, de cambiar de adscripción a la Titular del Juzgado Decimoprimero de lo Penal, para sustituirla por indiscutible títere, que sin el tiempo suficiente, tan siquiera para darse tiempo suficiente para poder enterarse de las constancias de autos, decreta una libertad que públicamente y por los medios de comunicación se ha debatido y a la que desde luego no me liga ningún interés, más que la pena de seguir contando con un Consejo integrado por pillos.

Como sucede en la actual Legislatura, que nombró a los nuevos integrantes, que los que ya estaban, era sabida su calaña, por eso es que el día de ayer, que dizque se celebraba el día del abogado, que me disculpen todos mis compañeros de profesión, amigos de la bohemia y de la fiesta, que no sé qué celebraban, cuando en particular Jalisco, transita por la peor época del estado del derecho, de la procuración y administración de la justicia, que además de la salubridad, la seguridad pública y la paz social, brillan por su ausencia, me parece que sería más conveniente celebrar actos de contrición y emprender una lucha sin tregua en contra de este estado de cosas.

Es innegable que además de la herejía se exhibe la ignorancia o la falta de cultura jurídica, no tan solo de estas instituciones, sino de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, así como de la Fiscalía de Combate a la Corrupción, que serían las competentes, una para denunciar y la otra para perseguir de oficio el delito inducido por la mayoría del Pleno del Congreso del Estado, al designar ilegalmente a tres Consejeros que hoy son la mayoría del Consejo de la “Caricatura” y, la desvergüenza de estos que valiéndose de la nocturnidad, unos y otros, aceptaron y rindieron protesta para el desempeño de un cargo del que no reúnen los requisitos de ley, de acuerdo a las convocatorias hechas por el Congreso del Estado, para ese efecto y que como el ladrón, que espera la nocturnidad para apoderarse de un bien que no le pertenece, así se cometió, por los designantes como por los aceptantes de dicho cargo, que además tienen la desvergüenza de tomar y protestar cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen, cuando con ese acto, estaban cometiendo cínicamente un grave atropello al estado de derecho y hasta hoy nadie se ha atrevido a denunciar esa violación al estado de derecho y a los derechos humanos de varios participantes, más capaces, que si aprobaron y no como estos, reprobados y de una fama pública poco clara y que sin justificación valida y por sobre todo legal, les agravian sus derechos, en un estado ufano de legalidad, honestidad y de congruencia.

El Código Penal del Estado de Jalisco, en su artículo 145 fracción I, nítidamente dice que desempeñar un cargo sin reunir los requisitos de ley, es un delito que se castiga con pena corporal de tres meses a tres años y una pena pecuniaria y que además el numeral 144 del mismo cuerpo de leyes, sanciona el abuso de autoridad, cuando se cometen estos actos, lo que hace indiscutiblemente, que por ningún motivo esos actos de la Legislatura LXII, sean intolerables y sigan en funciones, tanto los Diputados Titulares, que aprobaron esos nombramientos, como todos los integrantes del Consejo de la “Caricatura” que hoy cínicamente se desempeñan y pronuncian actos, desde luego, con totales vicios de nulidad y de ilicitud, que también deben ser perseguidos y sancionados por las autoridades competentes.

A mis compañeros abogados, les reitero mi solidaridad en todo aquello que nos dignifique y hagamos en pos de un cambio auténtico de esta realidad, tan penosa y tan indigna de nuestro gremio y de la que somos los más responsables por ser los conocedores obligados de la ley, ¡vamos no hay que desmayar! no hay peor cobardía que la de callar cuando se debe hablar, como un día lo dijo Abraham Lincoln.

* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com