El transporte público es una necesidad del ser humano para la movilidad de un lugar a otro o de un destino hacia otro destino, el ser humano siempre ha buscado transportarse por cualquier medio, ya sea terrestre, aéreo o acuáticos, pero el transporte urbano que tenemos en la zona metropolitana de Guadalajara o en algunas otras ciudades del Estado de Jalisco.
Es un fenómeno aparte, el mismo dentro de la ciudad es trasladarse para ir al trabajo, hogar, escuela o algún centro de diversión donde el transporte tiene su costo, un costo que debe de generar riqueza para el inversionista; mucho se comenta dentro del medio empresarial del transporte urbano de que si el transporte es negocio o no es negocio.
Para algunos como para los empresarios del transporte de Puerto Vallarta ha dejado de ser negocio cuando el crimen organizado se ha apoderado del negocio del transporte público en esta región turística de Jalisco, muchos inversionistas que trataron de crear una empresa de transporte urbano fueron desplazados por el crimen organizado, algunos empresarios desaparecidos y otros más golpeados y torturados, ya que el transporte público urbano se ha convertido en el negocio del crimen organizado, asimismo la pregunta sigue, ¿es negocio el transporte público?, y si fuera negocio ¿para quién es negocio?, ante la falta de controles de pago de impuestos, de la misma manera ante la falta de proyecto en el Estado de lo que se denominó ruta empresa.
El transporte público es utilizado por las clases media y baja, no así la clase alta, a quién no le afecta si el transporte público va a la alza, pero a la clase popular si les afecta el alza del transporte público llámese empresas del Estado en sus líneas de tren ligero y macrobús o transporte empresarial privado, donde algunas líneas dado el negocio que representan por las rutas y derroteros que transitan se convierten en negocio privado, y las mismas dentro de la zona metropolitana de Guadalajara se encuentran en un latente riesgo ante la sombra del crimen organizado que tratan de despojar a los empresarios privados de sus camiones y de sus rutas, el Estado hasta el momento no ha hecho un estudio de seguridad vial ni seguridad jurídica para esos empresarios del transporte urbano, y así garantizar el desarrollo económico empresarial.
El aumento del transporte urbano tiene que ir en armonía con la inflación de la economía nacional y mantener un equilibrio entre el aumento salarial y el pago de este servicio tan necesario para el bienestar social, el mismo bienestar que representa el desarrollo económico de la familia, el municipio y el Estado.
Por lo que no se debe de dar un aumento de manera unilateral, ya que esto representa únicamente una tendencia individual que beneficia a unos cuantos y que perjudica el bien y el desarrollo de la colectividad de los habitantes de la zona metropolitana.
Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara y Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.
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