/ domingo 15 de julio de 2018

Ticona y la conferencia episcopal boliviana

En una iglesia que predica el amor de Dios, no debería haber cabida para la discriminación, si es que es cierto que este lamentable mal ha llevado a los obispos católicos de Bolivia a desautorizar a Toribio Ticona Porco como portavoz de la Iglesia católica, luego de que éste “hiciera varias declaraciones en las que evitó sumarse al rechazo de los prelados a una nueva postulación presidencial de [Evo] Morales”, refiere una nota publicada por Sputnik, el pasado 15 de junio.

Las declaraciones de ambos lados ponen en evidencia el enfrentamiento entre los miembros del episcopado boliviano, algunos de los cuales se oponen a la reelección que Evo buscará en 2019, en tanto que Ticona, ordenado cardenal recientemente por el papa Francisco, apoya las aspiraciones reeleccionistas del mandatario boliviano.

Los problemas para el sacerdote de origen quechua, nacido el 25 de abril de 1937 en Atocha, un pequeño poblado situado en el departamento de Potosí, comenzaron el pasado 2 de mayo. Ese día, el papa Francisco anunció la designación de Ticona como el tercer cardenal de Bolivia, cargo para el que fue consagrado el 29 de junio del presente año.

Tras su nombramiento surgieron “versiones no oficiales” (como las califica The Associated Press) que aseguran que Ticona tuvo vida marital e hijos “mientras ejercía en Corocoro, al mismo tiempo, en el obispado de Oruro, “informa” el blog español Adelante la fe, el cual añade que “la señora y los hijos se enorgullecen de llamarse esposa e hijos del ‘Obispo de Patacamaya’ como es conocido también el Obispo Toribio Ticona”.

De acuerdo con The Associated Press, el ahora purpurado católico reaccionó de inmediato y, a través de un comunicado, respondió a sus detractores en los siguientes términos: “Afirmo que soy completamente extraño a los hechos mencionados y que estoy dispuesto a defender mi honor en todas las instancias necesarias... Si estas denuncias persistieran no tendré ningún problema de comenzar una denuncia judicial contra quienes la impulsan o propagan”.

Vino luego el desencuentro con la Conferencia Episcopal de Bolivia desconociéndolo públicamente como portavoz de la iglesia católica, lo que generó la inmediata reacción del cardenal indígena, quien calificó las declaraciones del episcopado boliviano como una clara manifestación de discriminación: "Alguna persona me ha dicho que como soy de origen campesino, indio, no aceptan así nomás, quieren siempre ellos exaltarse, en fin, por vanidad y ostentación, pero no creo", manifestó el clérigo.

El cardenal declaró también al diario La Razón: “Evo es mi amigo, y un amigo no debe ser de un momento, cuando estés en el poder; en las buenas y en las malas, amigos”. En la entrevista concedida al mencionado medio de comunicación, el cardenal boliviano aceptó que existe entre el gobierno y el clero un distanciamiento desde la sentencia judicial que habilita la reelección del presidente de Bolivia en 2019: “Y ojalá sea mi presencia de Cardenal de Bolivia para acercar esta polaridad que existe”, señaló el prelado.

Luego del supuesto acto de discriminación en contra de Ticona de parte de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Evo Morales expresó a éste su solidaridad: “Mi respeto, cariño y admiración al hermano Toribio Ticona, Cardenal de Bolivia. ¡Fuerza!, los obispos y católicos de base, que defienden y trabajan con los pobres, están contigo”, tuiteó el presidente boliviano.

No sé si sea un acto de discriminación de los obispos en contra del cardenal Ticona por su origen indígena, lo que sí sé es que se trata de un ilegal acto de injerencia que no debería existir en un país donde la Constitución Política del Estado establece en su artículo 4°: “El Estado respeta y garantiza la libertad de religión, y de creencias espirituales de acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión”.

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En una iglesia que predica el amor de Dios, no debería haber cabida para la discriminación, si es que es cierto que este lamentable mal ha llevado a los obispos católicos de Bolivia a desautorizar a Toribio Ticona Porco como portavoz de la Iglesia católica, luego de que éste “hiciera varias declaraciones en las que evitó sumarse al rechazo de los prelados a una nueva postulación presidencial de [Evo] Morales”, refiere una nota publicada por Sputnik, el pasado 15 de junio.

Las declaraciones de ambos lados ponen en evidencia el enfrentamiento entre los miembros del episcopado boliviano, algunos de los cuales se oponen a la reelección que Evo buscará en 2019, en tanto que Ticona, ordenado cardenal recientemente por el papa Francisco, apoya las aspiraciones reeleccionistas del mandatario boliviano.

Los problemas para el sacerdote de origen quechua, nacido el 25 de abril de 1937 en Atocha, un pequeño poblado situado en el departamento de Potosí, comenzaron el pasado 2 de mayo. Ese día, el papa Francisco anunció la designación de Ticona como el tercer cardenal de Bolivia, cargo para el que fue consagrado el 29 de junio del presente año.

Tras su nombramiento surgieron “versiones no oficiales” (como las califica The Associated Press) que aseguran que Ticona tuvo vida marital e hijos “mientras ejercía en Corocoro, al mismo tiempo, en el obispado de Oruro, “informa” el blog español Adelante la fe, el cual añade que “la señora y los hijos se enorgullecen de llamarse esposa e hijos del ‘Obispo de Patacamaya’ como es conocido también el Obispo Toribio Ticona”.

De acuerdo con The Associated Press, el ahora purpurado católico reaccionó de inmediato y, a través de un comunicado, respondió a sus detractores en los siguientes términos: “Afirmo que soy completamente extraño a los hechos mencionados y que estoy dispuesto a defender mi honor en todas las instancias necesarias... Si estas denuncias persistieran no tendré ningún problema de comenzar una denuncia judicial contra quienes la impulsan o propagan”.

Vino luego el desencuentro con la Conferencia Episcopal de Bolivia desconociéndolo públicamente como portavoz de la iglesia católica, lo que generó la inmediata reacción del cardenal indígena, quien calificó las declaraciones del episcopado boliviano como una clara manifestación de discriminación: "Alguna persona me ha dicho que como soy de origen campesino, indio, no aceptan así nomás, quieren siempre ellos exaltarse, en fin, por vanidad y ostentación, pero no creo", manifestó el clérigo.

El cardenal declaró también al diario La Razón: “Evo es mi amigo, y un amigo no debe ser de un momento, cuando estés en el poder; en las buenas y en las malas, amigos”. En la entrevista concedida al mencionado medio de comunicación, el cardenal boliviano aceptó que existe entre el gobierno y el clero un distanciamiento desde la sentencia judicial que habilita la reelección del presidente de Bolivia en 2019: “Y ojalá sea mi presencia de Cardenal de Bolivia para acercar esta polaridad que existe”, señaló el prelado.

Luego del supuesto acto de discriminación en contra de Ticona de parte de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Evo Morales expresó a éste su solidaridad: “Mi respeto, cariño y admiración al hermano Toribio Ticona, Cardenal de Bolivia. ¡Fuerza!, los obispos y católicos de base, que defienden y trabajan con los pobres, están contigo”, tuiteó el presidente boliviano.

No sé si sea un acto de discriminación de los obispos en contra del cardenal Ticona por su origen indígena, lo que sí sé es que se trata de un ilegal acto de injerencia que no debería existir en un país donde la Constitución Política del Estado establece en su artículo 4°: “El Estado respeta y garantiza la libertad de religión, y de creencias espirituales de acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión”.

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