Teletón ha logrado convertir la desesperanza generalizada que se vive en el mundo de la discapacidad en inmensas esperanzas cimentadas en hechos reales. Un colectivo que históricamente ha sufrido los embates del olvido mas atroz, si bien sigue no atendido en forma masiva y total, lleva 23 años de sentirse tomado en cuenta gracias a la existencia de una de las Instituciones son mayor sentido humanitario del país, pero sobre todo, lo mas importante: han logrado INCLUIR a un colectivo históricamente discriminado.. Gracias a esta batalla y a otras muchas que desde otras trincheras se libran, parece que han quedado atrás las épocas en las que personas con algún tipo de discapacidad padecían brutales medidas de confinamiento y violencia.
Los centros CRIT de Teletón son refugio donde habita la mejor expresión de la solidaridad y de la caridad humana, la atención a todas aquellas personas que asisten a estos centros se convierte en un quehacer que hermana. Si bien no exento de ciertas manifestaciones frívolas y protagónicas producto de atávicas culturas exhibicionistas, el evento anual televisivo nos conduce a dejar de lado la indiferencia, cáncer letal que enferma sociedades. Es sumamente importante que los organizadores se empeñen, con la misma pasión que lo hacen hasta ahora, en la tarea de mostrar la plétora de virtudes que conllevan estas miríficas personas y no su propia condición de discapacidad. Transformar el binomio aceptación por lastima en aceptación por admiración significara un enorme paso en la inclusión cotidiana del colectivo en comento. Es, en otras palabras darle al tema una orientación acentuadamente humana.
Cuando por momentos, y cabe aclarar que solamente ciertos participantes toman una actitud de soberbia protagónica, no dejo de pensar en las acertadas palabras de G. Zaid: La idolatría de las imágenes deja sin ojos para ver los milagros de la realidad. El buen filántropo es aquel que apoya sin hacer énfasis en su apoyo. No perdamos de vista que la solución final para atender a las personas con discapacidad será cuando adoptemos una verdadera cultura de solidaridad hacia ellos, convencernos, a nosotros mismos, de que nos interesa su situación para acudir en su apoyo.
TELETON tiene la virtud de la perseverancia, ejemplo que debemos recoger para personalmente transformar dicha perseverancia en costumbre. Además ha sabido dar importancia a lo que socialmente tiene importancia en épocas en las que los valores tergiversados dan un rumbo indefinido al destino del país. De aquí la importancia, perdón la insistencia, de que el recuerdo de la imágenes que se proyectan sean para recordar, la dignidad de la persona con discapacidad es indiscutible.
Estar en crisis no nos exime de solidarizarnos con las personas en discapacidad, por el contrario apoyar en estos momentos es dejar un referente y un legado a las próximas generaciones. Teletón ha transformado la indiferencia en cierto tipo de solidaridad que toca el corazón como promesa de justicia y felicidad. Aspirar que cada evento de estos deje una sensación entrañable y calida hacia las personas con discapacidad tendrá tanto valor como la construcción de los centros de apoyo CRIT, pues establecerá nuevas pautas de conducta. Así las cosas felicidades por un evento mas Teletón que logra que aparezca la generosidad así en la tele como en el cielo.
Esta columna viaja a lugares incluyentes tratando de averiguar cual es la formula. Felicidades por siempre.