Óscar Ramírez Castellanos
Conforme pasan los días, las semanas y los meses desde que apareció el Covid19 en nuestras vidas, se va perdiendo el miedo al contagio en las calles de nuestra ciudad y cada vez más se ve en la calle a personas como si no existiera la pandemia, sin cubre boca, saludándose de mano, abrazo y hasta de beso, mientras el tráfico de vehículos se incrementa más y más.
No debemos olvidar que el pasado domingo el gobernador Enrique Alfaro nuevamente nos comunicó que estamos al límite de apretar el botón de emergencia al llegar a 364 casos estimados por millón de habitantes siendo el límite 400 y que, aunque la ocupación hospitalaria va bajando semana con semana, es evidente que los contagios se están incrementando porqué nos estamos relajando, además de ignorar irresponsablemente que la pandemia no se ha terminado.
Sin ser médico y mucho menos especialista, todo nos indica que los contagios asintomáticos están a la orden del día, lo cual resulta mucho más riesgoso al no saber quién tiene el virus que tantas vidas han costado en nuestro estado, país y en el mundo entero. Por esta razón todos debemos subir la guardia nuevamente y que si bien es cierto la mayoría de los que se han contagiado no tienen síntomas y no les pasará nada, también es cierto que son los que pueden trasmitirlo sin saberlo a sus seres queridos como papás, abuelos e incluso amigos que se encuentran en una situación conocida o no, de vulnerabilidad por edad, enfermedad crónica, embarazo o inmunodepresión.
Es una realidad que a muchos no les cae el veinte de que estamos en una nueva normalidad que no podemos ignorar, en la que todos y sobre todo los jóvenes, debemos tener mayor conciencia y ponernos en los zapatos de nuestros papás o abuelos, que si llegan y los abrazan puede costarles la vida. Como analogía de lo que hoy vivimos ¿que haríamos si una persona apunta con un arma a un ser querido? Desde luego creo que sin pensarlo lo defenderíamos para que no le pase nada, bueno pues es lo mismo que demostraríamos si cumplimos con 4 acciones vitales en esta nueva etapa, salir solo si es necesario hacerlo, usar siempre y bien puesto el Cubre boca, lavarnos las manos constantemente y guardar la sana distancia entre todos.
Sería inconcebible que al finalizar esta pandemia no hayamos aprendido la lección y que salgamos de la misma forma en la que entramos, es necesario aprovechar esta gran oportunidad en la adversidad para convertirnos en una sociedad más solidaria y empática, con nuevos hábitos de alimentación y de practica del deporte como rutina de vida, para convertirnos además en una población más sana, preparada para el hoy y las enfermedades del futuro. Y aquí si es “sin miedo al éxito”.
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