/ domingo 22 de septiembre de 2019

Sin asombro ni agallas

La semana pasada sucedieron acontecimientos tan indignos, tan lamentables, tan tristes, tan dolorosos, tan crueles, tan sínicos, como es entre otros casos, el que siendo aproximadamente las 08:30 ocho horas con treinta minutos, del martes de la semana pasada, una dama, empleada del servicio público, al momento de estar llegando a su fuente de trabajo, un asesino, de la forma más artera y atroz, a media banqueta de la calle.

Donde fue el homicidio, le dispara en cuatro ocasiones, de las cuales aserto tres, provocando su deceso de manera instantánea, pero que estoy cierto, toda la sociedad nos enteramos de tal ejecución, cometida sobre una señora profesionista, madre de familia, honorable, honesta y digna del servicio público que prestaba, hasta ese momento.

Y así se me puedo referir de eventos ocurridos el mismo día y en el resto de la semana, que se suman a los miles que han sucedido durante los últimos años, también la mayoría, según los medios de comunicación y la precaria información que rinden las autoridades, con una crueldad inusitada y en una cantidad descomunal, que solamente una sociedad castrada, pusilánime, indigna e inhumana, mantiene una actitud tan indecorosa, como es la nuestra, sin distingo de clases sociales, ni económicas ni profesionales, guardando una indiferencia, que de seguir así, nuestro futuro nada positivo o diferente podrá ser y para los que estamos entrados en años, cobardemente podremos decir, “no puedo hacer nada”, “yo no puedo cambiar nada”, sin voltear a ver a nuestros hijos, nietos o bisnietos, a quienes les estamos legando un gobierno sin autoridad, sin capacidad y peor aún, pereciera, sin interés ni mucho menos sensibilidad, para poner un remedio inmediato para combatir al ingobernable, que lo ha superado, sin importarle el dolor que causa a las víctimas y a su entorno.

A mi querido y único lector le digo que debemos de manifestarnos por todos los medios, por todas partes, con todo el valor civil y el coraje que las circunstancias exigen, que sin importar lo amargo del remedio, pero que cure, el gobierno se aplique en reestablecer la paz social y el orden, hoy tan ausentes, ya basta de tanta sangre derramada, donde los medios informan que aquí, allá y acullá, hay cuerpos en fosas clandestinas, en carreteras, en las calles, de lo que la autoridad ya tiene conocimiento y, la mentira más grande “ya están investigando” y esto lo afirmo y lo sostengo, porque no hay con que ni tienen con quien hacerlo, pues se escucha decir, por parte de los gobiernos Federal, Estatal y Municipal, cantidades estratosféricas para sus respectivas administraciones, que si todo el presupuesto, es necesario para abatir la criminalidad tan exagerada, ahí se debe invertir, antes que en cualquier otra necesidad, que desafortunadamente, lo que se dice y decimos por todas partes, que las autoridades en turno solo quieren invertir el presupuesto en obras públicas y otros bienes que les genere ganancias y nada en la seguridad pública ni en la justicia, que la salud es otro tema gravísimo, totalmente desatendido por los tres niveles de gobierno.

* Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com

La semana pasada sucedieron acontecimientos tan indignos, tan lamentables, tan tristes, tan dolorosos, tan crueles, tan sínicos, como es entre otros casos, el que siendo aproximadamente las 08:30 ocho horas con treinta minutos, del martes de la semana pasada, una dama, empleada del servicio público, al momento de estar llegando a su fuente de trabajo, un asesino, de la forma más artera y atroz, a media banqueta de la calle.

Donde fue el homicidio, le dispara en cuatro ocasiones, de las cuales aserto tres, provocando su deceso de manera instantánea, pero que estoy cierto, toda la sociedad nos enteramos de tal ejecución, cometida sobre una señora profesionista, madre de familia, honorable, honesta y digna del servicio público que prestaba, hasta ese momento.

Y así se me puedo referir de eventos ocurridos el mismo día y en el resto de la semana, que se suman a los miles que han sucedido durante los últimos años, también la mayoría, según los medios de comunicación y la precaria información que rinden las autoridades, con una crueldad inusitada y en una cantidad descomunal, que solamente una sociedad castrada, pusilánime, indigna e inhumana, mantiene una actitud tan indecorosa, como es la nuestra, sin distingo de clases sociales, ni económicas ni profesionales, guardando una indiferencia, que de seguir así, nuestro futuro nada positivo o diferente podrá ser y para los que estamos entrados en años, cobardemente podremos decir, “no puedo hacer nada”, “yo no puedo cambiar nada”, sin voltear a ver a nuestros hijos, nietos o bisnietos, a quienes les estamos legando un gobierno sin autoridad, sin capacidad y peor aún, pereciera, sin interés ni mucho menos sensibilidad, para poner un remedio inmediato para combatir al ingobernable, que lo ha superado, sin importarle el dolor que causa a las víctimas y a su entorno.

A mi querido y único lector le digo que debemos de manifestarnos por todos los medios, por todas partes, con todo el valor civil y el coraje que las circunstancias exigen, que sin importar lo amargo del remedio, pero que cure, el gobierno se aplique en reestablecer la paz social y el orden, hoy tan ausentes, ya basta de tanta sangre derramada, donde los medios informan que aquí, allá y acullá, hay cuerpos en fosas clandestinas, en carreteras, en las calles, de lo que la autoridad ya tiene conocimiento y, la mentira más grande “ya están investigando” y esto lo afirmo y lo sostengo, porque no hay con que ni tienen con quien hacerlo, pues se escucha decir, por parte de los gobiernos Federal, Estatal y Municipal, cantidades estratosféricas para sus respectivas administraciones, que si todo el presupuesto, es necesario para abatir la criminalidad tan exagerada, ahí se debe invertir, antes que en cualquier otra necesidad, que desafortunadamente, lo que se dice y decimos por todas partes, que las autoridades en turno solo quieren invertir el presupuesto en obras públicas y otros bienes que les genere ganancias y nada en la seguridad pública ni en la justicia, que la salud es otro tema gravísimo, totalmente desatendido por los tres niveles de gobierno.

* Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com