/ lunes 14 de octubre de 2019

Seguridad fracaso del Gobierno Federal

Desde hace años la seguridad es tema irresoluble de gobiernos federales, si bien es verdad que también es tema de los gobiernos locales y municipales, el gobierno federal es el único que cuenta con la fuerza y los recursos para resolver el problema, es así que Calderón y Peña echaron mano de toda la fuerza del Estado, incluidas las Fuerzas Armadas y no así.

El problema de la seguridad, en eso si tiene razón el presidente Obrador, debe acometerse con visión integral, ello no quiere decir que los presidentes anteriores no hubiesen observado lo mismo, evidentemente no es tema que se resuelva en un sexenio nada más, requiere continuidad de las políticas públicas y eso es imposible visualizarlo desde Macuspana.

El propósito del presidente de apoyar económicamente a los jóvenes para que no delincan es acertado pero parcial, se requiere calidad educativa que fortalezca esa política de apoyo, que con el desmantelamiento de la reforma educativa, eliminación de exámenes y sometimiento a los caprichos de la Coordinadora magisterial queda incompleta. Solo quien no estudia y reprueba, está en contra de los exámenes.

Es cómodo para el gobierno federal culpar a los gobiernos locales y a los municipios, cuando el gobierno federal no hace lo que le corresponde, y en lugar de eso, manda mensajes de ¡fuchi! ¡Guácala! Y pretende eludir su responsabilidad llamando a las ¡madrecitas! Empeñado en cuidar su imagen para no ser acusado de represor, deja que la delincuencia florezca. Utilizando a la Guardia Nacional en tareas de persecución de migrantes. Porque hay que decirlo con todas sus letras, usted y yo y todos los mexicanos, pagamos con nuestra inseguridad, la imagen de un gobierno que es incapaz de asumir su responsabilidad por el miedo a pagar con su prestigio, y prefiere que la delincuencia crezca, antes de enfrentarla a costa de su aceptación en las encuestas.

Los gobiernos locales, a pesar de las “supuestas” desmañanadas, aquí vale la pena precisar y no confundir, no es mayor esfuerzo ni merito cambiar sus horarios, durmiendo a las seis de la tarde para levantarse a las cuatro de la mañana – del presidente, que no se ve el resultado aún.

La autoridad y la fuerza del Estado – que es quien tiene el monopolio del ejercicio de la fuerza pública – pero cuando por miedo o cobardía no se ejerce, siendo su obligación, es negligencia indolente, responsabilidad por omisión.

Por más declaraciones que hagan, la realidad es que los gobiernos Estatales y municipales, sufren el embate de los recortes, particularmente aquellos que no son del mismo Partido que el del Presidente, lamentable porque en lugar de privilegiar las necesidades de la población se privilegia al clientelismo electoral.

Inevitablemente, los gobiernos locales tendrán que explorar nuevas y a veces nada ortodoxas formas de combatir a la delincuencia, personal capacitado encubierto, muchísima inteligencia e investigación para identificar cabecillas incluidos sus eventuales sucesores y desarticular organizaciones delictivas, con un costo elevado de derechos humanos. A grandes males, grandes remedios. No hacerlo, sería mantener y fomentar grupos delictivos cuyo negocio prospera a costo de vidas y bienes de los ciudadanos, igual que la popularidad de un presidente que apuesta a culpar a los gobiernos que no surgieron de su Partido.

sadot16@hotmail.com

@EduardoSadot

Desde hace años la seguridad es tema irresoluble de gobiernos federales, si bien es verdad que también es tema de los gobiernos locales y municipales, el gobierno federal es el único que cuenta con la fuerza y los recursos para resolver el problema, es así que Calderón y Peña echaron mano de toda la fuerza del Estado, incluidas las Fuerzas Armadas y no así.

El problema de la seguridad, en eso si tiene razón el presidente Obrador, debe acometerse con visión integral, ello no quiere decir que los presidentes anteriores no hubiesen observado lo mismo, evidentemente no es tema que se resuelva en un sexenio nada más, requiere continuidad de las políticas públicas y eso es imposible visualizarlo desde Macuspana.

El propósito del presidente de apoyar económicamente a los jóvenes para que no delincan es acertado pero parcial, se requiere calidad educativa que fortalezca esa política de apoyo, que con el desmantelamiento de la reforma educativa, eliminación de exámenes y sometimiento a los caprichos de la Coordinadora magisterial queda incompleta. Solo quien no estudia y reprueba, está en contra de los exámenes.

Es cómodo para el gobierno federal culpar a los gobiernos locales y a los municipios, cuando el gobierno federal no hace lo que le corresponde, y en lugar de eso, manda mensajes de ¡fuchi! ¡Guácala! Y pretende eludir su responsabilidad llamando a las ¡madrecitas! Empeñado en cuidar su imagen para no ser acusado de represor, deja que la delincuencia florezca. Utilizando a la Guardia Nacional en tareas de persecución de migrantes. Porque hay que decirlo con todas sus letras, usted y yo y todos los mexicanos, pagamos con nuestra inseguridad, la imagen de un gobierno que es incapaz de asumir su responsabilidad por el miedo a pagar con su prestigio, y prefiere que la delincuencia crezca, antes de enfrentarla a costa de su aceptación en las encuestas.

Los gobiernos locales, a pesar de las “supuestas” desmañanadas, aquí vale la pena precisar y no confundir, no es mayor esfuerzo ni merito cambiar sus horarios, durmiendo a las seis de la tarde para levantarse a las cuatro de la mañana – del presidente, que no se ve el resultado aún.

La autoridad y la fuerza del Estado – que es quien tiene el monopolio del ejercicio de la fuerza pública – pero cuando por miedo o cobardía no se ejerce, siendo su obligación, es negligencia indolente, responsabilidad por omisión.

Por más declaraciones que hagan, la realidad es que los gobiernos Estatales y municipales, sufren el embate de los recortes, particularmente aquellos que no son del mismo Partido que el del Presidente, lamentable porque en lugar de privilegiar las necesidades de la población se privilegia al clientelismo electoral.

Inevitablemente, los gobiernos locales tendrán que explorar nuevas y a veces nada ortodoxas formas de combatir a la delincuencia, personal capacitado encubierto, muchísima inteligencia e investigación para identificar cabecillas incluidos sus eventuales sucesores y desarticular organizaciones delictivas, con un costo elevado de derechos humanos. A grandes males, grandes remedios. No hacerlo, sería mantener y fomentar grupos delictivos cuyo negocio prospera a costo de vidas y bienes de los ciudadanos, igual que la popularidad de un presidente que apuesta a culpar a los gobiernos que no surgieron de su Partido.

sadot16@hotmail.com

@EduardoSadot