/ sábado 17 de noviembre de 2018

Se propone consejo asesor de lucha social

Ernesto Díaz Martínez


El próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador AMLO, anunció apenas ayer jueves, que recibe con gusto la propuesta de un pequeño grupo conformado inicialmente por 8 ocho empresarios de los más ricos de México, principalmente representados por los dueños de las principales televisoras privadas, el duopolio encabezado por Televisa y Televisión Azteca, que conformará el llamado Consejo Asesor Empresarial, que se habrá de coordinar con otro magnate que ocupará la influyente Oficina de la presidencia de la República en el próximo gobierno, quien es el también empresario Alfonso Romo.

Para esto, AMLO dijo que gustoso se dejará asesorar de ésta parte de la plutocracia que seguramente en lo sucesivo dejará de recibir del morenismo, aquellos calificativos que el propio presidente electo les impusiera como rapaces, voraces y otros etcéteras. Anunció también que se reunirá con estos “pobrecitos” cada dos o tres meses…

Así pues, queda claro que este buen humor del próximo presidente con quienes no sólo no le apoyaron en sus dos anteriores intentos por llegar a la presidencia de la República, sino que combatieron sus aspiraciones, deja en claro que si el nuevo gobierno tiende puentes con sus adversarios, con mayor razón y para honrar sus expuestos ideales de izquierda y agradecer al pueblo que lo hizo presidente, debiera permitir un contra peso al poder empresarial, que se debiera conformar con la presencia de los principales y más calificados líderes sociales de nuestro país.

Desde ya propongo que este Consejo Asesor de Lucha Social, reúna a los más reconocidos líderes anteriores y actuales en las luchas por los derechos humanos, agrarias, obreras, estudiantiles y de los padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, para que se puedan reunir con el presidente electo pero ya en funciones con la misma periodicidad que lo harán los ricos, para así equilibrar la visible influencia que ya de por sí tiene ganado el poder de los empresarios y sus intereses en el próximo gobierno.

Se trata de una fuerza que no sólo cuenta con el de por sí influyente Consejo Asesor Empresarial que reúne los intereses de las principales televisoras, sino que suma a poderosos banqueros, constructores, acereros y dueños de centros hospitalarios donde se atienden multimillonarios; tienen estos ricachones al señor Alfonso Romo nada más y nada menos que en la poderosa e influyente Oficina de la presidencia de la República y cuenta con representantes como otro distinguido empresario, el millonario ex candidato a gobernador de Jalisco y futuro Coordinador Estatal de los Programas federales de Desarrollo.

Al respecto, se debe estar consciente de que ésta propuesta probablemente ni siquiera llegue a la vista y los oídos de alguien que se ocupe del tema en el grupo que gobernará nuestro país a partir del próximo primero de diciembre. Como es de suponer, lo más probable es que el poder empresarial no tenga ni límites ni contrapesos dentro del nuevo gobierno.

No obstante, la idea de que el gobierno obradorista le dé un trato parejo a los luchadores sociales y a los empresarios, es una propuesta que serviría para honrar en los hechos aquella idea propia de la democracia consistente en gobernar no sólo por virtud de los votos del pueblo, sino también con y para el pueblo.

También resulta previsible que los detractores de una propuesta que implique darle voz a los luchadores sociales en proporción a la que se les está dando desde ya a los empresarios dentro del próximo gobierno, podrían alegar ese supuesto de que el pueblo ya está representado en el nuevo gobierno, a lo que podía responderse indicándoles que los empresarios ya estaban sobre representados en el futuro gobierno federal por el señor Alfonso Romo y sus aliados y por el próximo Coordinador de los programas sociales en el estado de Jalisco.

Ernesto Díaz Martínez


El próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador AMLO, anunció apenas ayer jueves, que recibe con gusto la propuesta de un pequeño grupo conformado inicialmente por 8 ocho empresarios de los más ricos de México, principalmente representados por los dueños de las principales televisoras privadas, el duopolio encabezado por Televisa y Televisión Azteca, que conformará el llamado Consejo Asesor Empresarial, que se habrá de coordinar con otro magnate que ocupará la influyente Oficina de la presidencia de la República en el próximo gobierno, quien es el también empresario Alfonso Romo.

Para esto, AMLO dijo que gustoso se dejará asesorar de ésta parte de la plutocracia que seguramente en lo sucesivo dejará de recibir del morenismo, aquellos calificativos que el propio presidente electo les impusiera como rapaces, voraces y otros etcéteras. Anunció también que se reunirá con estos “pobrecitos” cada dos o tres meses…

Así pues, queda claro que este buen humor del próximo presidente con quienes no sólo no le apoyaron en sus dos anteriores intentos por llegar a la presidencia de la República, sino que combatieron sus aspiraciones, deja en claro que si el nuevo gobierno tiende puentes con sus adversarios, con mayor razón y para honrar sus expuestos ideales de izquierda y agradecer al pueblo que lo hizo presidente, debiera permitir un contra peso al poder empresarial, que se debiera conformar con la presencia de los principales y más calificados líderes sociales de nuestro país.

Desde ya propongo que este Consejo Asesor de Lucha Social, reúna a los más reconocidos líderes anteriores y actuales en las luchas por los derechos humanos, agrarias, obreras, estudiantiles y de los padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, para que se puedan reunir con el presidente electo pero ya en funciones con la misma periodicidad que lo harán los ricos, para así equilibrar la visible influencia que ya de por sí tiene ganado el poder de los empresarios y sus intereses en el próximo gobierno.

Se trata de una fuerza que no sólo cuenta con el de por sí influyente Consejo Asesor Empresarial que reúne los intereses de las principales televisoras, sino que suma a poderosos banqueros, constructores, acereros y dueños de centros hospitalarios donde se atienden multimillonarios; tienen estos ricachones al señor Alfonso Romo nada más y nada menos que en la poderosa e influyente Oficina de la presidencia de la República y cuenta con representantes como otro distinguido empresario, el millonario ex candidato a gobernador de Jalisco y futuro Coordinador Estatal de los Programas federales de Desarrollo.

Al respecto, se debe estar consciente de que ésta propuesta probablemente ni siquiera llegue a la vista y los oídos de alguien que se ocupe del tema en el grupo que gobernará nuestro país a partir del próximo primero de diciembre. Como es de suponer, lo más probable es que el poder empresarial no tenga ni límites ni contrapesos dentro del nuevo gobierno.

No obstante, la idea de que el gobierno obradorista le dé un trato parejo a los luchadores sociales y a los empresarios, es una propuesta que serviría para honrar en los hechos aquella idea propia de la democracia consistente en gobernar no sólo por virtud de los votos del pueblo, sino también con y para el pueblo.

También resulta previsible que los detractores de una propuesta que implique darle voz a los luchadores sociales en proporción a la que se les está dando desde ya a los empresarios dentro del próximo gobierno, podrían alegar ese supuesto de que el pueblo ya está representado en el nuevo gobierno, a lo que podía responderse indicándoles que los empresarios ya estaban sobre representados en el futuro gobierno federal por el señor Alfonso Romo y sus aliados y por el próximo Coordinador de los programas sociales en el estado de Jalisco.