/ viernes 26 de octubre de 2018

Salud en adultos mayores

José Luis Cuéllar de Dios

Previo al abordaje del tema, importante tema del cuidado preventivo y curativo de las y los adultos mayores, resulta conveniente tratar de unificar criterios respecto al lenguaje adecuado para referirnos a tal colectivo, al respecto se ha venido tomando como la mejor expresión la de “adultos mayores” evitando expresiones como “personas de la tercera edad, viejos, viejitos, ancianos, gente mayor” y algunos otros que si bien se analizan contienen cierta carga peyorativa.

El tema central de la presente colaboración se refiere a la celebración de La Semana de Salud para Adultos Mayores que dio inicio el pasado 22 y terminará el domingo 28 del presente. Las jornadas son organizadas por la Secretaría de Salud Jalisco que persigue dos objetivos fundamentalmente: la prevención, varita mágica para gozar de salud y el tratamiento y control de las enfermedades. Por cierto la propia Secretaría aprovecha estas jornadas para aplicar una muy buena cantidad de vacunas contra la influenza previniendo una enfermedad que puede llegar a ser maligna.

Es de reconocer este tipo de eventos ya que colaboran a la adopción de culturas preventivas tan importantes para reducir el aumento de casos de enfermedades ante las cuales existen posturas de indiferencia que en más de un caso resultan fatales.

Fuertemente insertada en nuestra cultura aparece la mala costumbre de la automedicación de la ingesta de “productos milagro” y peor aún, las consultas a los “chamanes” de la medicina que han causado cualquier cantidad de daños. Ante esta situación cobra aun más importancia las jornadas médicas aludidas que abordan, precisamente temas como la prevención, y al manejo del enfermo.

Son frecuentes y en muchos casos altamente costosos los descuidos en el manejo de los enfermos, ya no se diga el abandono de ellos, fenómeno que se convierte en verdaderas crónicas de desgracias.

El tema del abandono es multifactorial y acarrea un fenómeno social que refleja la existencia o no de culturas solidarias, por más increíble que parezca, socialmente hablando priva aun la oculta y muy bien disfrazada cultura de la animadversión hacia el colectivo de los adultos mayores, especialmente en ciertas capas sociales: “son un estorbo” se escucha decir con frecuencia, en consecuencia su atención es irrelevante y ocasional.

No resulta exagerado aunque si preocupante comprobar el alto porcentaje de adultos mayores con padecimientos de salud de todo tipo, personas que viven amenazadas por la enfermedad que les resta el derecho a la alegría de vivir.

Resulta oportuno dar una mirada a las estadísticas para dimensionar el tamaño del reto al que se enfrenta tanto el sector salud como la sociedad: según INEGI son 12 millones de adultos mayores los que habitan en nuestro país, es decir el 10% de la población que por lógica demográfica ira cada vez más en aumento.

De esta cifra y por razones de posición económica aproximadamente un 10%, o sea un millón 200 mil viven con buen estado de salud y perfectamente bien atendidos, el 50% cuenta con servicios de salud institucional, IMSS, Seguro Popular, etc. es decir, seis millones y el resto, la enorme cifra de cuatro millones 800 mil, viven o mejor dicho sobreviven azotados por cualquier cantidad de calamidades.

Ante tal panorama bien venidas jornadas como la que en estos días lleva a cabo la Secretaría de Salud Jalisco, independientemente a los conocimientos que ahí se adquieran son una viva muestra de solidaridad hacia colectivos en condiciones poco favorables.


José Luis Cuéllar de Dios

Previo al abordaje del tema, importante tema del cuidado preventivo y curativo de las y los adultos mayores, resulta conveniente tratar de unificar criterios respecto al lenguaje adecuado para referirnos a tal colectivo, al respecto se ha venido tomando como la mejor expresión la de “adultos mayores” evitando expresiones como “personas de la tercera edad, viejos, viejitos, ancianos, gente mayor” y algunos otros que si bien se analizan contienen cierta carga peyorativa.

El tema central de la presente colaboración se refiere a la celebración de La Semana de Salud para Adultos Mayores que dio inicio el pasado 22 y terminará el domingo 28 del presente. Las jornadas son organizadas por la Secretaría de Salud Jalisco que persigue dos objetivos fundamentalmente: la prevención, varita mágica para gozar de salud y el tratamiento y control de las enfermedades. Por cierto la propia Secretaría aprovecha estas jornadas para aplicar una muy buena cantidad de vacunas contra la influenza previniendo una enfermedad que puede llegar a ser maligna.

Es de reconocer este tipo de eventos ya que colaboran a la adopción de culturas preventivas tan importantes para reducir el aumento de casos de enfermedades ante las cuales existen posturas de indiferencia que en más de un caso resultan fatales.

Fuertemente insertada en nuestra cultura aparece la mala costumbre de la automedicación de la ingesta de “productos milagro” y peor aún, las consultas a los “chamanes” de la medicina que han causado cualquier cantidad de daños. Ante esta situación cobra aun más importancia las jornadas médicas aludidas que abordan, precisamente temas como la prevención, y al manejo del enfermo.

Son frecuentes y en muchos casos altamente costosos los descuidos en el manejo de los enfermos, ya no se diga el abandono de ellos, fenómeno que se convierte en verdaderas crónicas de desgracias.

El tema del abandono es multifactorial y acarrea un fenómeno social que refleja la existencia o no de culturas solidarias, por más increíble que parezca, socialmente hablando priva aun la oculta y muy bien disfrazada cultura de la animadversión hacia el colectivo de los adultos mayores, especialmente en ciertas capas sociales: “son un estorbo” se escucha decir con frecuencia, en consecuencia su atención es irrelevante y ocasional.

No resulta exagerado aunque si preocupante comprobar el alto porcentaje de adultos mayores con padecimientos de salud de todo tipo, personas que viven amenazadas por la enfermedad que les resta el derecho a la alegría de vivir.

Resulta oportuno dar una mirada a las estadísticas para dimensionar el tamaño del reto al que se enfrenta tanto el sector salud como la sociedad: según INEGI son 12 millones de adultos mayores los que habitan en nuestro país, es decir el 10% de la población que por lógica demográfica ira cada vez más en aumento.

De esta cifra y por razones de posición económica aproximadamente un 10%, o sea un millón 200 mil viven con buen estado de salud y perfectamente bien atendidos, el 50% cuenta con servicios de salud institucional, IMSS, Seguro Popular, etc. es decir, seis millones y el resto, la enorme cifra de cuatro millones 800 mil, viven o mejor dicho sobreviven azotados por cualquier cantidad de calamidades.

Ante tal panorama bien venidas jornadas como la que en estos días lleva a cabo la Secretaría de Salud Jalisco, independientemente a los conocimientos que ahí se adquieran son una viva muestra de solidaridad hacia colectivos en condiciones poco favorables.