/ domingo 14 de abril de 2019

Saldos del incendio

Óscar Ábrego

El incendio que afectó este fin de semana a casi dos mil hectáreas en el Área Natural Protegida del bosque La Primavera, arroja varios saldos. De seguro, el de mayor relevancia, es que hay una conciencia social muy profunda sobre la importancia que tiene defender este espacio, que es considerado vital para la salvaguarda del medio ambiente en Jalisco y en especial para la metrópoli.

Conforme avanzaban el fuego y las horas, las redes sociales revelaron el ánimo solidario de muchísimos ciudadanos que estaban ávidos por colaborar con las fuerzas federales, estatales y municipales de Protección Civil. Hubo incluso quienes lanzaron propuestas para que se legisle en pro de que las zonas dañadas se mantengan libres de la voracidad de los desarrolladores inmobiliarios, esto ante la muy legítima creencia de que la conflagración pudo haber sido provocada por ellos o sus cómplices.

A la par de lo anterior, la población hizo un amplio reconocimiento a voluntarios, pilotos, bomberos, militares y personal de Protección Civil, que durante más de 24 horas se la rifaron como los grandes. Y es que la complejidad del siniestro era de tal magnitud, que sólo un equipo de talla internacional podía hacerle frente del modo en que se dio. Esto significa pues, que el nivel de preparación y coordinación entre los participantes evitó un desastre de mayor proporción. A pesar de lo que algunos digan, lo cierto es que si consideramos que los vientos y el calor jugaron siempre en contra de las labores, el resultado final pudo ser mucho peor ante los ojos de los testigos.

También hay que hacer notar la presencia de autoridades que se arremangaron la camisa para sumarse a los trabajos. Comandados por el secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza, funcionarios de los tres niveles, incluidos los alcaldes metropolitanos, de Tala y El Arenal, así como representantes de dependencias de la federación, se apersonaron sin importar el comienzo del periodo vacacional, cosa que en general fue bien visto.

Pero también tenemos saldos negativos. Por supuesto que uno de ellos es la pérdida de al menos 100 mil árboles, según las primeras estimaciones. A esto se suma que el hábitat de muy diversas especies de fauna fue arrasado por la furia de las llamas. Desde esta perspectiva se trata entonces de un saldo negro, no blanco.

El otro tiene que ver con la ausencia del gobernador justo en el momento de la crisis. El tuit mediante el cual Enrique Alfaro anunció que se tomaría unos días de descanso bajo el argumento de que “Los equilibrios son importantes en la vida”, irritó a un buen número de tapatíos, quienes hubieran esperado como mínimo del mandatario una reacción inmediata y que pospusiera su viaje, en virtud de que el tamaño de la contingencia así lo ameritaba. Sin embargo, al final, Alfaro Ramírez continúo con sus planes y siguió transmitiendo vía Twitter lo que su equipo le informaba a él.

Es claro que todavía hay mucho por hacer y resolver. En lo que va del actual periodo de estiaje se han registrado al menos dieciocho de estos eventos. Por cierto, el de este fin de semana es considerado uno de los tres más graves ocurridos en los últimos diez años. Esto nos advierte una vez más sobre la vulnerabilidad de nuestro bosque. Año con año nos enteramos que detrás del fuego hay una larga estela de suposiciones respecto de su origen y motivación. De cualquier manera, las constructoras, agazapadas pero siempre al acecho de buenas tierras a bajo precio, figuran entre los principales sospechosos.

Óscar Ábrego

El incendio que afectó este fin de semana a casi dos mil hectáreas en el Área Natural Protegida del bosque La Primavera, arroja varios saldos. De seguro, el de mayor relevancia, es que hay una conciencia social muy profunda sobre la importancia que tiene defender este espacio, que es considerado vital para la salvaguarda del medio ambiente en Jalisco y en especial para la metrópoli.

Conforme avanzaban el fuego y las horas, las redes sociales revelaron el ánimo solidario de muchísimos ciudadanos que estaban ávidos por colaborar con las fuerzas federales, estatales y municipales de Protección Civil. Hubo incluso quienes lanzaron propuestas para que se legisle en pro de que las zonas dañadas se mantengan libres de la voracidad de los desarrolladores inmobiliarios, esto ante la muy legítima creencia de que la conflagración pudo haber sido provocada por ellos o sus cómplices.

A la par de lo anterior, la población hizo un amplio reconocimiento a voluntarios, pilotos, bomberos, militares y personal de Protección Civil, que durante más de 24 horas se la rifaron como los grandes. Y es que la complejidad del siniestro era de tal magnitud, que sólo un equipo de talla internacional podía hacerle frente del modo en que se dio. Esto significa pues, que el nivel de preparación y coordinación entre los participantes evitó un desastre de mayor proporción. A pesar de lo que algunos digan, lo cierto es que si consideramos que los vientos y el calor jugaron siempre en contra de las labores, el resultado final pudo ser mucho peor ante los ojos de los testigos.

También hay que hacer notar la presencia de autoridades que se arremangaron la camisa para sumarse a los trabajos. Comandados por el secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza, funcionarios de los tres niveles, incluidos los alcaldes metropolitanos, de Tala y El Arenal, así como representantes de dependencias de la federación, se apersonaron sin importar el comienzo del periodo vacacional, cosa que en general fue bien visto.

Pero también tenemos saldos negativos. Por supuesto que uno de ellos es la pérdida de al menos 100 mil árboles, según las primeras estimaciones. A esto se suma que el hábitat de muy diversas especies de fauna fue arrasado por la furia de las llamas. Desde esta perspectiva se trata entonces de un saldo negro, no blanco.

El otro tiene que ver con la ausencia del gobernador justo en el momento de la crisis. El tuit mediante el cual Enrique Alfaro anunció que se tomaría unos días de descanso bajo el argumento de que “Los equilibrios son importantes en la vida”, irritó a un buen número de tapatíos, quienes hubieran esperado como mínimo del mandatario una reacción inmediata y que pospusiera su viaje, en virtud de que el tamaño de la contingencia así lo ameritaba. Sin embargo, al final, Alfaro Ramírez continúo con sus planes y siguió transmitiendo vía Twitter lo que su equipo le informaba a él.

Es claro que todavía hay mucho por hacer y resolver. En lo que va del actual periodo de estiaje se han registrado al menos dieciocho de estos eventos. Por cierto, el de este fin de semana es considerado uno de los tres más graves ocurridos en los últimos diez años. Esto nos advierte una vez más sobre la vulnerabilidad de nuestro bosque. Año con año nos enteramos que detrás del fuego hay una larga estela de suposiciones respecto de su origen y motivación. De cualquier manera, las constructoras, agazapadas pero siempre al acecho de buenas tierras a bajo precio, figuran entre los principales sospechosos.