/ miércoles 29 de enero de 2020

Salario y economía

Los datos oficiales y la realidad económica en México no concuerdan, la inflación se siente en los bolsillos de los trabajadores, pero más la resienten las amas de casa a quienes les corresponde la administración del gasto familiar, donde un día los alimentos suben y otro día suben más, los salarios aumentaron pero los productos de la canasta básica en la realidad económica así como en el alimento familiar suben más, ya no existe el control del Estado para regular el precio del frijol o del jitomate.

Los mismos se sujetan al comportamiento de la oferta y la demanda, al proceso de producción y al desarrollo de las mercancías, así también lo vemos en el aumento silencioso de la gasolina, donde cada semana los usuarios del automóvil le ponemos la cantidad a la que estamos sujetos de acuerdo a nuestro gasto familiar y los litros son cada día menos en este fenómeno económico de un gasolinazo silencioso.

Enero se convierte en una cuesta que este año ha sido difícil de escalar, por los gastos que obligadamente las familias deben de sostener para sobrevivir en ese fenómeno inflacionario, el costo por refrendar nuestras placas y tarjeta de circulación en los automóviles que se han convertido en instrumentos de trabajo ante la necesidad de movilidad de cada uno de los trabajadores aumentan en el Estado de Jalisco, asimismo los costos por abrir la llave del agua de este líquido tan importante para la vida de los jaliscienses aumenta, en fin todo es aumento desde un predial, hasta una licencia municipal, desde un lugar en el tianguis de Guadalajara hasta las infracciones por estacionarse o por alguna circunstancia que la autoridad estatal lo imponga como multa.

El camino de la sobrevivencia humana lo impone el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo conforme a su proyecto político de ingresos y egresos, que haciendo valer la cohabitación política entre los representantes de los partidos políticos en las curules locales aprueban los presupuestos sin darse cuenta de la realidad económica de los jaliscienses, desde un transporte público en camión o taxi hasta las líneas del tren ligero y macrobús, todo es aumento para el pueblo, con algunas excepciones de exclusividad para los seres humanos de la tercera edad o estudiantes y profesores.

La inflación sigue y la cuesta cada día es más vertical, los jaliscienses no esperábamos en la refundación y en la cuarta transformación una cuesta de enero demasiado vertical, todo es rasgar el bolsillo de los trabajadores para que su salario cada día se convierta en ese salario que no ajusta para las necesidades básicas de la sobrevivencia de las familias jaliscienses.

Así el comerciante de la tienda de la esquina del barrio viendo la necesidad de las familias saca su libreta de apuntes y les fía para la semana o la quincena, otorgando un crédito en el abarrote o en la leche, para asegurar la sobrevivencia alimenticia de los vecinos que al final de la semana o de la quincena gran parte de este salario se va en el pago de los productos del abarrote y la leche, por lo que el salario y la economía en el Estado no se comprende ante la realidad que vivimos los jaliscienses, asimismo la política y la economía deben de humanizarse para dignificar el salario de los trabajadores.

* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara.

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.

antonio_dejesus@hotmail.com

***** DATO

El camino de la sobrevivencia humana lo impone el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo conforme a su proyecto político de ingresos y egresos, que haciendo valer la cohabitación política entre los representantes de los partidos políticos en las curules locales aprueban los presupuestos sin darse cuenta de la realidad económica de los jaliscienses.

Los datos oficiales y la realidad económica en México no concuerdan, la inflación se siente en los bolsillos de los trabajadores, pero más la resienten las amas de casa a quienes les corresponde la administración del gasto familiar, donde un día los alimentos suben y otro día suben más, los salarios aumentaron pero los productos de la canasta básica en la realidad económica así como en el alimento familiar suben más, ya no existe el control del Estado para regular el precio del frijol o del jitomate.

Los mismos se sujetan al comportamiento de la oferta y la demanda, al proceso de producción y al desarrollo de las mercancías, así también lo vemos en el aumento silencioso de la gasolina, donde cada semana los usuarios del automóvil le ponemos la cantidad a la que estamos sujetos de acuerdo a nuestro gasto familiar y los litros son cada día menos en este fenómeno económico de un gasolinazo silencioso.

Enero se convierte en una cuesta que este año ha sido difícil de escalar, por los gastos que obligadamente las familias deben de sostener para sobrevivir en ese fenómeno inflacionario, el costo por refrendar nuestras placas y tarjeta de circulación en los automóviles que se han convertido en instrumentos de trabajo ante la necesidad de movilidad de cada uno de los trabajadores aumentan en el Estado de Jalisco, asimismo los costos por abrir la llave del agua de este líquido tan importante para la vida de los jaliscienses aumenta, en fin todo es aumento desde un predial, hasta una licencia municipal, desde un lugar en el tianguis de Guadalajara hasta las infracciones por estacionarse o por alguna circunstancia que la autoridad estatal lo imponga como multa.

El camino de la sobrevivencia humana lo impone el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo conforme a su proyecto político de ingresos y egresos, que haciendo valer la cohabitación política entre los representantes de los partidos políticos en las curules locales aprueban los presupuestos sin darse cuenta de la realidad económica de los jaliscienses, desde un transporte público en camión o taxi hasta las líneas del tren ligero y macrobús, todo es aumento para el pueblo, con algunas excepciones de exclusividad para los seres humanos de la tercera edad o estudiantes y profesores.

La inflación sigue y la cuesta cada día es más vertical, los jaliscienses no esperábamos en la refundación y en la cuarta transformación una cuesta de enero demasiado vertical, todo es rasgar el bolsillo de los trabajadores para que su salario cada día se convierta en ese salario que no ajusta para las necesidades básicas de la sobrevivencia de las familias jaliscienses.

Así el comerciante de la tienda de la esquina del barrio viendo la necesidad de las familias saca su libreta de apuntes y les fía para la semana o la quincena, otorgando un crédito en el abarrote o en la leche, para asegurar la sobrevivencia alimenticia de los vecinos que al final de la semana o de la quincena gran parte de este salario se va en el pago de los productos del abarrote y la leche, por lo que el salario y la economía en el Estado no se comprende ante la realidad que vivimos los jaliscienses, asimismo la política y la economía deben de humanizarse para dignificar el salario de los trabajadores.

* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara.

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.

antonio_dejesus@hotmail.com

***** DATO

El camino de la sobrevivencia humana lo impone el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo conforme a su proyecto político de ingresos y egresos, que haciendo valer la cohabitación política entre los representantes de los partidos políticos en las curules locales aprueban los presupuestos sin darse cuenta de la realidad económica de los jaliscienses.