/ domingo 2 de septiembre de 2018

Resultados, senadores y diputados

Aunque sigo escéptico a creer que abra un cambio de gobierno positivo en todos sus términos, es decir, en el Poder Judicial, Ejecutivo y Legislativo, este sábado primero del mes patrio, que creo que sólo hay que recordar el evento histórico, porque celebrar no encuentro qué, es innegable que la evolución significa un cambio pero no todos los cambios resultan positivos por ese sólo hecho, hay que hacerlos a ciencia a conciencia con el más alto sentido de responsabilidad, de civismo, de honestidad y por sobre todo dentro del marco de la justicia.

Le comento amigo lector que si bien es cierto que es conveniente actualizarse, existen principios universales y eternos desde mi modesto punto de vista porque sigo creyendo tanto legal y si usted quiere religiosamente, el núcleo de la sociedad es la familia y que desafortunadamente contrario a los motivos que se dieron para regular la disolución del vínculo matrimonial tanto en la legislación estatal como federal, el espíritu del legislador siempre fue el de fortalecer la unión familiar, es decir, mantener integrada permanentemente las familias sin negar el derecho legítimo de la disolución del vínculo matrimonial cuando este fuera estrictamente necesario, tanto por salud física como familiar.

Es lamentable ver como el Congreso del Estado y por desgracia una vez más, con los más infames en toda su historia, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que espero no tuerzan la vara de la justicia, como lo dijo el presidente de esa institución, por ningún motivo, no tan solo porque les bajen el salario, como lo anuncio el presidente electo, ya que ésta ha establecido la disolución del matrimonio a voluntad de cualquiera de las partes, así sea uno o ambos, según la jurisprudencia estulta recientemente establecida, no obstante de ser un contrato donde dos personas expresan su voluntad y se someten a las reglas de su contenido y la Corte ya sustituye en la voluntad sacramental de uno de éstos para someterlo a la voluntad del otro, no es posible que alguien contraiga matrimonio con una persona donde la voluntad solamente es de uno, pues no se puede celebrar el matrimonio sin la voluntad del otro, solamente los ministros de este país se les ocurren semejantes barbaridades jurídicas y mentales que bien valdría la pena, además del juicio político un juicio psiquiátrico para que se sometan a un tratamiento por demás urgente y se separen de tan importante cargo. Pues el derecho humano que dicen tutelar con semejante pifia, para cualquiera de las partes que requiera su protección y ésta se justifique el Estado ya tiene previsto en su legislación las razones válidas para la disolución del matrimonio y no se necesita ofender a la inteligencia del más imbécil con semejantes decisiones, pues en ningún momento se ha ponderado para tal decisión el interés de los niños o de los hijos de cualquier edad que por razón legal y natural tienen interés en el contrato de la familia.

De su actuación señores senadores, diputados federales y locales, depende el restablecimiento cierto del estado de derecho, de la recomposición familiar y social que venga a recobrar la paz social y la armonía familiar para superar de manera urgente el gravísimo caos que en todos los órdenes nuestra patria está viviendo y se los dice alguien que sufre en el alma en este momento tal situación.

Ya no nos fallen señores este pueblo está desesperado por recuperar la paz y la credibilidad en sus instituciones.


locb15@hotmail.com

Aunque sigo escéptico a creer que abra un cambio de gobierno positivo en todos sus términos, es decir, en el Poder Judicial, Ejecutivo y Legislativo, este sábado primero del mes patrio, que creo que sólo hay que recordar el evento histórico, porque celebrar no encuentro qué, es innegable que la evolución significa un cambio pero no todos los cambios resultan positivos por ese sólo hecho, hay que hacerlos a ciencia a conciencia con el más alto sentido de responsabilidad, de civismo, de honestidad y por sobre todo dentro del marco de la justicia.

Le comento amigo lector que si bien es cierto que es conveniente actualizarse, existen principios universales y eternos desde mi modesto punto de vista porque sigo creyendo tanto legal y si usted quiere religiosamente, el núcleo de la sociedad es la familia y que desafortunadamente contrario a los motivos que se dieron para regular la disolución del vínculo matrimonial tanto en la legislación estatal como federal, el espíritu del legislador siempre fue el de fortalecer la unión familiar, es decir, mantener integrada permanentemente las familias sin negar el derecho legítimo de la disolución del vínculo matrimonial cuando este fuera estrictamente necesario, tanto por salud física como familiar.

Es lamentable ver como el Congreso del Estado y por desgracia una vez más, con los más infames en toda su historia, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que espero no tuerzan la vara de la justicia, como lo dijo el presidente de esa institución, por ningún motivo, no tan solo porque les bajen el salario, como lo anuncio el presidente electo, ya que ésta ha establecido la disolución del matrimonio a voluntad de cualquiera de las partes, así sea uno o ambos, según la jurisprudencia estulta recientemente establecida, no obstante de ser un contrato donde dos personas expresan su voluntad y se someten a las reglas de su contenido y la Corte ya sustituye en la voluntad sacramental de uno de éstos para someterlo a la voluntad del otro, no es posible que alguien contraiga matrimonio con una persona donde la voluntad solamente es de uno, pues no se puede celebrar el matrimonio sin la voluntad del otro, solamente los ministros de este país se les ocurren semejantes barbaridades jurídicas y mentales que bien valdría la pena, además del juicio político un juicio psiquiátrico para que se sometan a un tratamiento por demás urgente y se separen de tan importante cargo. Pues el derecho humano que dicen tutelar con semejante pifia, para cualquiera de las partes que requiera su protección y ésta se justifique el Estado ya tiene previsto en su legislación las razones válidas para la disolución del matrimonio y no se necesita ofender a la inteligencia del más imbécil con semejantes decisiones, pues en ningún momento se ha ponderado para tal decisión el interés de los niños o de los hijos de cualquier edad que por razón legal y natural tienen interés en el contrato de la familia.

De su actuación señores senadores, diputados federales y locales, depende el restablecimiento cierto del estado de derecho, de la recomposición familiar y social que venga a recobrar la paz social y la armonía familiar para superar de manera urgente el gravísimo caos que en todos los órdenes nuestra patria está viviendo y se los dice alguien que sufre en el alma en este momento tal situación.

Ya no nos fallen señores este pueblo está desesperado por recuperar la paz y la credibilidad en sus instituciones.


locb15@hotmail.com