/ domingo 4 de noviembre de 2018

Responder combatiremos en vez de actuar con derecho

Cuando un trabajador, servidor público o funcionario llega por primera vez a desempeñarse en un cargo lo primero que debe hacer es conocer sus funciones, ponerse a estudiar, saber las consecuencias de sus actos y el limite de lo que puede hacer sin causar daños y lo que de plano no puede ni debe hacer, sin que sus gobernados sufran las consecuencias o ellos mismos incurran en faltas irreparables para el país.

Pensemos que desde el presidente de la república, hasta el más modesto funcionario, pasando por los secretarios de Estado y los gobernadores, actúan con esa responsabilidad, me los imagino estudiando leyes o al menos la Ley de responsabilidades de los servidores públicos y las Leyes Orgánicas de la administración pública federal y estatales y en algunos casos municipales. Preparando sus gabinetes, consecuentes con la responsabilidad que van a realizar.

No es correcto por ejemplo, que un gobernante o sus funcionarios den rienda suelta a sus impulsos, frenarlos y actuar respetuosamente frente a cualquier situación, dada la desventaja que representa el cargo, sin ostentaciones, amenazas o alarde de poder que como luego entenderán es muy superior al de cualquier ciudadano, lo que les obliga a ser prudentes, cuidadosos, cautos y sensibles en su ejercicio.

Lo primero que la sociedad percibe de un gobernante se refleja en su lenguaje, sus palabras y la manera en que las dicen, por ejemplo un gobernante que recurrentemente habla mal de sus antecesores demuestra inseguridad y celo de quienes lo precedieron, eso quizá funcione en las campañas pero ya siendo triunfador el discurso debe cambiar porque la condición ha cambiado.

Hacer ostentación del poder que habrá de ejercer, con frases como “se aguantan” o “váyanse acostumbrando” reflejan inmadurez e inestabilidad emocional, como para que decir, lo que el que ejerce el poder sabe evidente.

Recientemente quien ocupará el cargo de consejero jurídico de la presidencia, a una entrevista y pregunta expresa de una reportera, que le mencionó que si los empresarios del NAIM se amparan o deciden recurrir a tribunales que harían y el señor contestó “pues tomando posesión el presidente electo los combatiremos” Pudo haber dicho se actuará conforme a la ley o en el caso extremo se les hará sentir todo el peso de la ley, pero aún con ello proyecta su resentimiento al decir “combatiremos” es que entonces llega a gobernar o a pelear, a combatir, se combate a los enemigos, pero a los ciudadanos nacionales aún de diferente partido no se les combate, se les atiende y se les convence o se les gobierna.

Ese leguaje, evidencia inexperiencia y falta de oficio, profundo rechazo a la diversidad de opiniones, autoritarismo, amargura y resentimiento. Todo ello resultan ser muy malas consejeras para gobernar con talento y justicia.


sadot16@hotmail.com

Cuando un trabajador, servidor público o funcionario llega por primera vez a desempeñarse en un cargo lo primero que debe hacer es conocer sus funciones, ponerse a estudiar, saber las consecuencias de sus actos y el limite de lo que puede hacer sin causar daños y lo que de plano no puede ni debe hacer, sin que sus gobernados sufran las consecuencias o ellos mismos incurran en faltas irreparables para el país.

Pensemos que desde el presidente de la república, hasta el más modesto funcionario, pasando por los secretarios de Estado y los gobernadores, actúan con esa responsabilidad, me los imagino estudiando leyes o al menos la Ley de responsabilidades de los servidores públicos y las Leyes Orgánicas de la administración pública federal y estatales y en algunos casos municipales. Preparando sus gabinetes, consecuentes con la responsabilidad que van a realizar.

No es correcto por ejemplo, que un gobernante o sus funcionarios den rienda suelta a sus impulsos, frenarlos y actuar respetuosamente frente a cualquier situación, dada la desventaja que representa el cargo, sin ostentaciones, amenazas o alarde de poder que como luego entenderán es muy superior al de cualquier ciudadano, lo que les obliga a ser prudentes, cuidadosos, cautos y sensibles en su ejercicio.

Lo primero que la sociedad percibe de un gobernante se refleja en su lenguaje, sus palabras y la manera en que las dicen, por ejemplo un gobernante que recurrentemente habla mal de sus antecesores demuestra inseguridad y celo de quienes lo precedieron, eso quizá funcione en las campañas pero ya siendo triunfador el discurso debe cambiar porque la condición ha cambiado.

Hacer ostentación del poder que habrá de ejercer, con frases como “se aguantan” o “váyanse acostumbrando” reflejan inmadurez e inestabilidad emocional, como para que decir, lo que el que ejerce el poder sabe evidente.

Recientemente quien ocupará el cargo de consejero jurídico de la presidencia, a una entrevista y pregunta expresa de una reportera, que le mencionó que si los empresarios del NAIM se amparan o deciden recurrir a tribunales que harían y el señor contestó “pues tomando posesión el presidente electo los combatiremos” Pudo haber dicho se actuará conforme a la ley o en el caso extremo se les hará sentir todo el peso de la ley, pero aún con ello proyecta su resentimiento al decir “combatiremos” es que entonces llega a gobernar o a pelear, a combatir, se combate a los enemigos, pero a los ciudadanos nacionales aún de diferente partido no se les combate, se les atiende y se les convence o se les gobierna.

Ese leguaje, evidencia inexperiencia y falta de oficio, profundo rechazo a la diversidad de opiniones, autoritarismo, amargura y resentimiento. Todo ello resultan ser muy malas consejeras para gobernar con talento y justicia.


sadot16@hotmail.com