/ domingo 26 de mayo de 2019

Renuncias de primer nivel en menos de seis meses    

En los gobiernos posrevolucionarios, hubo el caso de un funcionario que se presenta con el presidente, le dijo: Un secretario deja el cargo por una de estas dos razones, “o porque el presidente de la República le ha perdido la confianza al funcionario o porque el funcionario, le ha perdido la confianza al presidente de la República y el segundo es mi caso”, y renunció, obviamente, después el Presidente se defendió diciendo que él le había pedido la renuncia a su subordinado.

En menos de seis meses el presidente Andrés Manuel López Obrador ha aceptado las renuncias de cinco funcionarios de primer nivel: Clara Torres, secretaria del Bienestar, Simon Levy, subsecretario de Turismo, Patricia Bugarín, subecretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Germán Martínez, director del Seguro Social y el sábado 25 de mayo, Josefa González Blanco Ortiz Mena, secretaria de Medio Ambiente.

Otros cambios como el del administrador del IMSS hacia el ISSSTE o el del secretario de Relaciones Exteriores que originalmente no iba a ser Marcelo Ebrard, mandan el mensaje de desorden o falta de consistencia en el Presidente y consecuentemente en su equipo.

La respuesta del secretario de Hacienda cuando fue cuestionado sobre los recortes y la falta de recursos para hospitales, profundizó las sospechas de división, cuando dijo que eso era un tema administrativo y no de la principal función de la Secretaría de Hacienda, como si la Oficialía Mayor no dependiera del Secretario o en verdad no depende de él o se la impusieron y no hay una buena relación entre ambos.

La realidad es que lo menos que hay en el equipo, es la armonía necesaria para cumplir con sus responsabilidades, se hace evidente que el criterio de recortes no considera o no coincide con el criterio de servir y responder a la sociedad en primer término, por encima de despidos, austeridad y recursos económicos, con una velocidad extraordinaria se ha pasado de la austeridad republicana a la miseria franciscana, así se percibió en la carta de renuncia del director del IMSS, y parece que seguiremos hacia la indigencia nacional. Eso sin considerar los rumores de la renuncia de Olga Sánchez Cordero o del mismo Jiménez Spriú, que con esto, si pensaban renunciar, ahora tendrán que esperarse más tiempo.

Por otra parte, esta siendo evidente que no hay ni plan, ni un criterio definido para despedir personal en todas las dependencias, sin considerar capacidad o preparación, pero sí privilegiar militancia, por encima de estudios, conocimientos y experiencia, parece que la regla es que no hay regla, es sustituir en todas las dependencia a capricho, con el pretexto de tener que adelgazar la administración pública, pero por otro lado, es evidente que corren a unos para contratar a otros y de ese modo elevar la tasa de empleo sosteniendo que son nuevos empleos y aunque el argumento es “tengo otros datos” que ya es chunga popular, la realidad es que sustituir, no significan nuevos empleos, porque es lanzar al desempleo a muchos mexicanos honestos, con experiencia, conocimientos y sobre todo cariño a México y a su formación en el sector público. Siguen ausentes los diagnósticos, y los planes, programas o proyección de cada institución, de a donde se quiere llegar y como, finalmente es la actitud mesiánica, de antes que yo todo mal, después que yo el diluvio.


sadot16@hotmail.com

En los gobiernos posrevolucionarios, hubo el caso de un funcionario que se presenta con el presidente, le dijo: Un secretario deja el cargo por una de estas dos razones, “o porque el presidente de la República le ha perdido la confianza al funcionario o porque el funcionario, le ha perdido la confianza al presidente de la República y el segundo es mi caso”, y renunció, obviamente, después el Presidente se defendió diciendo que él le había pedido la renuncia a su subordinado.

En menos de seis meses el presidente Andrés Manuel López Obrador ha aceptado las renuncias de cinco funcionarios de primer nivel: Clara Torres, secretaria del Bienestar, Simon Levy, subsecretario de Turismo, Patricia Bugarín, subecretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Germán Martínez, director del Seguro Social y el sábado 25 de mayo, Josefa González Blanco Ortiz Mena, secretaria de Medio Ambiente.

Otros cambios como el del administrador del IMSS hacia el ISSSTE o el del secretario de Relaciones Exteriores que originalmente no iba a ser Marcelo Ebrard, mandan el mensaje de desorden o falta de consistencia en el Presidente y consecuentemente en su equipo.

La respuesta del secretario de Hacienda cuando fue cuestionado sobre los recortes y la falta de recursos para hospitales, profundizó las sospechas de división, cuando dijo que eso era un tema administrativo y no de la principal función de la Secretaría de Hacienda, como si la Oficialía Mayor no dependiera del Secretario o en verdad no depende de él o se la impusieron y no hay una buena relación entre ambos.

La realidad es que lo menos que hay en el equipo, es la armonía necesaria para cumplir con sus responsabilidades, se hace evidente que el criterio de recortes no considera o no coincide con el criterio de servir y responder a la sociedad en primer término, por encima de despidos, austeridad y recursos económicos, con una velocidad extraordinaria se ha pasado de la austeridad republicana a la miseria franciscana, así se percibió en la carta de renuncia del director del IMSS, y parece que seguiremos hacia la indigencia nacional. Eso sin considerar los rumores de la renuncia de Olga Sánchez Cordero o del mismo Jiménez Spriú, que con esto, si pensaban renunciar, ahora tendrán que esperarse más tiempo.

Por otra parte, esta siendo evidente que no hay ni plan, ni un criterio definido para despedir personal en todas las dependencias, sin considerar capacidad o preparación, pero sí privilegiar militancia, por encima de estudios, conocimientos y experiencia, parece que la regla es que no hay regla, es sustituir en todas las dependencia a capricho, con el pretexto de tener que adelgazar la administración pública, pero por otro lado, es evidente que corren a unos para contratar a otros y de ese modo elevar la tasa de empleo sosteniendo que son nuevos empleos y aunque el argumento es “tengo otros datos” que ya es chunga popular, la realidad es que sustituir, no significan nuevos empleos, porque es lanzar al desempleo a muchos mexicanos honestos, con experiencia, conocimientos y sobre todo cariño a México y a su formación en el sector público. Siguen ausentes los diagnósticos, y los planes, programas o proyección de cada institución, de a donde se quiere llegar y como, finalmente es la actitud mesiánica, de antes que yo todo mal, después que yo el diluvio.


sadot16@hotmail.com