/ domingo 26 de septiembre de 2021

Red de resistencia Jalisco

Quienes defendemos el medio ambiente en Jalisco, sus áreas verdes y el agua, nos hemos enfrentado a un pacto entre autoridades corruptas y empresarios rapases: los depredadores de la ciudad, que lucran a costa de nuestros recursos naturales, a costa de nuestra calidad de vida.

Estos depredadores trabajan en mutuo acuerdo, son grupos empresariales que apoyan de manera económica a candidatos a cargos de elección popular. Una vez ya en el poder, el funcionario regresa el favor a los empresarios a cambio de regalar o vender a precios irrisorios los espacios públicos que son de todas y todos para beneficio de particulares. Estas construcciones además perjudican de manera irreversible a nuestro medio ambiente y por lo mismo necesitan que se les brinden impunidad, para concretar sus desarrollos. Esta es la cultura del dinero; un pacto inconfesable que en los hechos se hace evidente.

Bajo este modus operandi, los depredadores de la ciudad han atacado el parque San Rafael, el parque Morelos, el cerro de la Reina, el Nixticuil, Arcos de Guadalupe, Arboledas Sur, el parque Mirador, el jardín de Mexicaltzingo y por supuesto: el parque Resistencia Huentitán. Y es que las autoridades corruptas están cambiando usos de suelo, regalando terrenos, subordinando a la mayoría del sistema de procuración de justicia de Jalisco bajo los intereses del gobernador del estado.

Ante este atropello, el pueblo no podía guardar silencio, por ello las y los ciudadanos nos hemos organizado, hemos impulsado manifestaciones pacíficas, implementado acciones jurídicas, sembrando los árboles que nos quitan, desafiando las máquinas taladoras de árboles, siendo incómodos para obstruirles el paso y evidenciando y compartiendo con la ciudadanía el pacto del que como pueblo somos víctimas.

En esta clase de situaciones la escucha es esencial. Sin embargo los gobiernos municipales no se acercan a escuchar la voz de los vecinos, han hecho oídos sordos para el diálogo y nos han tratado como si fuéramos delincuentes: con desalojos de madrugada y con lujo de violencia, deteniendo a adultos mayores como criminales, y con la persecución política de nuestros aliados. En Jalisco ser activista del medio ambiente es un delito para el gobierno.

Frente al veneno del miedo que infunden las autoridades, la resistencia pacífica es el antídoto. Por ello hoy, lunes 27 de septiembre, en la entrada del bosque de Chapultepec en la Ciudad de México, hemos anunciamos la creación de la red de resistencia Jalisco. Porque encontrar justicia y diálogo con las autoridades de Jalisco no ha sido posible, esta lucha está trascendiendo a nivel nacional. Pues como decía Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en sus lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.

Conoce más en defendamoslaciudad.info

* Presidente de la FEU

Twitter @JavierArmentaMX

Quienes defendemos el medio ambiente en Jalisco, sus áreas verdes y el agua, nos hemos enfrentado a un pacto entre autoridades corruptas y empresarios rapases: los depredadores de la ciudad, que lucran a costa de nuestros recursos naturales, a costa de nuestra calidad de vida.

Estos depredadores trabajan en mutuo acuerdo, son grupos empresariales que apoyan de manera económica a candidatos a cargos de elección popular. Una vez ya en el poder, el funcionario regresa el favor a los empresarios a cambio de regalar o vender a precios irrisorios los espacios públicos que son de todas y todos para beneficio de particulares. Estas construcciones además perjudican de manera irreversible a nuestro medio ambiente y por lo mismo necesitan que se les brinden impunidad, para concretar sus desarrollos. Esta es la cultura del dinero; un pacto inconfesable que en los hechos se hace evidente.

Bajo este modus operandi, los depredadores de la ciudad han atacado el parque San Rafael, el parque Morelos, el cerro de la Reina, el Nixticuil, Arcos de Guadalupe, Arboledas Sur, el parque Mirador, el jardín de Mexicaltzingo y por supuesto: el parque Resistencia Huentitán. Y es que las autoridades corruptas están cambiando usos de suelo, regalando terrenos, subordinando a la mayoría del sistema de procuración de justicia de Jalisco bajo los intereses del gobernador del estado.

Ante este atropello, el pueblo no podía guardar silencio, por ello las y los ciudadanos nos hemos organizado, hemos impulsado manifestaciones pacíficas, implementado acciones jurídicas, sembrando los árboles que nos quitan, desafiando las máquinas taladoras de árboles, siendo incómodos para obstruirles el paso y evidenciando y compartiendo con la ciudadanía el pacto del que como pueblo somos víctimas.

En esta clase de situaciones la escucha es esencial. Sin embargo los gobiernos municipales no se acercan a escuchar la voz de los vecinos, han hecho oídos sordos para el diálogo y nos han tratado como si fuéramos delincuentes: con desalojos de madrugada y con lujo de violencia, deteniendo a adultos mayores como criminales, y con la persecución política de nuestros aliados. En Jalisco ser activista del medio ambiente es un delito para el gobierno.

Frente al veneno del miedo que infunden las autoridades, la resistencia pacífica es el antídoto. Por ello hoy, lunes 27 de septiembre, en la entrada del bosque de Chapultepec en la Ciudad de México, hemos anunciamos la creación de la red de resistencia Jalisco. Porque encontrar justicia y diálogo con las autoridades de Jalisco no ha sido posible, esta lucha está trascendiendo a nivel nacional. Pues como decía Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en sus lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.

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* Presidente de la FEU

Twitter @JavierArmentaMX