/ miércoles 16 de marzo de 2022

¿Quién detendrá la violencia?

El Presidente de la República ofreció desde que andaba en campaña, disminuir la violencia; fue duramente criticado por decretar la libertad de un narcotraficante durante la ya histórica tarde del "Culiacanazo". También la crítica no se hizo esperar cuando con meridiana claridad dijo que el combate a la delincuencia se basaría en una estrategia de "abrazos y no balazos" porque "a la violencia no se le combate con la violencia; hay que atender sus causas no sus efectos".

Han pasado tres años de gobierno y si bien es cierto que han existido esfuerzos por parte de la administración pública federal por destinar mas efectivos de la milicia en lugares ubicados como epicentros de violencia, lo cierto es que cada día parece que se acreciente este indeseado fenómeno social que no solo ha amenazado la paz, sino que la ha destruido completamente y ha enlutado miles de hogares mexicanos.

El Presidente pareciere que ha estado más ocupado en la supervisión y financiamiento de las obras insignias de su gobierno como son el Aeropuerto Internacional Felipe Angeles, el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, dejando el combate a la delincuencia en manos de distintas dependencias que van desde la Secretaría de Seguridad Pública, pasando por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y finalizando en la Secretaría de la Defensa Nacional.

Lo cierto es que debe admitirse que dicha política ha fracasado.

En diversas entidades de la república, se llevan a cabo actos de violencia que siembran el caos y causan pánico entre la población; desde colgados en Fresnillo, fusilados en San José de Gracia, ejecutados en Cancún y Tulúm; violencia en Yucatán, Veracruz, Jalisco, Sonora, Chihuahua, mientras el titular del ejecutivo con su eterna sonrisa recorre los fines de semana el país en giras bien estudiadas y los pobladores de los lugares donde la violencia está a flor de piel solo atinan a evocar el capítulo 13 de Mateo, con el llano y rechinar de dientes.

Ojalá y que ahora que se pone en actividad el flamante aeropuerto, que por fin se celebrará la revocación de mandato, se avanzará más en Dos Bocas y el Tren Maya, el señor Presidente dé un golpe de timón y enfrente con energía y decisión a la delincuencia para poner paz y orden en el país.

De otra manera, quien detendrá a la delincuencia?

* Doctor en Derecho

@campiranowolf

El Presidente de la República ofreció desde que andaba en campaña, disminuir la violencia; fue duramente criticado por decretar la libertad de un narcotraficante durante la ya histórica tarde del "Culiacanazo". También la crítica no se hizo esperar cuando con meridiana claridad dijo que el combate a la delincuencia se basaría en una estrategia de "abrazos y no balazos" porque "a la violencia no se le combate con la violencia; hay que atender sus causas no sus efectos".

Han pasado tres años de gobierno y si bien es cierto que han existido esfuerzos por parte de la administración pública federal por destinar mas efectivos de la milicia en lugares ubicados como epicentros de violencia, lo cierto es que cada día parece que se acreciente este indeseado fenómeno social que no solo ha amenazado la paz, sino que la ha destruido completamente y ha enlutado miles de hogares mexicanos.

El Presidente pareciere que ha estado más ocupado en la supervisión y financiamiento de las obras insignias de su gobierno como son el Aeropuerto Internacional Felipe Angeles, el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, dejando el combate a la delincuencia en manos de distintas dependencias que van desde la Secretaría de Seguridad Pública, pasando por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y finalizando en la Secretaría de la Defensa Nacional.

Lo cierto es que debe admitirse que dicha política ha fracasado.

En diversas entidades de la república, se llevan a cabo actos de violencia que siembran el caos y causan pánico entre la población; desde colgados en Fresnillo, fusilados en San José de Gracia, ejecutados en Cancún y Tulúm; violencia en Yucatán, Veracruz, Jalisco, Sonora, Chihuahua, mientras el titular del ejecutivo con su eterna sonrisa recorre los fines de semana el país en giras bien estudiadas y los pobladores de los lugares donde la violencia está a flor de piel solo atinan a evocar el capítulo 13 de Mateo, con el llano y rechinar de dientes.

Ojalá y que ahora que se pone en actividad el flamante aeropuerto, que por fin se celebrará la revocación de mandato, se avanzará más en Dos Bocas y el Tren Maya, el señor Presidente dé un golpe de timón y enfrente con energía y decisión a la delincuencia para poner paz y orden en el país.

De otra manera, quien detendrá a la delincuencia?

* Doctor en Derecho

@campiranowolf