/ lunes 17 de mayo de 2021

Promesa en todo momento

En el diccionario de la Real Academia Española al vocablo promesa se le da varias connotaciones definitorias tales como: Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo; persona o cosa que promete por sus especiales cualidades, augurio, indicio o señal que hace esperar algún bien. En el diccionario general se define como el ofrecimiento solemne que hace una persona de cumplir con rectitud y fidelidad un determinado deber, empleando para ello una fórmula fija.

Una promesa es un gesto que surge de la libertad personal de quien libremente y sin coacción alguna se compromete a hacer algo en concreto por otra persona es también dar la palabra de que se va a cumplir lo dicho, a nivel emocional, puede tener el mismo valor que un contrato, aunque no esté firmado, el ser humano es imperfecto y limitado, con frecuencia, también rompe su promesa. En ese caso, se produce desencanto personal, tristeza, o frustración por sentirse traicionado, llegando a tener un pensamiento negativo y enfado.


El que promete, alcanza el objetivo deseado siente una satisfacción, pero, el peor error que se puede cometer es el incumplimiento, esto opera de la misma forma en el terreno personal, familiar, social y en el ámbito empresarial y cuando esto pasa, de nada sirve dar explicaciones del por qué no se hicieron las cosas: los pretextos sobran y las excusas no son suficientes.

Cuando algo se promete sea por escrito o en forma verbal, hay que cumplirlo algunos prefieren mejor mirar a otro lado antes que hacer que las cosas funcionen como deben de ser, incumplir una promesa es más fácil que reparar una descompostura. Pareciera que el camino de la disculpa fuera más sencillo y subsanar la falla.

Ahora bien, quienes hacen frente a los problemas desde el principio, tienen mejores posibilidades de salir adelante mejor y más rápido dejando una buena imagen, un buen indicador lo constituyen las opiniones y quejas de los clientes, amigos o familiares. Son ellos los que dan la pauta de aquello que necesita ser reparado, los que nos alertan y nos hacen ver aquellas promesas que no se le están cumpliendo.

Una promesa es un compromiso que asume una persona con otra a través de la palabra al comprometerse en el cumplimiento una acción en concreto. Aquí, impera el valor de la palabra ya que, si es por escrito y no se quiere cumplir con lo prometido, hay diversos mecanismos legales para dejar sin efecto aquella promesa


Ser consciente del valor de una promesa es un acto de madurez que se adquiere a través de la experiencia, los niños no son conscientes del valor que tiene prometer algo. De todas las promesas posibles, la mayor expresión de amor es la de los padres a los hijos que les aman de una forma incondicional con un amor que es la mayor de las promesas de fe y de esperanza. Ya que, si les decimos a los hijos que vamos a hacer algo y luego no lo hacemos, van perdiendo la fe en los padres, causándoles un daño de tristeza y desesperanza independientemente de lo que se haya prometido, si hemos adquirido un compromiso y moralmente estamos obligados a cumplirlo, hay dos rutas que deberían estar unidas: prometer y cumplir.


En otro orden de ideas, cuando una persona tiene credibilidad ante los demás si sus acciones y sus hechos no se contradicen es un indicador de que es persona recta honesta y de fiar, es decir, el cumplimiento de las promesas es una regla de oro para la sana convivencia, al contrario, cuando no se cumple, se pierde la confianza entre las personas y los lazos afectivos quedan lesionados.


En conclusión, no prometas algo que sabes que no vas a cumplir porque una relación se rompe al compás de las promesas no cumplidas, en cambio, una relación se fortalece a través de promesas firmes. Una promesa tiene valor de eternidad, si prometes algo, es para siempre que tendrás esos rasgos de aprecio y respeto.

Pocas cosas dañan tanto al prestigio de alguien como incumplir una promesa, fallar a la palabra dada es tomar la ruta equivocada.

Respetable lector infinitamente agradecido por tomar su tiempo para leerme y la expresión de sus comentarios que mucho me ayudan para seguir aportando un poco de los diversos temas que propongo.

José Roque Albín Huerta

Rector General del Centro Universitario UTEG

Email: joseroque@uteg.edu.mx

En el diccionario de la Real Academia Española al vocablo promesa se le da varias connotaciones definitorias tales como: Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo; persona o cosa que promete por sus especiales cualidades, augurio, indicio o señal que hace esperar algún bien. En el diccionario general se define como el ofrecimiento solemne que hace una persona de cumplir con rectitud y fidelidad un determinado deber, empleando para ello una fórmula fija.

Una promesa es un gesto que surge de la libertad personal de quien libremente y sin coacción alguna se compromete a hacer algo en concreto por otra persona es también dar la palabra de que se va a cumplir lo dicho, a nivel emocional, puede tener el mismo valor que un contrato, aunque no esté firmado, el ser humano es imperfecto y limitado, con frecuencia, también rompe su promesa. En ese caso, se produce desencanto personal, tristeza, o frustración por sentirse traicionado, llegando a tener un pensamiento negativo y enfado.


El que promete, alcanza el objetivo deseado siente una satisfacción, pero, el peor error que se puede cometer es el incumplimiento, esto opera de la misma forma en el terreno personal, familiar, social y en el ámbito empresarial y cuando esto pasa, de nada sirve dar explicaciones del por qué no se hicieron las cosas: los pretextos sobran y las excusas no son suficientes.

Cuando algo se promete sea por escrito o en forma verbal, hay que cumplirlo algunos prefieren mejor mirar a otro lado antes que hacer que las cosas funcionen como deben de ser, incumplir una promesa es más fácil que reparar una descompostura. Pareciera que el camino de la disculpa fuera más sencillo y subsanar la falla.

Ahora bien, quienes hacen frente a los problemas desde el principio, tienen mejores posibilidades de salir adelante mejor y más rápido dejando una buena imagen, un buen indicador lo constituyen las opiniones y quejas de los clientes, amigos o familiares. Son ellos los que dan la pauta de aquello que necesita ser reparado, los que nos alertan y nos hacen ver aquellas promesas que no se le están cumpliendo.

Una promesa es un compromiso que asume una persona con otra a través de la palabra al comprometerse en el cumplimiento una acción en concreto. Aquí, impera el valor de la palabra ya que, si es por escrito y no se quiere cumplir con lo prometido, hay diversos mecanismos legales para dejar sin efecto aquella promesa


Ser consciente del valor de una promesa es un acto de madurez que se adquiere a través de la experiencia, los niños no son conscientes del valor que tiene prometer algo. De todas las promesas posibles, la mayor expresión de amor es la de los padres a los hijos que les aman de una forma incondicional con un amor que es la mayor de las promesas de fe y de esperanza. Ya que, si les decimos a los hijos que vamos a hacer algo y luego no lo hacemos, van perdiendo la fe en los padres, causándoles un daño de tristeza y desesperanza independientemente de lo que se haya prometido, si hemos adquirido un compromiso y moralmente estamos obligados a cumplirlo, hay dos rutas que deberían estar unidas: prometer y cumplir.


En otro orden de ideas, cuando una persona tiene credibilidad ante los demás si sus acciones y sus hechos no se contradicen es un indicador de que es persona recta honesta y de fiar, es decir, el cumplimiento de las promesas es una regla de oro para la sana convivencia, al contrario, cuando no se cumple, se pierde la confianza entre las personas y los lazos afectivos quedan lesionados.


En conclusión, no prometas algo que sabes que no vas a cumplir porque una relación se rompe al compás de las promesas no cumplidas, en cambio, una relación se fortalece a través de promesas firmes. Una promesa tiene valor de eternidad, si prometes algo, es para siempre que tendrás esos rasgos de aprecio y respeto.

Pocas cosas dañan tanto al prestigio de alguien como incumplir una promesa, fallar a la palabra dada es tomar la ruta equivocada.

Respetable lector infinitamente agradecido por tomar su tiempo para leerme y la expresión de sus comentarios que mucho me ayudan para seguir aportando un poco de los diversos temas que propongo.

José Roque Albín Huerta

Rector General del Centro Universitario UTEG

Email: joseroque@uteg.edu.mx