/ viernes 6 de diciembre de 2019

Presidencia-CRIT, alianza ganar-ganar

Los Centros de Rehabilitación Infantil Teletón, CRIT por sus siglas, se han visto en la necesidad de cancelar sus servicios por lo que respecta al turno vespertino afectando a cientos de niños que acuden en ese horario a recibir sus terapias de rehabilitación. La falta de recursos económicos genero la inevitable decisión de dar de baja al 20% de su personal, por cierto, equipo humano altamente especializado. Estamos ante una lamentable situación que daba signos de aparecer desde hace tiempo, en gran parte debido a las injustas y crueles campañas de desprestigio que se han orquestado provenientes de ciertos periodistas y de alguno que otro funcionario público.

La crisis que ahora viven los CRIT debe convertirse en un reto para los sectores público y privado al que hay que enfrentar, por lo pronto, acudiendo a recibir el bautismo de la religión del altruismo, lo que permitirá rescatar a miles y miles de niñas y niños cuyas vidas parecieran estar tercamente apegadas al infortunio, soportando la dureza de su desamparo. Hay que decirlo alto, fuerte y claro: los 22 CRIT, el Hospital Infantil de Oncología, el Centro Autismo Teletón y la Universidad Teletón han logrado atender y rehabilitar a más de 100 mil niñas y niños en los 21 años de trabajo que acumula esta admirable institución, si la realidad de estos logros, más la transparencia del manejo de los recursos no son suficientes para otorgar un voto de confianza a esta organización, continuar con las posturas de rechazo y descalificación rayarían en envidias patológicas incalificables.

Resultaría ejemplificante que todas aquellas personas e instituciones que se han venido dedicando a las campañas de desprestigio se quitaran las máscaras de lo que falsamente representan y que además lo hicieran ante los padres e hijos con discapacidad ofreciéndoles nuevas y mejores alternativas de atención.

Las impensables campañas en contra del funcionamiento de esta institución es una muestra más de la fragilidad de las relaciones establecidas entre gobierno, medios de comunicación y sociedad, fragilidad que al fin del día genera más fracasos y arrepentimientos que justos anhelos y firmes esperanzas. Me pregunto si todos los que están en desacuerdo con la existencia y operación de los CRIT serían capaces de, a partir de testimonios fidedignos, ser testigos y conocer a fondo todas las historias de ignominia que se han cometido contra el colectivo de las personas con algún tipo de discapacidad.

Quienes sin sustento descalifican a los CRIT actúan sin tomar en cuenta que sus engaños y diatribas están marcados con el traicionero acento de la discriminación, de la exclusión, lo que provoca que miles de niños, personas antes que nada, sigan soportando el lastre del infortunio.

Una sociedad que practica con conocimiento de causa y sobre todo buena fe, la cultura de la inclusión, será siempre una mejor sociedad con los beneficios de justicia que esto conlleva, de tal suerte que las personas con discapacidad necesitan, tanto del apoyo de gobierno y sociedad como gobierno y sociedad necesitan de las personas con discapacidad.

La magnífica noticia que se generó en días pasados en el sentido de que el propio Presidente de la Republica analizara la posibilidad de intervenir, o bien de reforzar la operación de los CRIT, incluso establecer alianzas benéficas para ambas instituciones es un rayo de luz entre las sombra de tantas vidas en el abandono.

Los Centros de Rehabilitación Infantil Teletón, CRIT por sus siglas, se han visto en la necesidad de cancelar sus servicios por lo que respecta al turno vespertino afectando a cientos de niños que acuden en ese horario a recibir sus terapias de rehabilitación. La falta de recursos económicos genero la inevitable decisión de dar de baja al 20% de su personal, por cierto, equipo humano altamente especializado. Estamos ante una lamentable situación que daba signos de aparecer desde hace tiempo, en gran parte debido a las injustas y crueles campañas de desprestigio que se han orquestado provenientes de ciertos periodistas y de alguno que otro funcionario público.

La crisis que ahora viven los CRIT debe convertirse en un reto para los sectores público y privado al que hay que enfrentar, por lo pronto, acudiendo a recibir el bautismo de la religión del altruismo, lo que permitirá rescatar a miles y miles de niñas y niños cuyas vidas parecieran estar tercamente apegadas al infortunio, soportando la dureza de su desamparo. Hay que decirlo alto, fuerte y claro: los 22 CRIT, el Hospital Infantil de Oncología, el Centro Autismo Teletón y la Universidad Teletón han logrado atender y rehabilitar a más de 100 mil niñas y niños en los 21 años de trabajo que acumula esta admirable institución, si la realidad de estos logros, más la transparencia del manejo de los recursos no son suficientes para otorgar un voto de confianza a esta organización, continuar con las posturas de rechazo y descalificación rayarían en envidias patológicas incalificables.

Resultaría ejemplificante que todas aquellas personas e instituciones que se han venido dedicando a las campañas de desprestigio se quitaran las máscaras de lo que falsamente representan y que además lo hicieran ante los padres e hijos con discapacidad ofreciéndoles nuevas y mejores alternativas de atención.

Las impensables campañas en contra del funcionamiento de esta institución es una muestra más de la fragilidad de las relaciones establecidas entre gobierno, medios de comunicación y sociedad, fragilidad que al fin del día genera más fracasos y arrepentimientos que justos anhelos y firmes esperanzas. Me pregunto si todos los que están en desacuerdo con la existencia y operación de los CRIT serían capaces de, a partir de testimonios fidedignos, ser testigos y conocer a fondo todas las historias de ignominia que se han cometido contra el colectivo de las personas con algún tipo de discapacidad.

Quienes sin sustento descalifican a los CRIT actúan sin tomar en cuenta que sus engaños y diatribas están marcados con el traicionero acento de la discriminación, de la exclusión, lo que provoca que miles de niños, personas antes que nada, sigan soportando el lastre del infortunio.

Una sociedad que practica con conocimiento de causa y sobre todo buena fe, la cultura de la inclusión, será siempre una mejor sociedad con los beneficios de justicia que esto conlleva, de tal suerte que las personas con discapacidad necesitan, tanto del apoyo de gobierno y sociedad como gobierno y sociedad necesitan de las personas con discapacidad.

La magnífica noticia que se generó en días pasados en el sentido de que el propio Presidente de la Republica analizara la posibilidad de intervenir, o bien de reforzar la operación de los CRIT, incluso establecer alianzas benéficas para ambas instituciones es un rayo de luz entre las sombra de tantas vidas en el abandono.

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