/ lunes 29 de marzo de 2021

Preocupación mundial

El término paz, se refiere a la ausencia de guerra, todo aquello contado en los conflictos violentos entre estados, en el derecho internacional es considerado como tratado o convenio que se concuerda entre las partes beligerantes para poner fin a una guerra. Es así entonces, que, cuando la paz, está presente en alguien, la persona transmite buena energía y es capaz de disfrutar de los detalles más simples de la vida, de la naturaleza, conversar con los amigos y familiares, ayudar sin pedir nada a cambio.

Vivir en armonía con uno mismo, con los demás y con todos los seres que se encuentran en nuestro entorno; vivir así es un proceso tanto externo como interno, en el punto externo, debemos considerar que en esta forma de vida nos debemos respetar unos a los otros en las que, estamos obligados a conciliar nuestras diferencias culturales, religiosas y políticas; ahora bien, de manera interior, todos tenemos que buscar esa tranquilidad desde nuestro interior a efecto de entender el miedo que impulsa a la violencia, porque si no ponemos atención al resentimiento interno, es difícil encontrar una paz interna y espiritual.

Estar tranquilo espiritualmente representa en sí una complejidad tanto por la relatividad intrínseca al carácter filosófico del concepto y por las connotaciones ideológicas que lo marcan, también por el carácter teológico de una categoría que ha sido en el ideal universal e incuestionable al que deben aspirar todas las sociedades, y que, por lo tanto, ha tensionado los estudios sobre la paz con los ordenamientos de un deber moral.

Estudiar la paz desde la paz misma, permite la posibilidad de aportar a la construcción de la cultura de paz, desde la concepción de expertos e investigadores en el tema quienes se aproximan a él, a partir del conflicto mediante un enfoque humanista que genera confianza, posibilitando trascender posturas rigurosas y momificadas a participar desde el interés y el querer personal en la construcción de la cultura de la paz, que es dable abriendo la mente y poniendo el corazón en esta causa, soñando un territorio inclusivo, justo y en armonía.

Esta necesidad es de actualidad sobre el que se está investigando y publicando, debido al interés que despierta en el contexto, de tal manera que, se precisa revisar teóricamente sobre las tendencias de la cultura de paz, buscando métodos de mediación y el manejo emocional que se debe utilizar para lograr el objetivo de terminar con algún problema o conflicto, así como una creación de conciencia desde el campo educativo en la búsqueda de una mejora pacificadora.

Precisamente, por todo lo narrado, el Gobierno Municipal de Guadalajara preocupado por lo que sucede en la pérdida de valores y como consecuencia de ello, en algunos casos, la ausencia de paz, a través de la Secretaría General del Gobierno, representada por el Maestro Víctor Manuel Sánchez Orozco, quién es el generador del proyecto Educación Emocional, el Eje de Educación Emocional del propio Municipio, coordinado por la Maestra Delia Pérez, así como del Colegio Estatal de Psicólogos en Intervención de Jalisco, Asociación Civil siendo su presidente, el Doctor Blas Sergio Jasso Hinojosa, han desplegado en apoyo a la sociedad a nivel nacional, por las redes sociales, pláticas y talleres, dando inicio el 27 de febrero a un ciclo de conferencias que se presentan en forma semanal denominadas “Universidades por el trabajo en la Educación Emocional para poner en práctica la Cultura de Paz”, en las que intervienen los Rectores e investigadores de las diferentes Casas de Estudio, ya que es ahí en donde convergen estudiantes de todas las edades y son ellos un semillero de aporte para lograr los cambios en beneficio de la sociedad y reafirmar los valores.

Apreciable lector, cada uno de nosotros desde nuestro hogar y entorno, podemos lograr los objetivos pacificadores que tanto laceran a nuestra sociedad en general y que, esta forma positiva, impacta en beneficio de los individuos de hoy y del mañana.

* Rector General del Centro Universitario Uteg.

joseroque@uteg.edu.mx

El término paz, se refiere a la ausencia de guerra, todo aquello contado en los conflictos violentos entre estados, en el derecho internacional es considerado como tratado o convenio que se concuerda entre las partes beligerantes para poner fin a una guerra. Es así entonces, que, cuando la paz, está presente en alguien, la persona transmite buena energía y es capaz de disfrutar de los detalles más simples de la vida, de la naturaleza, conversar con los amigos y familiares, ayudar sin pedir nada a cambio.

Vivir en armonía con uno mismo, con los demás y con todos los seres que se encuentran en nuestro entorno; vivir así es un proceso tanto externo como interno, en el punto externo, debemos considerar que en esta forma de vida nos debemos respetar unos a los otros en las que, estamos obligados a conciliar nuestras diferencias culturales, religiosas y políticas; ahora bien, de manera interior, todos tenemos que buscar esa tranquilidad desde nuestro interior a efecto de entender el miedo que impulsa a la violencia, porque si no ponemos atención al resentimiento interno, es difícil encontrar una paz interna y espiritual.

Estar tranquilo espiritualmente representa en sí una complejidad tanto por la relatividad intrínseca al carácter filosófico del concepto y por las connotaciones ideológicas que lo marcan, también por el carácter teológico de una categoría que ha sido en el ideal universal e incuestionable al que deben aspirar todas las sociedades, y que, por lo tanto, ha tensionado los estudios sobre la paz con los ordenamientos de un deber moral.

Estudiar la paz desde la paz misma, permite la posibilidad de aportar a la construcción de la cultura de paz, desde la concepción de expertos e investigadores en el tema quienes se aproximan a él, a partir del conflicto mediante un enfoque humanista que genera confianza, posibilitando trascender posturas rigurosas y momificadas a participar desde el interés y el querer personal en la construcción de la cultura de la paz, que es dable abriendo la mente y poniendo el corazón en esta causa, soñando un territorio inclusivo, justo y en armonía.

Esta necesidad es de actualidad sobre el que se está investigando y publicando, debido al interés que despierta en el contexto, de tal manera que, se precisa revisar teóricamente sobre las tendencias de la cultura de paz, buscando métodos de mediación y el manejo emocional que se debe utilizar para lograr el objetivo de terminar con algún problema o conflicto, así como una creación de conciencia desde el campo educativo en la búsqueda de una mejora pacificadora.

Precisamente, por todo lo narrado, el Gobierno Municipal de Guadalajara preocupado por lo que sucede en la pérdida de valores y como consecuencia de ello, en algunos casos, la ausencia de paz, a través de la Secretaría General del Gobierno, representada por el Maestro Víctor Manuel Sánchez Orozco, quién es el generador del proyecto Educación Emocional, el Eje de Educación Emocional del propio Municipio, coordinado por la Maestra Delia Pérez, así como del Colegio Estatal de Psicólogos en Intervención de Jalisco, Asociación Civil siendo su presidente, el Doctor Blas Sergio Jasso Hinojosa, han desplegado en apoyo a la sociedad a nivel nacional, por las redes sociales, pláticas y talleres, dando inicio el 27 de febrero a un ciclo de conferencias que se presentan en forma semanal denominadas “Universidades por el trabajo en la Educación Emocional para poner en práctica la Cultura de Paz”, en las que intervienen los Rectores e investigadores de las diferentes Casas de Estudio, ya que es ahí en donde convergen estudiantes de todas las edades y son ellos un semillero de aporte para lograr los cambios en beneficio de la sociedad y reafirmar los valores.

Apreciable lector, cada uno de nosotros desde nuestro hogar y entorno, podemos lograr los objetivos pacificadores que tanto laceran a nuestra sociedad en general y que, esta forma positiva, impacta en beneficio de los individuos de hoy y del mañana.

* Rector General del Centro Universitario Uteg.

joseroque@uteg.edu.mx