No es posible admitir el abuso del poder en un sistema que presume de ser democrático y “humanista”. Es un contrasentido, porque la democracia exige la coparticipación de la ciudadanía en la conformación del gobierno, y el humanismo requiere ante todo una concepción del hombre como prioridad.
Continúa la lucha entre el Poder Judicial Federal y el Ejecutivo Federal.
El pasado viernes 4 de octubre se presentó una iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma y adiciona un párrafo al artículo 11 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, presentada por un diputado del Grupo Parlamentario de Morena.
En la tan iniciativa, se plantean reformas que tienden a restringir las facultades de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, empleando un lenguaje impreciso, vago y con la ambigüedad propia de quienes están al frente del gobierno hacen cada jerigonza con su discurso que uno no acaba de entenderlo, aunque ellos tienen perfectamente diseñado su plan para seducir, engañar, confundir y aprovecharse de las circunstancias.
Y esa es su estrategia, lo malo es que la oposición inexistente, no la entiende y es incapaz de hacerle frente y a los pocos que osamos poner en entredicho sus palabras, se nos cataloga indebidamente como traidores a la patria, enemigos del régimen, neoliberales, fifís y otras trasnochadas sandeces que surgen de una inteligencia con un coeficiente intelectual muy inferior al término medio.
Pero bueno, vamos al punto. Resulta que la iniciativa del 4 de octubre, busca “clarificar” las Facultades de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (y aquí viene el lenguaje anfibológico y tergiversado que suelen emplear sobre todo los legisladores al servicio de la minoría que pretende consolidar la apropiación del poder absoluto, cuando se lee: “ La presente reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, tiene como objetivo primordial asegurar que exista un respeto irrestricto a lo dispuesto en los artículos 39, 51, 133 y 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de reformas o aficiones a la Carga Magna”.
No lo voy a aburrir con la remisión expresa a dicho articulado y mucho menos con una explicación técnica jurídica que tal vez lo confunda más a usted querido lector.
Se lo digo simple y llano.
PODER EJECUTIVO/LEGISLATIVO: Voy a reformar la Constitución para lograr la Reforma Judicial.
PODER JUDICIAL: La reforma es necesaria, pero hay que estudiarla con cautela porque hay muchos aspectos que no se pueden ni se deben cambiar, además de que debe hacerse integral, es decir, que abarque todo el sistema de impartición de justicia, no solo el poder judicial federal.
PODER EJECUTIVO/LEGISLATIVO: Aquí está la reforma ya aprobada por la mayoría con todo y la sobrerrepresentación, te guste o no, convenga o no. La ley es la ley, se debe obedecer y cumplir.
PODER JUDICIAL: Tú lo has dicho: “porque la ley es la ley, se debe obedecer y se debe cumplir” Revisaré que tu reforma se apegue a las normas constitucionales y no viole la ley y si cumple con las formalidades del procedimiento, te confirmaré su legalidad. Para eso estoy.
PODER EJECUTIVO/LEGISLATIVO: ¿Lo haces con apoyo en alguna normativa legal?
PODER JUDICIAL: Claro que sí, el artículo 11 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
PODER EJECUTIVO/LEGISLATIVO: “Pues te tengo una noticia: Te voy a derogar esa facultad, porque puedo y quiero, así entonces ya no tendrás capacidad de revisar nada. ¿Cómo la ves?
Así estamos, queridos amigos, estructurando paso un régimen dictatorial, es una realidad. Y por si alguien tiene una duda: La Guardia Nacional que se supone estaría dirigida por un Civil, fue encomendada a un General del Ejército. ¿Todavía les queda duda que no vamos hacia la Dictadura?
¿ Dónde queda entonces la democracia y el humanismo mexicano?