/ miércoles 25 de agosto de 2021

Políticos chimoleros

En el lenguaje popular se sabe que si un problema no tiene solución no hay porque preocuparse. Y si tiene solución, tampoco. También se dice que quien sabe más, más se preocupa. Del modo que sea, la horrenda situación de la mayoría de los habitantes de México es muy preocupante y ni la sociedad en general (y menos los empleados metidos a la burocracia), concurren a paliar en serio la problemática que afecta al país.

Ahora, peor que en otras épocas, México se transforma y cae cada vez más. La forma en que se presentan y su modo de actuar, cuando llegan al poder, comprueba que la mayoría de los políticos se envuelven en la demagogia, el cinismo y la impunidad lo cual es cobijado con cualquier color partidista.

Ahora, con el partido en el poder queda claro que los políticos que en sus inicios saborearon las miele$ del poder y luego quisieron más y no lo lograron, formaron sus camarillas y se convirtieron también en bandas muy bien organizadas y practican la criminalidad. Los renegados de otros tiempos ahora en el poder junto a sus nuevas camadas están usando el poder para sus venganzas personales y grupales mismos que en los altos niveles obtiene buenos salarios (como siempre ha sido) y aprovechan las oportunidades de negocio a través de la información privilegiada que, para su buena fortuna, coincide con la urgencia de hacer compras ante fatalidades como la pandemia, catástrofes naturales. Por lo general las compras se hacen sin las licitaciones de ley. Espacio faltaría para describir lo que a todas luces podría ser objeto de litis, siempre y cuando haya denuncias y comprobaciones precisas y, lo más importante, que los encargados de la justicia trabajen decentemente. Ahora se fijan en el pasado en tanto el presente tiende a lo mismo, o peor.

Lastimosamente para la democracia y la administración pública, que en la práctica resultan solamente palabrejas, la forma de gobernar mediante los dimes y diretes que ha caracterizado al actual gobierno federal, cada vez conlleva la desconfianza y la anarquía social lo cual empuja a México al abismo, cada vez más. Quienes viven del erario, con muchos o pocos recursos tienen mayor seguridad que el común de los trabajadores mismos que ahora son engañados con medias verdades o medias mentiras a través de lo que denominan la democracia laboral.

Es lamentable ver y escuchar a un peje presidente que es “candil de la calle y oscuridad de la casa” cuando busca a toda costa dar “ayuda humanitaria” a otros países, que si bien lo requieren, hay millones de mexicanos muriendo de hambre, sin empleo, sin medicamentos, sin plena atención de seguridad social, atrapados por la violencia y la inseguridad social y comprobando que el gobierno, en casi todos los niveles, es rehén de un presidencialismo monárquico, dictatorial e inquisidor.

Habiendo formas preestablecidas por la ley es inconcebible que la demencia senil produzca caprichos que son aplaudidos por lacayos y bufones en perjuicio de la mayoría de la población. Son políticos chimoleros que rebasan los intríngulis de la vecindad del Chavo con tal de hacer perdurar a su partido. Todos los grupos buscan lo mismo: el poder político-administrativo para llenar sus carteras. Y…qué pasa?

* Periodista

Correo. mjimenezibanez58@gmail.com

En el lenguaje popular se sabe que si un problema no tiene solución no hay porque preocuparse. Y si tiene solución, tampoco. También se dice que quien sabe más, más se preocupa. Del modo que sea, la horrenda situación de la mayoría de los habitantes de México es muy preocupante y ni la sociedad en general (y menos los empleados metidos a la burocracia), concurren a paliar en serio la problemática que afecta al país.

Ahora, peor que en otras épocas, México se transforma y cae cada vez más. La forma en que se presentan y su modo de actuar, cuando llegan al poder, comprueba que la mayoría de los políticos se envuelven en la demagogia, el cinismo y la impunidad lo cual es cobijado con cualquier color partidista.

Ahora, con el partido en el poder queda claro que los políticos que en sus inicios saborearon las miele$ del poder y luego quisieron más y no lo lograron, formaron sus camarillas y se convirtieron también en bandas muy bien organizadas y practican la criminalidad. Los renegados de otros tiempos ahora en el poder junto a sus nuevas camadas están usando el poder para sus venganzas personales y grupales mismos que en los altos niveles obtiene buenos salarios (como siempre ha sido) y aprovechan las oportunidades de negocio a través de la información privilegiada que, para su buena fortuna, coincide con la urgencia de hacer compras ante fatalidades como la pandemia, catástrofes naturales. Por lo general las compras se hacen sin las licitaciones de ley. Espacio faltaría para describir lo que a todas luces podría ser objeto de litis, siempre y cuando haya denuncias y comprobaciones precisas y, lo más importante, que los encargados de la justicia trabajen decentemente. Ahora se fijan en el pasado en tanto el presente tiende a lo mismo, o peor.

Lastimosamente para la democracia y la administración pública, que en la práctica resultan solamente palabrejas, la forma de gobernar mediante los dimes y diretes que ha caracterizado al actual gobierno federal, cada vez conlleva la desconfianza y la anarquía social lo cual empuja a México al abismo, cada vez más. Quienes viven del erario, con muchos o pocos recursos tienen mayor seguridad que el común de los trabajadores mismos que ahora son engañados con medias verdades o medias mentiras a través de lo que denominan la democracia laboral.

Es lamentable ver y escuchar a un peje presidente que es “candil de la calle y oscuridad de la casa” cuando busca a toda costa dar “ayuda humanitaria” a otros países, que si bien lo requieren, hay millones de mexicanos muriendo de hambre, sin empleo, sin medicamentos, sin plena atención de seguridad social, atrapados por la violencia y la inseguridad social y comprobando que el gobierno, en casi todos los niveles, es rehén de un presidencialismo monárquico, dictatorial e inquisidor.

Habiendo formas preestablecidas por la ley es inconcebible que la demencia senil produzca caprichos que son aplaudidos por lacayos y bufones en perjuicio de la mayoría de la población. Son políticos chimoleros que rebasan los intríngulis de la vecindad del Chavo con tal de hacer perdurar a su partido. Todos los grupos buscan lo mismo: el poder político-administrativo para llenar sus carteras. Y…qué pasa?

* Periodista

Correo. mjimenezibanez58@gmail.com