/ lunes 11 de febrero de 2019

Política industrial / Vamos por la Cuarta Constitución

Al celebrar el 102 aniversario de nuestra Carta Magna en el Teatro de la República en Querétaro, teatro que es su origen, el presidente López Obrador recordó que ya está muy parchada y sugirió pensar en una nueva.

La actual ha sido motivo y causa de grandes debates entre los juristas, liberales, editorialistas, periodistas, caricaturistas y comentaristas, así como los conservadores durante estos 102 años; ahí están todavía en debate los artículos 3, 27, 28, 123 y otros más. Las constituciones de 1824, 1857 y 1917 tienen como principio garantizar los derechos sociales de los gobernados, los órganos legislativos competentes emiten disposiciones jurídicas para preservar el orden y haya paz, justicia, cohesión y unidad, para que prevalezcan los derechos generales sobre los particulares, principio democrático que se desequilibró en los últimos 36 años de política económica neoliberal, tiempo en que la Constitución perdió vigencia y que Abel Quezada la caricaturizó como una prostituta porque las reformas a favor de los conservadores la prostituían.

La Constitución, en su parte de las garantías sociales, fue inspiración de la rusa y ahí el párrafo que dice: “...y también es obligación de los hijos la manutención de sus padres cuando llegan a la edad adulta y dejan de ser productivos”, por lo que su cultura a favor de sus adultos es superior a la nuestra, pues nosotros los mandamos al asilo a otras manos.

Hemos tenido presidentes conservadores como Fox que pasó como un retrasado mental constitucional y recordamos que Ignacio Burgoa (+) le ofreció asesoría constitucional, con el fin de que aprendiera lo que es la Constitución que juró respetar y hacer respetar, pero Fox siempre se la pasó por salva sea la parte al decirle a Fidel Castro: “Comes y te vas”, ahí se puso al servicio de una potencia extranjera. Fox tenía que haber leído la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, comentada por Máximo N. Gámiz en donde habla de las reformas a los artículos, las derogaciones de algunos de sus párrafos, así como de las consecuencias benéficas o negativas para los mexicanos; hace un análisis muy profundo de lo que tienen los municipios, los estados, la Federación, las cámaras de Diputados y Senadores, el constituyente permanente (los Congresos de los estados) y la SCJN que es la garante de los derechos constitucionales de los mexicanos y claro está, la obligación que tenemos de conocerla y de exigir que se respete.

En la LVII Legislatura de Jalisco, se presentaron 30 reformas a la Constitución local y con Celia Fausto logramos que la asamblea nos aceptara invitar a Porfirio Muñoz Ledo, hombre conocedor de la Constitución, quien nos vino a dar una conferencia del significado de nuestra Carta Magna y de la Constitución de Jalisco; ya Porfirio señalaba las más de 400 reformas que llevaba la Carta Magna, de la necesidad de reformar la del estado y de la misma Constitución. Con anterioridad le presentó a Fox la reforma del Estado y también hizo el proyecto de la nueva República, recuerdo que le sugería que fuera la 4ª República y me expresó que es lo que hizo Charles De Gaulle en Francia.

Después comentamos de su trabajo y cómo desde la Cámara de Diputados está viviendo iniciativas que tienen qué ver con su sueño de la transformación del Estado y de las reformas al marco constitucional, que es claro que existe una relación congruente en la Cuarta Transformación de México que está promoviendo el presidente López Obrador con los liberales que se han declarado por una nueva Constitución pero que, los conservadores del CCE y Coparmex que, a través de Primero los Mexicanos, quieren una reforma educativa pero retrograda. El constituyente de 1917 previó el golpe de Estado cuando en el Artículo 136 señala: “Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aún cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanando de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta”.

mvrfundacion@gpovillamex.com

fundacion_clcs@gpovillamex.com

Al celebrar el 102 aniversario de nuestra Carta Magna en el Teatro de la República en Querétaro, teatro que es su origen, el presidente López Obrador recordó que ya está muy parchada y sugirió pensar en una nueva.

La actual ha sido motivo y causa de grandes debates entre los juristas, liberales, editorialistas, periodistas, caricaturistas y comentaristas, así como los conservadores durante estos 102 años; ahí están todavía en debate los artículos 3, 27, 28, 123 y otros más. Las constituciones de 1824, 1857 y 1917 tienen como principio garantizar los derechos sociales de los gobernados, los órganos legislativos competentes emiten disposiciones jurídicas para preservar el orden y haya paz, justicia, cohesión y unidad, para que prevalezcan los derechos generales sobre los particulares, principio democrático que se desequilibró en los últimos 36 años de política económica neoliberal, tiempo en que la Constitución perdió vigencia y que Abel Quezada la caricaturizó como una prostituta porque las reformas a favor de los conservadores la prostituían.

La Constitución, en su parte de las garantías sociales, fue inspiración de la rusa y ahí el párrafo que dice: “...y también es obligación de los hijos la manutención de sus padres cuando llegan a la edad adulta y dejan de ser productivos”, por lo que su cultura a favor de sus adultos es superior a la nuestra, pues nosotros los mandamos al asilo a otras manos.

Hemos tenido presidentes conservadores como Fox que pasó como un retrasado mental constitucional y recordamos que Ignacio Burgoa (+) le ofreció asesoría constitucional, con el fin de que aprendiera lo que es la Constitución que juró respetar y hacer respetar, pero Fox siempre se la pasó por salva sea la parte al decirle a Fidel Castro: “Comes y te vas”, ahí se puso al servicio de una potencia extranjera. Fox tenía que haber leído la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, comentada por Máximo N. Gámiz en donde habla de las reformas a los artículos, las derogaciones de algunos de sus párrafos, así como de las consecuencias benéficas o negativas para los mexicanos; hace un análisis muy profundo de lo que tienen los municipios, los estados, la Federación, las cámaras de Diputados y Senadores, el constituyente permanente (los Congresos de los estados) y la SCJN que es la garante de los derechos constitucionales de los mexicanos y claro está, la obligación que tenemos de conocerla y de exigir que se respete.

En la LVII Legislatura de Jalisco, se presentaron 30 reformas a la Constitución local y con Celia Fausto logramos que la asamblea nos aceptara invitar a Porfirio Muñoz Ledo, hombre conocedor de la Constitución, quien nos vino a dar una conferencia del significado de nuestra Carta Magna y de la Constitución de Jalisco; ya Porfirio señalaba las más de 400 reformas que llevaba la Carta Magna, de la necesidad de reformar la del estado y de la misma Constitución. Con anterioridad le presentó a Fox la reforma del Estado y también hizo el proyecto de la nueva República, recuerdo que le sugería que fuera la 4ª República y me expresó que es lo que hizo Charles De Gaulle en Francia.

Después comentamos de su trabajo y cómo desde la Cámara de Diputados está viviendo iniciativas que tienen qué ver con su sueño de la transformación del Estado y de las reformas al marco constitucional, que es claro que existe una relación congruente en la Cuarta Transformación de México que está promoviendo el presidente López Obrador con los liberales que se han declarado por una nueva Constitución pero que, los conservadores del CCE y Coparmex que, a través de Primero los Mexicanos, quieren una reforma educativa pero retrograda. El constituyente de 1917 previó el golpe de Estado cuando en el Artículo 136 señala: “Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aún cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanando de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta”.

mvrfundacion@gpovillamex.com

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