/ viernes 2 de abril de 2021

Placenta ante el Covid-19

Apenas hace un año que conocemos el SARS-CoV-2 y, aunque ya se sabe mucho de él, todavía falta mucho más por investigar. Centros de investigación de todo el mundo se están volcando para comprender todos los mecanismos que hay detrás de este virus que ha puesto en jaque a todo el mundo. Recientemente se realizó un estudio internacional, cuyo objetivo fue analizar el efecto del virus sobre la fisiopatología de la placenta y sus consecuencias sobre el recién nacido. En él se ha podido constatar que, aunque el virus puede infectar la placenta, en ningún caso se produjo una transmisión vertical de la madre al recién nacido, lo que apunta a que la placenta puede ser una barrera materno-neonatal eficaz contra el virus, incluso en presencia de una infección grave”. Ocasionalmente el Coronavirus puede infectar masivamente las células de la placenta y determinar su muerte”.

En otro estudio se analizó una cohorte de 37 mujeres embarazadas, 21 de las cuales habían confirmado una infección por Covid-19 en una prueba PCR. Todas las mujeres dieron a luz con éxito a recién nacidos vivos y asintomáticos excepto en dos casos. En uno de ellos existió asfixia perinatal en el bebé que requirió ventilación mecánica y suplementos de oxígeno durante los primeros tres días de vida, seguida de episodios de epilepsia y síntomas neurológicos que se resolvieron progresivamente tras tratamiento. En este segundo caso, los problemas del neonato no se debieron a que estuviera infectado por el Virus sino a que la placenta se vio severamente afectada por la enfermedad. Así, el neonato sufre, pero lo hace porque la placenta ya no está funcionando adecuadamente”. Habiéndose podido constatar que la carga viral y los daños eran similares a los que el virus causa en los pulmones de pacientes fallecidos por Covid-19. También se ha podido constatar que, para que se produzca este daño en la placenta con implicación en los resultados del embarazo, es necesario que llegue una alta carga viral a este órgano.

Hemos visto que la inflamación generada por el virus es muy parecida a la inducida por algunos tumores. En otro estudio se evaluó la posible transmisión vertical de la madre al feto mediante la prueba de la presencia del Covid en líquido amniótico, sangre de cordón umbilical y muestras de hisopos de garganta neonatales. También se recolectaron muestras de leche materna y se analizaron en pacientes después de la primera lactancia. Las nueve mujeres embarazadas se sometieron a una cesárea y todos los bebés nacieron con normalidad. No se observaron asfixias neonatales. La mayoría de los informes revela que existe un bajo riesgo de que el COVID-19 se transmita de una madre infectada a su feto, pero hay algunas investigaciones que sugieren que algunos recién nacidos de madres con COVID-19 mostraron anticuerpos específicos para coronavirus, lo que sugiere que estuvieron expuestos al virus en el útero.

Para reducir el riesgo de infección, las mujeres embarazadas deben practicar el distanciamiento social, quedarse en casa y evitar las reuniones públicas. Si deben salir de casa, deben lavarse las manos con regularidad, tratar de no tocarse la cara y mantenerse al menos a 1.5 metros de distancia de personas que puedan estar enfermas o personas de cuyo estado de salud se desconoce.

* Médico jefe del Servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, profesor Honorario de la Clínica de Endocrinología en la Carrera de Medicina del CUCS de la UDG

Correo: hegovidrio@hotmail.com

Apenas hace un año que conocemos el SARS-CoV-2 y, aunque ya se sabe mucho de él, todavía falta mucho más por investigar. Centros de investigación de todo el mundo se están volcando para comprender todos los mecanismos que hay detrás de este virus que ha puesto en jaque a todo el mundo. Recientemente se realizó un estudio internacional, cuyo objetivo fue analizar el efecto del virus sobre la fisiopatología de la placenta y sus consecuencias sobre el recién nacido. En él se ha podido constatar que, aunque el virus puede infectar la placenta, en ningún caso se produjo una transmisión vertical de la madre al recién nacido, lo que apunta a que la placenta puede ser una barrera materno-neonatal eficaz contra el virus, incluso en presencia de una infección grave”. Ocasionalmente el Coronavirus puede infectar masivamente las células de la placenta y determinar su muerte”.

En otro estudio se analizó una cohorte de 37 mujeres embarazadas, 21 de las cuales habían confirmado una infección por Covid-19 en una prueba PCR. Todas las mujeres dieron a luz con éxito a recién nacidos vivos y asintomáticos excepto en dos casos. En uno de ellos existió asfixia perinatal en el bebé que requirió ventilación mecánica y suplementos de oxígeno durante los primeros tres días de vida, seguida de episodios de epilepsia y síntomas neurológicos que se resolvieron progresivamente tras tratamiento. En este segundo caso, los problemas del neonato no se debieron a que estuviera infectado por el Virus sino a que la placenta se vio severamente afectada por la enfermedad. Así, el neonato sufre, pero lo hace porque la placenta ya no está funcionando adecuadamente”. Habiéndose podido constatar que la carga viral y los daños eran similares a los que el virus causa en los pulmones de pacientes fallecidos por Covid-19. También se ha podido constatar que, para que se produzca este daño en la placenta con implicación en los resultados del embarazo, es necesario que llegue una alta carga viral a este órgano.

Hemos visto que la inflamación generada por el virus es muy parecida a la inducida por algunos tumores. En otro estudio se evaluó la posible transmisión vertical de la madre al feto mediante la prueba de la presencia del Covid en líquido amniótico, sangre de cordón umbilical y muestras de hisopos de garganta neonatales. También se recolectaron muestras de leche materna y se analizaron en pacientes después de la primera lactancia. Las nueve mujeres embarazadas se sometieron a una cesárea y todos los bebés nacieron con normalidad. No se observaron asfixias neonatales. La mayoría de los informes revela que existe un bajo riesgo de que el COVID-19 se transmita de una madre infectada a su feto, pero hay algunas investigaciones que sugieren que algunos recién nacidos de madres con COVID-19 mostraron anticuerpos específicos para coronavirus, lo que sugiere que estuvieron expuestos al virus en el útero.

Para reducir el riesgo de infección, las mujeres embarazadas deben practicar el distanciamiento social, quedarse en casa y evitar las reuniones públicas. Si deben salir de casa, deben lavarse las manos con regularidad, tratar de no tocarse la cara y mantenerse al menos a 1.5 metros de distancia de personas que puedan estar enfermas o personas de cuyo estado de salud se desconoce.

* Médico jefe del Servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, profesor Honorario de la Clínica de Endocrinología en la Carrera de Medicina del CUCS de la UDG

Correo: hegovidrio@hotmail.com