/ domingo 11 de abril de 2021

Perdonar es ganar

El perdón se considera como la acción y el resultado de perdonar, se puede perdonar, entre otras cosas, una ofensa, una pena corporal, una deuda de carácter económico, también es la indulgencia o la remisión de los pecados. Este aspecto es muy importante, ya que perdonar significa apaciguar la ira interior que queda tras el daño recibido, eliminar la sed de venganza, de dolor ajeno, supone restablecer el equilibrio y la justicia con el lado contrario de la moneda del mal. Perdonar es apagar para siempre la ira interior.

Todas las experiencias que vamos acumulando durante nuestra vida, son oportunidades para aprender y crecer, aunque en ocasiones parece ser difícil encontrar algo de valor en algunas situaciones, por ello, precisamente, es una razón más para intentar aprender ya que se van acumulando recursos de fortaleza emocional y resiliencia que en ocasiones no sabíamos que la teníamos, que finalmente nos ayuda a ser personas felices a largo plazo.

Con este aprendizaje se puede dejar atrás el pasado, creando así una imagen positiva y emprendedora que permite desarrollar el sentido de uno mismo como una persona fuerte, capaz e independiente encontrando una renovada sensación de vivir en paz sabiendo perdonar.

Estudios psicológicos coinciden que la falta del perdón y la falta de perdonar, son un problema bastante serio de salud mental ya que el individuo queda bloqueado para superar aquel estadio que lo convierte en rehén de sus emociones negativas, si nos sentimos amargados, resentidos y enojados por algo que no ha salido como nosotros quisiéramos, es importante seguir adelante dejando atrás lo sucedido en el pasado mientras sea negativo, se necesita hacer este ejercicio por nuestro propio bien ya que somos nosotros los primeros beneficiados ya que el perdón nos hace libres.

En otro orden de ideas, si se persiste en pensar que somos víctimas de las circunstancias será difícil o imposible que alguien nos ayude hasta que cambiemos nuestra constante negatividad, así que, si desarrollamos en nuestra mente sentimientos de ser heridos, perjudicados y tratados injustamente, nuestra estima será baja y como consecuencia es difícil sentir una sensación de bienestar interior.

Un lastre común que dificulta el perdón es que las personas asumen que el hecho de perdonar equivale a minimizar la gravedad de la ofensa y que resta importancia a su sufrimiento desde el plano científico, pero si desde la reflexión y análisis consciente, ya que nos beneficia interiormente.

En otro orden de ideas, el psicólogo Everett Worthington, sostiene que la empatía es un elemento indispensable porque seremos capaces de abrirnos a los posibles sentimientos o conflictos que nuestro ofensor atravesaba al momento de cometer aquellos actos u omisiones considerados ofensivos, es decir, que facilita perdonar al ponernos en el lugar de la otra persona por la que nos sentimos lastimados.

Everett, sugiere la siguiente técnica efectiva para esto es el ejercicio de la silla vacía, que consiste en sentarse frente a una silla vacía y vaciarnos emocionalmente como si en ella estuviese sentada la persona que nos ofendió. El proceso incluye cuestionar a esa persona por lo que hizo y, más adelante, cambiar lugares y ocupar su silla para dar respuesta a nuestras propias preguntas.

Finalmente, saber perdonar implica dejar atrás las emociones de venganza y odio hacia la persona que estimamos y que nos ha hecho algún daño, solo que en ocasiones, nuestro mismo estado de emoción no nos permite buscar y encontrar aquella causa, porque no queremos preguntarnos el motivo de aquella acción ofensiva, es decir, preguntamos por qué pasó eso, dejando a un lado encontrar la raíz del por qué, ya que en forma consciente pensamos que no es culpa nuestra para que se tome aquella determinada ofensa. Si perdonamos nos liberamos mentalmente y empleamos nuestra energía a lo positivo.

Estimado lector, usted tendrá una mejor opinión al respecto, gracias por todo.

* Rector General del Centro Universitario UTEG

joseroque@uteg,edu,mx

El perdón se considera como la acción y el resultado de perdonar, se puede perdonar, entre otras cosas, una ofensa, una pena corporal, una deuda de carácter económico, también es la indulgencia o la remisión de los pecados. Este aspecto es muy importante, ya que perdonar significa apaciguar la ira interior que queda tras el daño recibido, eliminar la sed de venganza, de dolor ajeno, supone restablecer el equilibrio y la justicia con el lado contrario de la moneda del mal. Perdonar es apagar para siempre la ira interior.

Todas las experiencias que vamos acumulando durante nuestra vida, son oportunidades para aprender y crecer, aunque en ocasiones parece ser difícil encontrar algo de valor en algunas situaciones, por ello, precisamente, es una razón más para intentar aprender ya que se van acumulando recursos de fortaleza emocional y resiliencia que en ocasiones no sabíamos que la teníamos, que finalmente nos ayuda a ser personas felices a largo plazo.

Con este aprendizaje se puede dejar atrás el pasado, creando así una imagen positiva y emprendedora que permite desarrollar el sentido de uno mismo como una persona fuerte, capaz e independiente encontrando una renovada sensación de vivir en paz sabiendo perdonar.

Estudios psicológicos coinciden que la falta del perdón y la falta de perdonar, son un problema bastante serio de salud mental ya que el individuo queda bloqueado para superar aquel estadio que lo convierte en rehén de sus emociones negativas, si nos sentimos amargados, resentidos y enojados por algo que no ha salido como nosotros quisiéramos, es importante seguir adelante dejando atrás lo sucedido en el pasado mientras sea negativo, se necesita hacer este ejercicio por nuestro propio bien ya que somos nosotros los primeros beneficiados ya que el perdón nos hace libres.

En otro orden de ideas, si se persiste en pensar que somos víctimas de las circunstancias será difícil o imposible que alguien nos ayude hasta que cambiemos nuestra constante negatividad, así que, si desarrollamos en nuestra mente sentimientos de ser heridos, perjudicados y tratados injustamente, nuestra estima será baja y como consecuencia es difícil sentir una sensación de bienestar interior.

Un lastre común que dificulta el perdón es que las personas asumen que el hecho de perdonar equivale a minimizar la gravedad de la ofensa y que resta importancia a su sufrimiento desde el plano científico, pero si desde la reflexión y análisis consciente, ya que nos beneficia interiormente.

En otro orden de ideas, el psicólogo Everett Worthington, sostiene que la empatía es un elemento indispensable porque seremos capaces de abrirnos a los posibles sentimientos o conflictos que nuestro ofensor atravesaba al momento de cometer aquellos actos u omisiones considerados ofensivos, es decir, que facilita perdonar al ponernos en el lugar de la otra persona por la que nos sentimos lastimados.

Everett, sugiere la siguiente técnica efectiva para esto es el ejercicio de la silla vacía, que consiste en sentarse frente a una silla vacía y vaciarnos emocionalmente como si en ella estuviese sentada la persona que nos ofendió. El proceso incluye cuestionar a esa persona por lo que hizo y, más adelante, cambiar lugares y ocupar su silla para dar respuesta a nuestras propias preguntas.

Finalmente, saber perdonar implica dejar atrás las emociones de venganza y odio hacia la persona que estimamos y que nos ha hecho algún daño, solo que en ocasiones, nuestro mismo estado de emoción no nos permite buscar y encontrar aquella causa, porque no queremos preguntarnos el motivo de aquella acción ofensiva, es decir, preguntamos por qué pasó eso, dejando a un lado encontrar la raíz del por qué, ya que en forma consciente pensamos que no es culpa nuestra para que se tome aquella determinada ofensa. Si perdonamos nos liberamos mentalmente y empleamos nuestra energía a lo positivo.

Estimado lector, usted tendrá una mejor opinión al respecto, gracias por todo.

* Rector General del Centro Universitario UTEG

joseroque@uteg,edu,mx