/ lunes 6 de septiembre de 2021

Paz y felicidad

Estos dos vocablos, en ocasiones nos llevan a una confusión, ya que establecemos que para ser felices debemos tener paz o bien, que esta, la paz, nos lleva a ser felices, con el propósito de que usted amigo lector tenga la mejor opinión, se analizarán estos dos conceptos.

En un primer momento se dice que el término paz está referido a la ausencia de guerra, esto referido a los conflictos violentos entre Estados, esto desde el punto de vista del Derecho Internacional se trata de buscar la paz entre los involucrados a través de tratados o convenios para poner fin a esa arenga; así mismo, la paz no comienza desde fuera, sino desde dentro de cada persona y cuando la paz está presente en alguien, la persona transmite buena energía y es capaz de disfrutar su trabajo, profesión familia y hasta los pequeños detalles como disfrutar del campo, de una película, en fin.

La Real Academia Española (RAE) refiere a la paz como un tratado o convenio que concuerda entre los gobernantes para poner fin a una guerra. Ya que la paz es un valor fundamental para la vida de las personas, las familias y las naciones del mundo, este valor no inicia desde fuera, sino desde muy adentro década persona.

Esta palabra, paz, proviene del latín pax (pacis) que significa acuerdo, pacto que se añade como un momento de felicidad, serenidad y permanencia que está opuesto a la guerra y tiene un vínculo positivo, aplica también a ser una persona solidaria, tratar bien a las personas, no hacer daño al prójimo, respetar la opinión de las otras personas, aceptar las diferencias que pueden surgir contrarias a nuestro pensar.

Por los momentos que se viven en forma global, la paz interior se ha convertido en un lujo ya que, vivimos en una sociedad convulsa que nos obliga a llevar un estilo de vida demasiado agitado en el que no paramos ni un segundo. Si nos descuidamos, nos veremos arrastrados por un torbellino de tareas, la mayoría de ellas insignificantes, pero que no nos dejan ni un minuto libre.

Estamos tan imbuidos en ese ritmo frenético que a veces, cuando tenemos un poco de tiempo para nosotros mismos, nos sentimos culpables porque deberíamos estar haciendo algo más productivo. Sin embargo, hay un momento en que es necesario detenerse y decir basta a las preocupaciones sin sentido y al ritmo de vida agobiante., basta a las presiones sociales, a todas esas tareas sin sentido y a la persecución de la perfección.

Reencontrar la paz interior es fundamental para nuestro bienestar y felicidad. De vez en cuando es imprescindible relajarse un poco, tomar una pausa y reordenar nuestras prioridades. Es un cambio que vale la pena.

Ahora bien, antes de analizar el término felicidad, es oportuno señalar que el origen etimológico se encuentra en el latín que procede del vocablo felicitas que en su traducción significa fértil.

Estudios psicológicos indican que la felicidad es un estado del ánimo que supone una satisfacción ya que quien está feliz se siente a gusto, contento y complacido. De cualquier manera, el concepto de felicidad es subjetivo y relativo, no existe un índice de felicidad o una categoría que haya que alcanzar para que alguien se considere una persona feliz.

Ahora bien, desde un punto de vista biológico, la felicidad es el resultado de una actividad neural fluida, donde los factores internos y externos estimulan el sistema emocional. Muchos son los estudios y las ramas científicas que se han centrado en analizar en profundidad el concepto de felicidad y es que la misma es el objetivo que todas las personas buscamos a lo largo de nuestra vida. En concreto, nos topamos con el hecho de que tanto la filosofía como la antropología, la sociología o la psicología tienen como elemento de trabajo a aquella.


Finalmente, la felicidad no es lo mismo que paz, como quedó anotados renglones arriba, vivimos con tribulaciones, es así como el mundo actual nos vende una paz tranquila, artificial y anestesiada a la que podemos acceder simplemente colocando un cartel de no molestar ese espacio de tranquilidad es importante, no cabe duda, ya que nos permite descansar, pero no es la paz que necesitamos, sino que buscamos la felicidad.


* Rector General del Centro Universitario Uteg.

joseroque@uteg.edu.mx



Estos dos vocablos, en ocasiones nos llevan a una confusión, ya que establecemos que para ser felices debemos tener paz o bien, que esta, la paz, nos lleva a ser felices, con el propósito de que usted amigo lector tenga la mejor opinión, se analizarán estos dos conceptos.

En un primer momento se dice que el término paz está referido a la ausencia de guerra, esto referido a los conflictos violentos entre Estados, esto desde el punto de vista del Derecho Internacional se trata de buscar la paz entre los involucrados a través de tratados o convenios para poner fin a esa arenga; así mismo, la paz no comienza desde fuera, sino desde dentro de cada persona y cuando la paz está presente en alguien, la persona transmite buena energía y es capaz de disfrutar su trabajo, profesión familia y hasta los pequeños detalles como disfrutar del campo, de una película, en fin.

La Real Academia Española (RAE) refiere a la paz como un tratado o convenio que concuerda entre los gobernantes para poner fin a una guerra. Ya que la paz es un valor fundamental para la vida de las personas, las familias y las naciones del mundo, este valor no inicia desde fuera, sino desde muy adentro década persona.

Esta palabra, paz, proviene del latín pax (pacis) que significa acuerdo, pacto que se añade como un momento de felicidad, serenidad y permanencia que está opuesto a la guerra y tiene un vínculo positivo, aplica también a ser una persona solidaria, tratar bien a las personas, no hacer daño al prójimo, respetar la opinión de las otras personas, aceptar las diferencias que pueden surgir contrarias a nuestro pensar.

Por los momentos que se viven en forma global, la paz interior se ha convertido en un lujo ya que, vivimos en una sociedad convulsa que nos obliga a llevar un estilo de vida demasiado agitado en el que no paramos ni un segundo. Si nos descuidamos, nos veremos arrastrados por un torbellino de tareas, la mayoría de ellas insignificantes, pero que no nos dejan ni un minuto libre.

Estamos tan imbuidos en ese ritmo frenético que a veces, cuando tenemos un poco de tiempo para nosotros mismos, nos sentimos culpables porque deberíamos estar haciendo algo más productivo. Sin embargo, hay un momento en que es necesario detenerse y decir basta a las preocupaciones sin sentido y al ritmo de vida agobiante., basta a las presiones sociales, a todas esas tareas sin sentido y a la persecución de la perfección.

Reencontrar la paz interior es fundamental para nuestro bienestar y felicidad. De vez en cuando es imprescindible relajarse un poco, tomar una pausa y reordenar nuestras prioridades. Es un cambio que vale la pena.

Ahora bien, antes de analizar el término felicidad, es oportuno señalar que el origen etimológico se encuentra en el latín que procede del vocablo felicitas que en su traducción significa fértil.

Estudios psicológicos indican que la felicidad es un estado del ánimo que supone una satisfacción ya que quien está feliz se siente a gusto, contento y complacido. De cualquier manera, el concepto de felicidad es subjetivo y relativo, no existe un índice de felicidad o una categoría que haya que alcanzar para que alguien se considere una persona feliz.

Ahora bien, desde un punto de vista biológico, la felicidad es el resultado de una actividad neural fluida, donde los factores internos y externos estimulan el sistema emocional. Muchos son los estudios y las ramas científicas que se han centrado en analizar en profundidad el concepto de felicidad y es que la misma es el objetivo que todas las personas buscamos a lo largo de nuestra vida. En concreto, nos topamos con el hecho de que tanto la filosofía como la antropología, la sociología o la psicología tienen como elemento de trabajo a aquella.


Finalmente, la felicidad no es lo mismo que paz, como quedó anotados renglones arriba, vivimos con tribulaciones, es así como el mundo actual nos vende una paz tranquila, artificial y anestesiada a la que podemos acceder simplemente colocando un cartel de no molestar ese espacio de tranquilidad es importante, no cabe duda, ya que nos permite descansar, pero no es la paz que necesitamos, sino que buscamos la felicidad.


* Rector General del Centro Universitario Uteg.

joseroque@uteg.edu.mx