/ miércoles 22 de diciembre de 2021

Otro golpe a la ciudad

El Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Jalisco les dio su Navidad a los propietarios de la Villa Panamericana de Guadalajara, este día 22, al concederles el certificado de habitabilidad de las unidades habitacionales.

La Villa Panamericana se construyó en la zona de El Bajío; para albergar a los deportistas asistentes a los XVI juegos panamericanos de 2011.

Terminados los juegos, el complejo habitacional quedó virtualmente abandonado; después de un tiempo, y ante la posibilidad de demolición se optó por el negocio a costa de la Ciudad y del medio ambiente.

Se logró la venta; no importó que el Ayuntamiento de Zapopan no otorgara los permisos, el divino manto del Tribunal Administrativo bastaba y sobraba.

La Segunda Sala Unitaria, resolvió -conforme a la ley- otorgar el consabido permiso, a pesar de todos los pesares; ahí estuvo la salida legalista que finalmente permitió el negocio, aunque se llevara en las espuelas a la Ciudad.

Quienes adquieran los inmuebles no tendrán problema alguno para habitar las unidades, porque cuentan con una autorización legal y lo mejor: otorgada por un Tribunal, que seguramente la concedió después de tremendos estudios de impacto ambiental, de equilibrio ecológico, de la naturaleza de emisiones, descargas, almacenamiento de aguas pluviales, manejo de desechos.

Ya se le había ordenado al Ayuntamiento de Zapopan la entrega de los permisos de habitabilidad para la villa, el otorgamiento de cuentas catastrales y como el Municipio no quiso obedecer, entonces en rebeldía el Tribunal otorga los permisos.

Otro golpe más en la historia medioambiental de Guadalajara; lo mismo que sucedió cuando el entubamiento del río San Juan de Dios convertido en río de aguas negras; el taponamiento de los manantiales del agua azul; el entubamiento del arroyo de la culebra; el desecamiento del balneario El profundo; la desaparición de los arroyos que venían del Colli y el arroyo del Colomo; la presa de Osorio, los ríos del oriente de la Ciudad; todo al amparo de la ley aunque a Guadalajara se la lleve la tristeza.

Y los grandes beneficiarios disfrutando de sus espaciosas mansiones en California y Texas, alejados del crujir de dientes de los pobres tapatíos que no tenemos mas que seguir en el intento de sobrevivir en nuestra peligrosa Ciudad, la antigua Ciudad de las Rosas, la otrora Ciudad amable, la noble y leal, mancillada una vez mas, -ironía cruel- por el imperio de la legalidad.

Aquí no pasa nada; y si pasa, no pasa nada. Aquí todo se vale y a las autoridades les vale.

Feliz Navidad a todos mis lectores. Gracias por tomarse el tiempo de leer mis artículos.

El Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Jalisco les dio su Navidad a los propietarios de la Villa Panamericana de Guadalajara, este día 22, al concederles el certificado de habitabilidad de las unidades habitacionales.

La Villa Panamericana se construyó en la zona de El Bajío; para albergar a los deportistas asistentes a los XVI juegos panamericanos de 2011.

Terminados los juegos, el complejo habitacional quedó virtualmente abandonado; después de un tiempo, y ante la posibilidad de demolición se optó por el negocio a costa de la Ciudad y del medio ambiente.

Se logró la venta; no importó que el Ayuntamiento de Zapopan no otorgara los permisos, el divino manto del Tribunal Administrativo bastaba y sobraba.

La Segunda Sala Unitaria, resolvió -conforme a la ley- otorgar el consabido permiso, a pesar de todos los pesares; ahí estuvo la salida legalista que finalmente permitió el negocio, aunque se llevara en las espuelas a la Ciudad.

Quienes adquieran los inmuebles no tendrán problema alguno para habitar las unidades, porque cuentan con una autorización legal y lo mejor: otorgada por un Tribunal, que seguramente la concedió después de tremendos estudios de impacto ambiental, de equilibrio ecológico, de la naturaleza de emisiones, descargas, almacenamiento de aguas pluviales, manejo de desechos.

Ya se le había ordenado al Ayuntamiento de Zapopan la entrega de los permisos de habitabilidad para la villa, el otorgamiento de cuentas catastrales y como el Municipio no quiso obedecer, entonces en rebeldía el Tribunal otorga los permisos.

Otro golpe más en la historia medioambiental de Guadalajara; lo mismo que sucedió cuando el entubamiento del río San Juan de Dios convertido en río de aguas negras; el taponamiento de los manantiales del agua azul; el entubamiento del arroyo de la culebra; el desecamiento del balneario El profundo; la desaparición de los arroyos que venían del Colli y el arroyo del Colomo; la presa de Osorio, los ríos del oriente de la Ciudad; todo al amparo de la ley aunque a Guadalajara se la lleve la tristeza.

Y los grandes beneficiarios disfrutando de sus espaciosas mansiones en California y Texas, alejados del crujir de dientes de los pobres tapatíos que no tenemos mas que seguir en el intento de sobrevivir en nuestra peligrosa Ciudad, la antigua Ciudad de las Rosas, la otrora Ciudad amable, la noble y leal, mancillada una vez mas, -ironía cruel- por el imperio de la legalidad.

Aquí no pasa nada; y si pasa, no pasa nada. Aquí todo se vale y a las autoridades les vale.

Feliz Navidad a todos mis lectores. Gracias por tomarse el tiempo de leer mis artículos.