/ jueves 22 de julio de 2021

Otro capricho del presidente

El próximo 1 de agosto se llevará a cabo la consulta popular sobre el juicio a ex presidentes por actos ilícitos cometidos en el pasado. Aunque Andrés Manuel López Obrador ha realizado otras consultas populares, ésta es la primera organizada por el INE, cumpliendo los requisitos establecidos en la ley.

Ha sido un largo camino para llegar hasta aquí. En noviembre de 2018, cuando todavía era presidente electo, AMLO aseguró que se realizaría una consulta para conocer si las y los mexicanos querían enjuiciar a los ex presidentes. En 2019, ya dentro de su mandato, se modificó el artículo 35 constitucional; y en septiembre de 2020, el presidente presentó al Senado la propuesta oficial. La iniciativa tuvo que pasar por la Suprema Corte, que aprobó la consulta y modificó la pregunta.

Ahora, después de casi 4 años, la consulta popular para este tema es una realidad. Pero, ¿es realmente este tema vital para las y los mexicanos? ¿Es la respuesta a la pobreza en la que vive el 42% de la población? ¿Solucionará el desabasto de medicinas? ¿Mejorará el acceso a los servicios de salud? ¿Ayudará a combatir la violencia e inseguridad que se viven todos los días a lo largo y ancho de todo el país?

La respuesta es no. Entonces, ¿por qué el presidente dedicó tanto esfuerzo para lograr esta consulta? Simple e indignante, para López Obrador es más rentable seguir peleando con los fantasmas que comenzar a construir el futuro que necesitamos, porque gobernar es difícil y él prefiere seguir haciendo campaña.

La justicia no se consulta, si los ex presidentes cometieron delitos o irregularidades deben tener un juicio y de encontrarse culpables pagar por ello. Sin embargo, es totalmente incongruente la importancia que le da el presidente a este asunto.

Esta consulta sin sentido se financia con el dinero de todas y todos los mexicanos y tendrá un costo de al menos 500 millones de pesos, al que se le suma el esfuerzo institucional realizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), pues para que la consulta nominal sea válida debe contar con al menos la participación del 40% de la lista nominal.

Este domingo 1 de agosto, los ciudadanos podrán participar en este ejercicio democrático, pero con plena conciencia de que es una consulta sin sentido, es otro capricho del presidente, otra manera de dar pan y circo al pueblo, como lo hizo también con la rifa del avión presidencial, y es otra forma de distraer la atención para así hacernos olvidar sus tantas fallas. Nos leemos la siguiente semana y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.

* Coordinador del LID Laboratorio de Innovación Democrática

El próximo 1 de agosto se llevará a cabo la consulta popular sobre el juicio a ex presidentes por actos ilícitos cometidos en el pasado. Aunque Andrés Manuel López Obrador ha realizado otras consultas populares, ésta es la primera organizada por el INE, cumpliendo los requisitos establecidos en la ley.

Ha sido un largo camino para llegar hasta aquí. En noviembre de 2018, cuando todavía era presidente electo, AMLO aseguró que se realizaría una consulta para conocer si las y los mexicanos querían enjuiciar a los ex presidentes. En 2019, ya dentro de su mandato, se modificó el artículo 35 constitucional; y en septiembre de 2020, el presidente presentó al Senado la propuesta oficial. La iniciativa tuvo que pasar por la Suprema Corte, que aprobó la consulta y modificó la pregunta.

Ahora, después de casi 4 años, la consulta popular para este tema es una realidad. Pero, ¿es realmente este tema vital para las y los mexicanos? ¿Es la respuesta a la pobreza en la que vive el 42% de la población? ¿Solucionará el desabasto de medicinas? ¿Mejorará el acceso a los servicios de salud? ¿Ayudará a combatir la violencia e inseguridad que se viven todos los días a lo largo y ancho de todo el país?

La respuesta es no. Entonces, ¿por qué el presidente dedicó tanto esfuerzo para lograr esta consulta? Simple e indignante, para López Obrador es más rentable seguir peleando con los fantasmas que comenzar a construir el futuro que necesitamos, porque gobernar es difícil y él prefiere seguir haciendo campaña.

La justicia no se consulta, si los ex presidentes cometieron delitos o irregularidades deben tener un juicio y de encontrarse culpables pagar por ello. Sin embargo, es totalmente incongruente la importancia que le da el presidente a este asunto.

Esta consulta sin sentido se financia con el dinero de todas y todos los mexicanos y tendrá un costo de al menos 500 millones de pesos, al que se le suma el esfuerzo institucional realizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), pues para que la consulta nominal sea válida debe contar con al menos la participación del 40% de la lista nominal.

Este domingo 1 de agosto, los ciudadanos podrán participar en este ejercicio democrático, pero con plena conciencia de que es una consulta sin sentido, es otro capricho del presidente, otra manera de dar pan y circo al pueblo, como lo hizo también con la rifa del avión presidencial, y es otra forma de distraer la atención para así hacernos olvidar sus tantas fallas. Nos leemos la siguiente semana y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.

* Coordinador del LID Laboratorio de Innovación Democrática