/ miércoles 13 de enero de 2021

No salimos de una, y entramos a otra

El Covid-19, también conocido como coronavirus sigue siendo un problema de salud pública, hasta el momento no se ha controlado, los picos se siguen elevando y los hospitales públicos y privados se llenan de Covid-19.

Los muertos van en aumento cada día, en estos días rebasamos los ciento treinta mil; las funerarias trabajan a ritmo forzado, no hay funeraria vacía, todas están llenas de cadáveres donde la gran mayoría son muertos por covid, las mismas son contratadas por horas, acompañados por sus seres queridos del familiar fallecido y reducidas cuando mucho a veinte personas, no se permiten los abrazos de condolencias, así como el recargar la cabeza en el hombro de un familiar o amigo para llorar, los panteones a diario reciben a seres humanos que perdieron la vida y sus familiares solicitan un entierro digno, los crematorios desde Mezquitán a Tlaquepaque, no dejan de prender su horno, donde el humo de la carne humana incinerada sale por sus chimeneas.

Las medidas preventivas y decretadas por los gobiernos locales son insuficientes, porque no existen los apoyos para el pago de la renta de la vivienda o de la hipoteca, así como del impuesto predial, del consumo de agua y energía eléctrica, mucho menos para todos los gastos de la comida que a diario se necesita para mantener al ser humano vivo, por fuerza mayor se tiene que salir de casa, tomar el transporte público, utilizar el cubrebocas y trabajar para llevar el salario al hogar, la enfermedad del Covid sigue incrementándose, la misma que llegó a México a principios del 2020, y la salud pública no tiene la solución, para conservar al ser humano sano.

El problema de la salud pública se agudiza, las consultas privadas para atender a los enfermos de esta pandemia se elevan, rebasando la capacidad de pago de los seres humanos que ganan el mínimo. Los muertos siguen en aumento y llega a México desde Inglaterra, una nueva variante de Covid, conocida como la B-117, donde no salimos de una y entramos a otra.

El problema de la economía se debilita y con ello muchas empresas grandes y pequeñas, cierran su actividad empresarial, engrosando las filas de los desempleados, la Junta de Conciliación y Arbitraje aumenta el número de expedientes por las demandas de los trabajadores que han sido despedidos por esta circunstancia de salud, así las citas a las audiencias se agendan por más de noventa días, ante el exceso de trabajo de las Juntas y las Mesas, pero el Covid sigue y la nueva cepa se convierte en un riesgo en la salud pública.

No salimos de una y entramos a otra, las vacunas se distribuyen a cuenta gotas y no hay que saltar lugares, primero los trabajadores de la salud, pero sin sus familias, segundo los grupos vulnerables, sin sus familias, donde estas vacunas no se distribuyen como las de la influenza que las encontramos en el Centro de la ciudad pero que son tan necesarias por la letalidad que representan, ante el aumento de contagios que ya rebasamos el millón de personas y ante el aumento de muertos que solo son una estadística y no una solución a la salud pública.

*Profesor de Derecho la Universidad de Guadalajara y Miembro del Observatorio sobre Seguridad y Justicia.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio

El Covid-19, también conocido como coronavirus sigue siendo un problema de salud pública, hasta el momento no se ha controlado, los picos se siguen elevando y los hospitales públicos y privados se llenan de Covid-19.

Los muertos van en aumento cada día, en estos días rebasamos los ciento treinta mil; las funerarias trabajan a ritmo forzado, no hay funeraria vacía, todas están llenas de cadáveres donde la gran mayoría son muertos por covid, las mismas son contratadas por horas, acompañados por sus seres queridos del familiar fallecido y reducidas cuando mucho a veinte personas, no se permiten los abrazos de condolencias, así como el recargar la cabeza en el hombro de un familiar o amigo para llorar, los panteones a diario reciben a seres humanos que perdieron la vida y sus familiares solicitan un entierro digno, los crematorios desde Mezquitán a Tlaquepaque, no dejan de prender su horno, donde el humo de la carne humana incinerada sale por sus chimeneas.

Las medidas preventivas y decretadas por los gobiernos locales son insuficientes, porque no existen los apoyos para el pago de la renta de la vivienda o de la hipoteca, así como del impuesto predial, del consumo de agua y energía eléctrica, mucho menos para todos los gastos de la comida que a diario se necesita para mantener al ser humano vivo, por fuerza mayor se tiene que salir de casa, tomar el transporte público, utilizar el cubrebocas y trabajar para llevar el salario al hogar, la enfermedad del Covid sigue incrementándose, la misma que llegó a México a principios del 2020, y la salud pública no tiene la solución, para conservar al ser humano sano.

El problema de la salud pública se agudiza, las consultas privadas para atender a los enfermos de esta pandemia se elevan, rebasando la capacidad de pago de los seres humanos que ganan el mínimo. Los muertos siguen en aumento y llega a México desde Inglaterra, una nueva variante de Covid, conocida como la B-117, donde no salimos de una y entramos a otra.

El problema de la economía se debilita y con ello muchas empresas grandes y pequeñas, cierran su actividad empresarial, engrosando las filas de los desempleados, la Junta de Conciliación y Arbitraje aumenta el número de expedientes por las demandas de los trabajadores que han sido despedidos por esta circunstancia de salud, así las citas a las audiencias se agendan por más de noventa días, ante el exceso de trabajo de las Juntas y las Mesas, pero el Covid sigue y la nueva cepa se convierte en un riesgo en la salud pública.

No salimos de una y entramos a otra, las vacunas se distribuyen a cuenta gotas y no hay que saltar lugares, primero los trabajadores de la salud, pero sin sus familias, segundo los grupos vulnerables, sin sus familias, donde estas vacunas no se distribuyen como las de la influenza que las encontramos en el Centro de la ciudad pero que son tan necesarias por la letalidad que representan, ante el aumento de contagios que ya rebasamos el millón de personas y ante el aumento de muertos que solo son una estadística y no una solución a la salud pública.

*Profesor de Derecho la Universidad de Guadalajara y Miembro del Observatorio sobre Seguridad y Justicia.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio