/ lunes 1 de marzo de 2021

No rompieron el pacto


Lo que pareció una noticia extraordinaria el fin de semana pasado se convirtió en una parafernalia partidista que terminó evidenciando una vez más que la estructura machista se sostiene en gran medida por los pactos no escritos, por la fraternidad solapadora, por el recordatorio constante de impunidad.

Eso fue lo que pasó una vez más con el senador con licencia, Félix Salgado, quien pese a haber sido señalado por varias mujeres como agresor sexual, aún no ha sido vetado de contender en el siguiente proceso electoral y menos aún, ha enfrentado a la justicia en un país donde el 99% de los casos de violencia sexual no es denunciada (México Evalúa) y por ende, no es castigada.

La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia determinó debido a las acusaciones existentes contra Macedonio y en medio de un clima de creciente tensión por parte de mujeres y grupos feministas, frenar su candidatura y hacer una revisión sobre su perfil y con ello, reponer el proceso interno. Sin embargo, esta misma comisión calificó de "improcedentes e infundados" los señalamientos en contra de Salgado, por lo que esta decisión no significó inhabilitarlo políticamente, o lo que es lo mismo: significa que podría contender en este nuevo proceso y resultar electo como candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero.

Este lunes por la mañana, el principal opositor de Salgado Macedonio al interior del partido, Pablo Almícar Sandoval Ballesteros anunció que se retira del proceso interno, lo que facilitaría el camino de Macedonio para contender nuevamente.

Sin la presión y las demandas de las víctimas, de las colectivas y de las múltiples voces que han exigido que se haga justicia y que un personaje con tales acusaciones no pueda aspirar a un cargo público, el sistema machista imperante en los partidos no hubiese siqueira problematizado que un agresor pudiera contender y llegar a ocupar -otra vez, porque Macedonio se ha desempeñado en varios- cargos públicos y perpetuar una serie de violencias estructurales contra las mujeres.

No, no rompieron el pacto, nosotras estamos desquebrajándolo. Seguro vendrán más resistencias machistas ante la posibilidad de un mundo más justo y más libre, donde la dignidad sea posible no solo para todos sino para todas, por eso también verán mayor organización y respuesta de nuestra parte. No nos cansaremos de decirlo: nunca más tendrán el privilegio de nuestro silencio.


Lo que pareció una noticia extraordinaria el fin de semana pasado se convirtió en una parafernalia partidista que terminó evidenciando una vez más que la estructura machista se sostiene en gran medida por los pactos no escritos, por la fraternidad solapadora, por el recordatorio constante de impunidad.

Eso fue lo que pasó una vez más con el senador con licencia, Félix Salgado, quien pese a haber sido señalado por varias mujeres como agresor sexual, aún no ha sido vetado de contender en el siguiente proceso electoral y menos aún, ha enfrentado a la justicia en un país donde el 99% de los casos de violencia sexual no es denunciada (México Evalúa) y por ende, no es castigada.

La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia determinó debido a las acusaciones existentes contra Macedonio y en medio de un clima de creciente tensión por parte de mujeres y grupos feministas, frenar su candidatura y hacer una revisión sobre su perfil y con ello, reponer el proceso interno. Sin embargo, esta misma comisión calificó de "improcedentes e infundados" los señalamientos en contra de Salgado, por lo que esta decisión no significó inhabilitarlo políticamente, o lo que es lo mismo: significa que podría contender en este nuevo proceso y resultar electo como candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero.

Este lunes por la mañana, el principal opositor de Salgado Macedonio al interior del partido, Pablo Almícar Sandoval Ballesteros anunció que se retira del proceso interno, lo que facilitaría el camino de Macedonio para contender nuevamente.

Sin la presión y las demandas de las víctimas, de las colectivas y de las múltiples voces que han exigido que se haga justicia y que un personaje con tales acusaciones no pueda aspirar a un cargo público, el sistema machista imperante en los partidos no hubiese siqueira problematizado que un agresor pudiera contender y llegar a ocupar -otra vez, porque Macedonio se ha desempeñado en varios- cargos públicos y perpetuar una serie de violencias estructurales contra las mujeres.

No, no rompieron el pacto, nosotras estamos desquebrajándolo. Seguro vendrán más resistencias machistas ante la posibilidad de un mundo más justo y más libre, donde la dignidad sea posible no solo para todos sino para todas, por eso también verán mayor organización y respuesta de nuestra parte. No nos cansaremos de decirlo: nunca más tendrán el privilegio de nuestro silencio.