/ martes 17 de marzo de 2020

No podemos no actuar

A lo largo de la historia se han desarrollado numerosas epidemias, las más recientes y por mencionar algunas son el Ébola, la gripe aviar H5N6, la gripe porcina H1N1, entre otras, las cuales han amenazado potencialmente la vida de todas las personas con numerosos contagios y decesos alrededor del mundo. Hoy enfrentamos la pandemia causada por el COVID-19 o coronavirus, con más de 190 mil infectados y 7 mil personas fallecidas en 162 países desde diciembre de 2019 con el primer caso en Hubei, China.

En México, el primer contagio fue detectado el 27 de febrero y veinte días después la cifra ha aumentado a más de 80 personas infectadas. Revisando los datos y las tendencias mundiales, estamos cumpliendo con ellas, el periodo de transmisión masiva apenas comenzará y tomar las medidas preventivas necesarias será determinante para contener la propagación.

No obstante, el gobierno federal se ha manejado con tibieza ante la advertencia de una crisis desencadenada por un sistema de salud pública que desde hace décadas es deficiente en nuestro país, una crisis como la que hoy vive Italia por no prevenir desde el inicio y por no contar con los recursos materiales para brindar atención a las miles de personas que resultaron contagiadas.

En Jalisco, los casos confirmados apenas suman cinco, sin embargo, el gobernador Enrique Alfaro desde el viernes pasado tomó las decisiones adecuadas ante el silencio del gobierno federal. La suspensión de clases, cancelación de eventos masivos en el estado, filtros de revisión médica en aeropuertos, centrales camioneras y terminal portuaria, son las más importantes para dar reversa al contagio y proteger a la población jalisciense.

En el Congreso, también establecimos medidas precautorias; se acordó la restricción de ingreso a las instalaciones, la posibilidad de trabajar desde casa para empleados vulnerables como mayores de edad y mujeres embarazadas, así como a padres y madres de familia con hijos menores a 15 años. Además, se resolvió enviar un exhorto a los 125 municipios para cancelar cualquier actividad que implique una alta concentración de personas.

Actuar con responsabilidad y seriedad es esencial, empero, nuestro presidente ha continuado con su discurso de “besos y abrazos” sin tomar en cuenta los riesgos reales que eso significa. Continúa recibiendo vuelos y cruceros sin el más mínimo cuidado de verificar con filtros que los pasajeros no estén infectados, vuelos y cruceros que en otros países no tuvieron permitido arribar por la contingencia. Entiendo que mantener la calma y no entrar en pánico también es vital, pero no podemos no actuar. Confío en que las y los mexicanos sabremos tomar en la individualidad de nuestras familias las decisiones de resguardo que minimicen la posibilidad de una crisis en nuestro país.

*Todas las cifras corresponden a la última actualización del día 17 de marzo al momento de redactar esta publicación.

A lo largo de la historia se han desarrollado numerosas epidemias, las más recientes y por mencionar algunas son el Ébola, la gripe aviar H5N6, la gripe porcina H1N1, entre otras, las cuales han amenazado potencialmente la vida de todas las personas con numerosos contagios y decesos alrededor del mundo. Hoy enfrentamos la pandemia causada por el COVID-19 o coronavirus, con más de 190 mil infectados y 7 mil personas fallecidas en 162 países desde diciembre de 2019 con el primer caso en Hubei, China.

En México, el primer contagio fue detectado el 27 de febrero y veinte días después la cifra ha aumentado a más de 80 personas infectadas. Revisando los datos y las tendencias mundiales, estamos cumpliendo con ellas, el periodo de transmisión masiva apenas comenzará y tomar las medidas preventivas necesarias será determinante para contener la propagación.

No obstante, el gobierno federal se ha manejado con tibieza ante la advertencia de una crisis desencadenada por un sistema de salud pública que desde hace décadas es deficiente en nuestro país, una crisis como la que hoy vive Italia por no prevenir desde el inicio y por no contar con los recursos materiales para brindar atención a las miles de personas que resultaron contagiadas.

En Jalisco, los casos confirmados apenas suman cinco, sin embargo, el gobernador Enrique Alfaro desde el viernes pasado tomó las decisiones adecuadas ante el silencio del gobierno federal. La suspensión de clases, cancelación de eventos masivos en el estado, filtros de revisión médica en aeropuertos, centrales camioneras y terminal portuaria, son las más importantes para dar reversa al contagio y proteger a la población jalisciense.

En el Congreso, también establecimos medidas precautorias; se acordó la restricción de ingreso a las instalaciones, la posibilidad de trabajar desde casa para empleados vulnerables como mayores de edad y mujeres embarazadas, así como a padres y madres de familia con hijos menores a 15 años. Además, se resolvió enviar un exhorto a los 125 municipios para cancelar cualquier actividad que implique una alta concentración de personas.

Actuar con responsabilidad y seriedad es esencial, empero, nuestro presidente ha continuado con su discurso de “besos y abrazos” sin tomar en cuenta los riesgos reales que eso significa. Continúa recibiendo vuelos y cruceros sin el más mínimo cuidado de verificar con filtros que los pasajeros no estén infectados, vuelos y cruceros que en otros países no tuvieron permitido arribar por la contingencia. Entiendo que mantener la calma y no entrar en pánico también es vital, pero no podemos no actuar. Confío en que las y los mexicanos sabremos tomar en la individualidad de nuestras familias las decisiones de resguardo que minimicen la posibilidad de una crisis en nuestro país.

*Todas las cifras corresponden a la última actualización del día 17 de marzo al momento de redactar esta publicación.