/ lunes 5 de julio de 2021

Ni combate a la corrupción, ni medicinas

La semana pasada marcharon en Guadalajara los padres de las niñas y niños con cáncer, con el objetivo de visibilizar el desabasto de medicamentos necesarios para el tratamiento de sus hijas e hijos. Me gustaría escribir que fue un caso aislado, pero no, también marcharon familiares en Ciudad de México, Colima, Puebla, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Quintana Roo, San Luis Potosí, Yucatán, Zacatecas, entre otros. Lo que, sin duda, nos hace preguntarnos: ¿Qué está pasando?

Esta tragedia comenzó hace aproximadamente un año cuando el IMSS empezó a tener escasez de algunos medicamentos, en ese momento AMLO dijo que se estaba dificultando la compra de los medicamentos por la corrupción que había en los procesos de compra, que el pueblo mexicano perdía miles de millones de pesos y que esto no podía continuar.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en 2010 se perdía entre el 20% y 40% del presupuesto del sector salud por falta de eficiencia, y uno de estos puntos clave es la adquisición de medicamentos e insumos. Las organizaciones Impunidad Cero y Justicia Justa señalaron que de 2013 a 2019 el monto de las adjudicaciones directas pasó de 9 mil millones de pesos a 21 mil millones de pesos. Con esto quiero decir que sí había indicadores de riesgos de corrupción en la compra de medicamentos.

Fue así como en julio de 2020 se anunció que el gobierno mexicano, en colaboración con la ONU, realizaría una compra consolidada de medicamentos en el extranjero. Para febrero de este año se abrió la convocatoria para recibir ofertas públicas. Se supone que este ejercicio fortalecería al sector salud y traería beneficios a las y los mexicanos.

Pero un año después de la firma del convenio, la compra consolidada fracasó, tan solo se logró licitar el 45% de los medicamentos que se necesitaban. La UNOPS, organización internacional encargada de la compra, fue la misma que cobró al gobierno mexicano 5 millones de dólares para vender el avión presidencial. De acuerdo con especialistas, esta organización no tiene experiencia en la compra de medicamentos, además no ha cumplido en tiempo y forma con las obligaciones del convenio.

Este hecho obligó a las instituciones de salud a buscar por adjudicaciones directas los medicamentos y materiales necesarios para su labor. La compra consolidada no solo falló en su objetivo de reducir este tipo de adquisiciones, sino que ahora se adquieren medicamentos a sobreprecio, todo esto derivado de una estrategia poco cuidadosa y que tenía como agente poco confiable.

Y como siempre los platos rotos los pagamos nosotros, el desabasto de medicamentos es una realidad. No hay medicamentos oncológicos, de enfermedades infecciosas, de VIH, neuralgia, hematología, endocrinología o cardiología. En definitiva, no estoy en contra de combatir la corrupción, pero esta no es la primera vez que el señor presidente procede sin estrategia, a inicios de su gobierno fue el huachicol y nos dejó a todos parados y lo peor fue que el robo de gasolina continuó.

Hoy son las medicinas, este fracaso nos salió más caro, pues no son solo números y pérdidas económicas, sino que son vidas. ¿Hasta cuándo el presidente comenzará a actuar con la responsabilidad que las y los mexicanos merecemos? Nos leemos la siguiente semana y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.

* Coordinador del Laboratorio de Innovación Democrática

La semana pasada marcharon en Guadalajara los padres de las niñas y niños con cáncer, con el objetivo de visibilizar el desabasto de medicamentos necesarios para el tratamiento de sus hijas e hijos. Me gustaría escribir que fue un caso aislado, pero no, también marcharon familiares en Ciudad de México, Colima, Puebla, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Quintana Roo, San Luis Potosí, Yucatán, Zacatecas, entre otros. Lo que, sin duda, nos hace preguntarnos: ¿Qué está pasando?

Esta tragedia comenzó hace aproximadamente un año cuando el IMSS empezó a tener escasez de algunos medicamentos, en ese momento AMLO dijo que se estaba dificultando la compra de los medicamentos por la corrupción que había en los procesos de compra, que el pueblo mexicano perdía miles de millones de pesos y que esto no podía continuar.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en 2010 se perdía entre el 20% y 40% del presupuesto del sector salud por falta de eficiencia, y uno de estos puntos clave es la adquisición de medicamentos e insumos. Las organizaciones Impunidad Cero y Justicia Justa señalaron que de 2013 a 2019 el monto de las adjudicaciones directas pasó de 9 mil millones de pesos a 21 mil millones de pesos. Con esto quiero decir que sí había indicadores de riesgos de corrupción en la compra de medicamentos.

Fue así como en julio de 2020 se anunció que el gobierno mexicano, en colaboración con la ONU, realizaría una compra consolidada de medicamentos en el extranjero. Para febrero de este año se abrió la convocatoria para recibir ofertas públicas. Se supone que este ejercicio fortalecería al sector salud y traería beneficios a las y los mexicanos.

Pero un año después de la firma del convenio, la compra consolidada fracasó, tan solo se logró licitar el 45% de los medicamentos que se necesitaban. La UNOPS, organización internacional encargada de la compra, fue la misma que cobró al gobierno mexicano 5 millones de dólares para vender el avión presidencial. De acuerdo con especialistas, esta organización no tiene experiencia en la compra de medicamentos, además no ha cumplido en tiempo y forma con las obligaciones del convenio.

Este hecho obligó a las instituciones de salud a buscar por adjudicaciones directas los medicamentos y materiales necesarios para su labor. La compra consolidada no solo falló en su objetivo de reducir este tipo de adquisiciones, sino que ahora se adquieren medicamentos a sobreprecio, todo esto derivado de una estrategia poco cuidadosa y que tenía como agente poco confiable.

Y como siempre los platos rotos los pagamos nosotros, el desabasto de medicamentos es una realidad. No hay medicamentos oncológicos, de enfermedades infecciosas, de VIH, neuralgia, hematología, endocrinología o cardiología. En definitiva, no estoy en contra de combatir la corrupción, pero esta no es la primera vez que el señor presidente procede sin estrategia, a inicios de su gobierno fue el huachicol y nos dejó a todos parados y lo peor fue que el robo de gasolina continuó.

Hoy son las medicinas, este fracaso nos salió más caro, pues no son solo números y pérdidas económicas, sino que son vidas. ¿Hasta cuándo el presidente comenzará a actuar con la responsabilidad que las y los mexicanos merecemos? Nos leemos la siguiente semana y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.

* Coordinador del Laboratorio de Innovación Democrática