/ domingo 9 de diciembre de 2018

Muerte peatonal: ¿sin defensa alguna?

Los reportajes cotidianos de la trágica realidad concreta del peatón en el Área Metropolitana de Guadalajara, dan a conocer las cifras anecdóticas del día a día, como es el caso de los días anteriores cuando tres personas fallecieron en diferentes circunstancias arrolladas y con unas horas de diferencia.

Una en la Línea 1 del Tren Ligero, otra en la Carretera a Chapala a la altura del ingreso al Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo, y otra en la Carretera a Morelia en el municipio de Tlajomulco frente a las Plazas Outlet. Estas últimas dos zonas de alta recurrencia en los accidentes en donde se involucran los peatones como la parte más vulnerable y desprotegida de esta cotidiana exclusión en la cual se juegan la vida millones de trabajadores hombres, mujeres y niños todos los días y a cualquier hora.

Sin embargo, es menester de los analistas urbanos concatenar todas las causas victimizadoras de lo que parece ya un flagelo del profundo abismo económico y social entre los habitantes de la misma ciudad, cuyo abandono de áreas marginadas para hacinar al proletariado evidencia una impresionante inexistencia de instrumentos previsores del constante atropellamiento de ciudadanos que, por supuesto peatones o ciclistas invisibles, para los gobiernos, pierden la vida en una metrópoli en la cual sólo una minoría tiene acceso a viviendas de alto valor en alguno de los lujosos cotos de áreas privilegiadas en equipamiento y amueblamiento urbano que ya ocupan el 39% de la superficie total de la ciudad. Incluidas, en este índice, aquellos aprobados lejos de los servicios escolares, de abasto, del trabajo, sin transporte público y con una nula conectividad entre sí o los servicios municipales más elementales.

De hecho, otro de los factores de alta vulnerabilidad para el peatón es la inexistencia de banquetas en los fraccionamientos más alejados en los municipios de Tlajomulco, Tonalá, Tlaquepaque y El Salto, aun cuando legalmente integran la denominada Área Metropolitana.

Como si las banquetas no fueran el principal medio de transporte de la mayoría trabajadora en el estado, se debe sumar la exclusión y, presumiblemente la violación de los Derechos Humanos a vivir en una ciudad igualitaria en la evidente expresión de clase en el mobiliario, equipamiento y señalización preventiva incluidas la semaforización y la hipercontaminación visual que caracteriza precisamente las vialidades con mayor índice de accidentes fatales, como la avenida López Mateos Sur carente de puentes peatonales; la Carretera a Chapala sin señales preventivas y puentes peatonales; además prácticamente toda la avenida antes denominada eufemísticamente “Anillo Periférico”, hoy convertida en una avenida interior donde los peatones arriesgan su vida en el cruce peatonal de las colonias más densamente pobladas con una pírrica señalización preventiva que las convierte en escenario cotidiano de accidentes fatales.

Estos son algunos de los factores que no pasan desapercibidos para un estudioso de nuestra sociología urbana bajo la premisa de ver en el peatón de Guadalajara a un verdadero héroe de la resiliencia urbana.


Académico del CUAAD, UdeG

carlosm_orozco@hotmail.com

Los reportajes cotidianos de la trágica realidad concreta del peatón en el Área Metropolitana de Guadalajara, dan a conocer las cifras anecdóticas del día a día, como es el caso de los días anteriores cuando tres personas fallecieron en diferentes circunstancias arrolladas y con unas horas de diferencia.

Una en la Línea 1 del Tren Ligero, otra en la Carretera a Chapala a la altura del ingreso al Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo, y otra en la Carretera a Morelia en el municipio de Tlajomulco frente a las Plazas Outlet. Estas últimas dos zonas de alta recurrencia en los accidentes en donde se involucran los peatones como la parte más vulnerable y desprotegida de esta cotidiana exclusión en la cual se juegan la vida millones de trabajadores hombres, mujeres y niños todos los días y a cualquier hora.

Sin embargo, es menester de los analistas urbanos concatenar todas las causas victimizadoras de lo que parece ya un flagelo del profundo abismo económico y social entre los habitantes de la misma ciudad, cuyo abandono de áreas marginadas para hacinar al proletariado evidencia una impresionante inexistencia de instrumentos previsores del constante atropellamiento de ciudadanos que, por supuesto peatones o ciclistas invisibles, para los gobiernos, pierden la vida en una metrópoli en la cual sólo una minoría tiene acceso a viviendas de alto valor en alguno de los lujosos cotos de áreas privilegiadas en equipamiento y amueblamiento urbano que ya ocupan el 39% de la superficie total de la ciudad. Incluidas, en este índice, aquellos aprobados lejos de los servicios escolares, de abasto, del trabajo, sin transporte público y con una nula conectividad entre sí o los servicios municipales más elementales.

De hecho, otro de los factores de alta vulnerabilidad para el peatón es la inexistencia de banquetas en los fraccionamientos más alejados en los municipios de Tlajomulco, Tonalá, Tlaquepaque y El Salto, aun cuando legalmente integran la denominada Área Metropolitana.

Como si las banquetas no fueran el principal medio de transporte de la mayoría trabajadora en el estado, se debe sumar la exclusión y, presumiblemente la violación de los Derechos Humanos a vivir en una ciudad igualitaria en la evidente expresión de clase en el mobiliario, equipamiento y señalización preventiva incluidas la semaforización y la hipercontaminación visual que caracteriza precisamente las vialidades con mayor índice de accidentes fatales, como la avenida López Mateos Sur carente de puentes peatonales; la Carretera a Chapala sin señales preventivas y puentes peatonales; además prácticamente toda la avenida antes denominada eufemísticamente “Anillo Periférico”, hoy convertida en una avenida interior donde los peatones arriesgan su vida en el cruce peatonal de las colonias más densamente pobladas con una pírrica señalización preventiva que las convierte en escenario cotidiano de accidentes fatales.

Estos son algunos de los factores que no pasan desapercibidos para un estudioso de nuestra sociología urbana bajo la premisa de ver en el peatón de Guadalajara a un verdadero héroe de la resiliencia urbana.


Académico del CUAAD, UdeG

carlosm_orozco@hotmail.com