/ domingo 2 de agosto de 2020

Morena y PRI, una alianza imposible

Seamos serios por favor. Suponer una alianza formal entre Morena y el PRI es sólo una ocurrencia coyuntural. Sin embargo, y en virtud de que en días recientes se desató la imaginación de algunos actores políticos y miembros distinguidos del llamado círculo rojo en la entidad, bien vale la pena desarrollar una serie de consideraciones del por qué resulta impensable la unidad entre ambos tanto en el ámbito nacional como local.

Para empezar, la única coalición que está sobre la mesa político-electoral con miras al proceso del próximo año, es entre el Partido del Trabajo (PT), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). En la Ciudad de México están muy avanzadas las pláticas en esa dirección. Más aún, uno de los principales acuerdos hasta hoy alcanzados tiene que ver con las condiciones que deberán cubrir los perfiles que busquen contender por una candidatura.

Sobre lo anterior, es preciso adelantar que las mujeres y hombres que tengan el interés de aparecer en las boletas para diputaciones y alcaldías estarán obligados a cubrir las siguientes variables: Lealtad a los principios de la Cuarta Transformación; tener posibilidades reales de triunfo; demostrar preparación y experiencia suficiente (currículum) para desempeñar la responsabilidad para la que se postula; y contar con buena fama pública.

En ese sentido, quienes forman parte de las mesas de negociaciones para constituir la Coalición, ya han definido que los sorteos servirán para el tema de equidad de género y las encuestas como base para la selección de abanderados. También es conveniente indicar que existen otras coincidencias para dicho propósito. Una de ellas es que en municipios de alta concentración, ni el nivel de conocimiento ni el sorteo serán definitivos, sino el consenso entre los miembros de la Coalición. ¿Por qué? Por dos razones fundamentales. Una, por la integración diversa de las planillas; es decir, necesariamente –respetando la equidad- los tres partidos propondrán a sus regidores, de tal manera que el candidato o candidata no impondrá a su “gente”, sino que será una conformación plural. Y dos, porque la popularidad no está vinculada a la capacidad ni al prestigio.

Además del PT, Partido Verde y Morena, ¿quiénes más incidirán en este proceso? La respuesta se centra en dos personajes que pesan en la cancha nacional y el ánimo de los dirigentes: Pedro Haces Barba, líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) y Elías Miguel Moreno Brizuela, presidente del Frente por la Cuarta Transformación, expresión política aliada del Movimiento de Regeneración Nacional.

Así las cosas, lo que en realidad ocurre a casi 300 días de las elecciones, es que el lopezobradorismo y las izquierdas buscarán transitar unidos, de tal modo que el otrora partidazo no es mencionado, ni como mal chiste, en las juntas que tienen ese objetivo.

Ahora bien, en el caso particular de Jalisco, la cosa se pone más divertida, pues hay quien supone que sus más emblemáticas figuras, como por ejemplo Aristóteles Sandoval, podrían enarbolar las causas de la 4T, como si fuera sencillo desplazar y despreciar la opinión de la militancia de los partidos ya referidos.

Me parece que a la luz de estas graciosas fantasías, los asesores del tricolor deben asumir un rol sensato y aconsejar a sus liderazgos para que echen un vistazo a los números, ya que incluso las encuestas de bajo rigor estadístico, ubican al Revolucionario Institucional como el más rechazado por el elector, situación que representa un alto riesgo para cualquiera que tenga tres dedos de frente.

¿Podría darse una alianza de facto en algunos municipios? Sin duda. Pero habría que preguntarse si con ello no se la va la poca vida que le queda a un PRI que estaría a meses de perder su registro.



Seamos serios por favor. Suponer una alianza formal entre Morena y el PRI es sólo una ocurrencia coyuntural. Sin embargo, y en virtud de que en días recientes se desató la imaginación de algunos actores políticos y miembros distinguidos del llamado círculo rojo en la entidad, bien vale la pena desarrollar una serie de consideraciones del por qué resulta impensable la unidad entre ambos tanto en el ámbito nacional como local.

Para empezar, la única coalición que está sobre la mesa político-electoral con miras al proceso del próximo año, es entre el Partido del Trabajo (PT), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). En la Ciudad de México están muy avanzadas las pláticas en esa dirección. Más aún, uno de los principales acuerdos hasta hoy alcanzados tiene que ver con las condiciones que deberán cubrir los perfiles que busquen contender por una candidatura.

Sobre lo anterior, es preciso adelantar que las mujeres y hombres que tengan el interés de aparecer en las boletas para diputaciones y alcaldías estarán obligados a cubrir las siguientes variables: Lealtad a los principios de la Cuarta Transformación; tener posibilidades reales de triunfo; demostrar preparación y experiencia suficiente (currículum) para desempeñar la responsabilidad para la que se postula; y contar con buena fama pública.

En ese sentido, quienes forman parte de las mesas de negociaciones para constituir la Coalición, ya han definido que los sorteos servirán para el tema de equidad de género y las encuestas como base para la selección de abanderados. También es conveniente indicar que existen otras coincidencias para dicho propósito. Una de ellas es que en municipios de alta concentración, ni el nivel de conocimiento ni el sorteo serán definitivos, sino el consenso entre los miembros de la Coalición. ¿Por qué? Por dos razones fundamentales. Una, por la integración diversa de las planillas; es decir, necesariamente –respetando la equidad- los tres partidos propondrán a sus regidores, de tal manera que el candidato o candidata no impondrá a su “gente”, sino que será una conformación plural. Y dos, porque la popularidad no está vinculada a la capacidad ni al prestigio.

Además del PT, Partido Verde y Morena, ¿quiénes más incidirán en este proceso? La respuesta se centra en dos personajes que pesan en la cancha nacional y el ánimo de los dirigentes: Pedro Haces Barba, líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) y Elías Miguel Moreno Brizuela, presidente del Frente por la Cuarta Transformación, expresión política aliada del Movimiento de Regeneración Nacional.

Así las cosas, lo que en realidad ocurre a casi 300 días de las elecciones, es que el lopezobradorismo y las izquierdas buscarán transitar unidos, de tal modo que el otrora partidazo no es mencionado, ni como mal chiste, en las juntas que tienen ese objetivo.

Ahora bien, en el caso particular de Jalisco, la cosa se pone más divertida, pues hay quien supone que sus más emblemáticas figuras, como por ejemplo Aristóteles Sandoval, podrían enarbolar las causas de la 4T, como si fuera sencillo desplazar y despreciar la opinión de la militancia de los partidos ya referidos.

Me parece que a la luz de estas graciosas fantasías, los asesores del tricolor deben asumir un rol sensato y aconsejar a sus liderazgos para que echen un vistazo a los números, ya que incluso las encuestas de bajo rigor estadístico, ubican al Revolucionario Institucional como el más rechazado por el elector, situación que representa un alto riesgo para cualquiera que tenga tres dedos de frente.

¿Podría darse una alianza de facto en algunos municipios? Sin duda. Pero habría que preguntarse si con ello no se la va la poca vida que le queda a un PRI que estaría a meses de perder su registro.